REDACCIÓN MACRONEWS.- La redada migratoria realizada la semana pasada en una planta de Hyundai en Georgia, donde fueron detenidas 475 personas, más de 300 de ellas surcoreanas, ha encendido las alarmas en Seúl y entre los inversores de ese país. El presidente Lee Jae-myung advirtió que las empresas surcoreanas mostrarán una actitud “muy vacilante” para invertir en Estados Unidos tras este episodio, considerado un golpe inesperado a la cooperación bilateral.
Durante una conferencia de prensa al cumplir sus primeros 100 días de gobierno, Lee calificó la situación como “extremadamente desconcertante”. Explicó que es práctica común que las empresas envíen trabajadores especializados para la instalación de fábricas en el extranjero, pero advirtió que si esa posibilidad se ve restringida, resultará mucho más difícil establecer proyectos manufactureros en territorio estadounidense.
Impacto económico y diplomático
La planta afectada corresponde a uno de los proyectos de inversión extranjera más grandes en Georgia, impulsado por Hyundai y LG Energy Solution. El gobierno surcoreano inició negociaciones con Washington para explorar alternativas de visas que faciliten el envío de personal especializado, ya sea mediante mayores cuotas o nuevas categorías migratorias.
Según reportes de la prensa local, el retorno de los detenidos a Corea del Sur fue retrasado por una instrucción de la Casa Blanca, que buscaba confirmar si algunos deseaban permanecer en EE.UU. para continuar con la capacitación de empleados locales.
El operativo, dirigido por autoridades migratorias bajo la administración de Donald Trump, ha sido descrito por medios surcoreanos como un “shock” con el potencial de “paralizar las actividades de nuestras empresas en Estados Unidos”.
Postura de la Casa Blanca
La Casa Blanca defendió la operación, asegurando que no desincentivará la inversión extranjera. El presidente Trump publicó en redes sociales que su gobierno facilitará el ingreso de trabajadores extranjeros “rápida y legalmente”, siempre que se respeten las leyes migratorias.
No obstante, el episodio se da en un momento delicado para las relaciones bilaterales, en medio de negociaciones comerciales y con Corea del Sur comprometida a invertir miles de millones de dólares en territorio estadounidense. Analistas señalan que la redada podría influir directamente en la toma de decisiones de grandes corporativos que evaluaban expandir sus operaciones en Estados Unidos.