Se empezó a producir en 1963 para tratar la hiperactividad, la narcolepsia y la depresión, pero se prohibió en la década de 1980 por la “falta de potencial terapéutico y por su parecido a las anfetaminas”.
Ahora es una de las drogas más populares en Oriente Medio, donde se produce masivamente, concretamente en Siria y Líbano. Precisamente, el pasado viernes, las autoridades turcas decomisaron una cantidad récord de este estimulante sintético cerca de la frontera con Siria: 10,9 millones de pastillas, tal y como declaró el Ministerio del Interior de Turquía a los medios locales.
Se trata del llamado captagón, muy común en los países árabes, aunque algunos lo conocen en Occidente como ‘la droga de los yihadistas’, por el uso que hacen de ella combatientes en Siria. Muchos aseguran que los combatientes de la guerra de Siria utilizan esta ‘píldora milagrosa’ para olvidar el dolor y el miedo. “Desde los extremistas del autodenominado Estado Islámico (EI), hasta miembros del grupo rebelde al-Nusra y también soldados del Ejército Libre de Siria (ELS)”, declaró un traficante de estas sustancias en un reportaje televisado de Arte Journal.
“Los combatientes las utilizan para controlar sus nervios y también para aumentar su rendimiento sexual”, agregó, con el rostro cubierto. Las drogas se han utilizado históricamente en conflictos bélicos. “No puedes dormir, ni siquiera cerrar tus ojos. No hay nada que puedas tomar para detener su efecto”, le contó un consumidor libanés a la BBC, en el marco del documental ‘La Droga de la Guerra de Siria’ emitido en septiembre. “Me sentía el dueño del mundo, como si tuviera un poder que nadie tiene”, agregó otro consumidor. “Ya no sentía miedo después de tomar captagón”, dijo un tercer hombre. Además, un excombatiente sirio le contó a la BBC que la droga “proporciona a los soldados energía sobrehumana y coraje”. Otro excombatiente relató cómo 350 personas tomaron los comprimidos sin saber que se trataba de una droga. “Algunos se volvieron adictos, ese es el problema”, agregó.
Pero no todos están de acuerdo con que se le llame ‘la droga de los yihadistas’. “Todo responde a una asociación entre drogas y terrorismo que quizá no haría falta. El uso de anfetaminas tiene una tradición larga en contextos bélicos, no es algo nuevo”, le contó a BBC Mundo el delegado de Energy Control, de la Asociación Benestar y Desarrollo (ABD), Claudio Vidal. “No puedes dormir, ni siquiera cerrar tus ojos. No hay nada que puedas tomar para detener su efecto”. Según fuentes del organismo, “el consumo de este producto no va ligado imperativamente al yihadismo”.
“Actualmente ‘captagón’ es el nombre popular por el que se conocen los comprimidos de anfetamina con cafeína y nada tiene que ver con su origen (nombre comercial de un fármaco)”, explican fuentes de Energy Control. “Es un estimulante suave que mejora la atención y el rendimiento cognitivo. También reduce el cansancio, el hambre y el sueño, y mantiene el estado de vigilia durante más tiempo”, puntualizó Vidal. Sin embargo, el psiquiatra francés experto en adicciones, Dan Velea, declaró a la prensa gala que el captagón “es un estimulante que genera una ausencia de dolor y de empatía”.
Vidal asegura que “no es cierto que el captagón inhiba la empatía”. “Radica más en las características personales de quien consume la droga que en el efecto de la sustancia”, señaló. En cuanto a los efectos secundarios, el experto dice que “pueden variar, desde una estimulación excesiva del sistema nervioso central, hasta psicosis tóxicas o anfetamínicas o dependencia”.
Siria, el ‘centro de producción’, los comprimidos decomisados están compuestos por combinaciones de anfetamina, metanfetamina y cafeína
Cuando era un medicamento, Captagón era la marca comercial del clorhidrato de fenetilina, aunque “desde su prohibición los análisis mostraron que los comprimidos decomisados están compuestos por combinaciones de anfetamina, metanfetamina y cafeína”, aseguran fuentes de Energy Control. La producción de Captagón en Oriente Medio se ha incrementado desde que comenzó el conflicto en Siria, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ya reportaba en su informe de 2010 que “la frecuencia y tamaño” de las incautaciones de Captagón estaban “aumentando” y que cada vez eran más los países que notificaban “intercepciones en todo Oriente Próximo y Oriente Medio”. Las cifras de la UNODC reflejan que Arabia Saudita recibió cerca de siete toneladas de Captagón ese mismo año, un tercio de la producción a nivel mundial. “Siria ha sido durante mucho tiempo un punto de tránsito para las drogas procedentes de Europa, Turquía y Líbano hacía los países ricos del Golfo”, agregó después la UNODC.
“El Captagón se ha hecho muy popular desde que estalló la guerra en Siria”, le contó a la BBC Rawdan Mortada, periodista libanés experto en crimen, corrupción y la guerra en Siria. Mortada aseguró a Arte Journal que el Captagón también sirve como medio para financiar las operaciones militares. “Las milicias de Siria consumen una parte y exportan otra, especialmente a los países del Golfo. Las ganancias les permiten financiar la compra de armas y las operaciones militares”.
Un complejo “todos contra todos” de gobierno, rebeldes, islamistas y potencias extranjeras y ahora las aviaciones rusa y francesa
Desde que estalló la violencia en Siria en marzo de 2011, la guerra ha ido escalando hasta convertirse en un complejo “todos contra todos” de gobierno, rebeldes, islamistas y potencias extranjeras que no hace sino complicarse con la aparición de las aviaciones rusa y francesa. Y este mes, con el ataque en París que dejó al menos 130 personas muertas, el conflicto en el país árabe ha captado la atención de la opinión pública desde que el presidente de Francia, Francois Hollande, afirmó que en Siria se habían planeado los atentados contra su país.
Pero no es un conflicto fácil de desentrañar. Empezando por sus impresionantes cifras. Más de 200.000 personas han muerto y, siempre según cálculos de la ONU, hay hasta 4 millones de desplazados: miles de ellos, los protagonistas de la reciente crisis de los refugiados en Europa. Las tropas de Bashar al Asad luchan contra unos mil grupos rebeldes que se calcula cuentan con 100.000 combatientes. Algunos, de claro corte islamista y con vínculos con Al Qaeda. En escena, desde principios de 2014, entró el autodenominado ‘Estado Islámico’, enfrentado tanto al gobierno como a los rebeldes, sean yihadistas y moderados. Luego están Estados Unidos y sus aliados occidentales, y además, más o menos implicados: Irán, Turquía y varios países del Golfo Pérsico. En septiembre de 2014, el presidente Barack Obama dio un discurso en el que anunció su intención de “degradar y en última instancia destruir” a EI.
Rusia tomó por sorpresa a EE.UU. con su intervención en Siria. Así empezó una campaña aérea en Irak y Siria en la que contó con el apoyo de Canadá, Francia, Reino Unido y varios países árabes. En una reciente cumbre sobre terrorismo celebrada en EE.UU., Obama insistió en que para poder derrotar a EI es imprescindible la salida de Al Asad. Para Obama, es necesario “un nuevo líder y un gobierno inclusivo que una al pueblo sirio en la lucha contra grupos terroristas”.
El dictador sirio Al Asad permite a los rusos tener una base naval en Tartus, la única instalación del Kremlin con salida al Mediterráneo
El Kremlin ha sido un consistente aliado del régimen de Al Asad, desde antes de que empezara el conflicto. Además de ser un importante comprador de sus armas, en Siria, Rusia tiene la base naval de Tartus, que aunque no es grande, es su única instalación en el mar Mediterráneo. Al Assad tiene en Rusia uno de sus más importantes aliados. La mediación rusa fue fundamental en la resolución de la crisis de las armas químicas a finales de 2013. Entonces, EE.UU. y Francia estaban discutiendo la posibilidad de iniciar una campaña de ataques con misiles contra objetivos del gobierno sirio, algo que frenó la mediación de Putin. La aviación rusa inició una serie de ataques en territorio sirio que tomaron por sorpresa a las potencias que ya intervienen en el terreno.
El supuesto alto número de rusos que se han unido a las filas de EI y el temor a las consecuencias de tenerlos de vuelta a su país para realizar ataques parece uno de los detonantes de la mayor implicación rusa. Y aunque los rusos insisten en que sus ataques van dirigidos contra “los mismos terroristas” que EE.UU., otros gobiernos dudan y sospechan que están atacando también a los rebeldes levantados contra Al Asad. Según la Casa Blanca, los ataques rusos son “indiscriminados” y afectan de forma aleatoria a todos los que se oponen al gobierno.
Irán, una de las potencias de la región, es también un histórico aliado del gobierno de Al Asad, al que además de suplir armas, ha proveído apoyo militar y financiero. “Creemos que los estadounidenses están cometiendo un error sobre Siria y definitivamente pagarán un precio si atacan ese país”, decía el Ayatolá Jamenei en septiembre de 2013. Para Irán, la supervivencia de Al Asad es clave para poner freno a la influencia de su gran rival en la región, Arabia Saudita. Pero la potencia chiita comparte con Estados Unidos y Rusia un enemigo: EI, milicia sunita que ve a los persas como herejes que deben morir.
Arabia Saudita, potencia sunita y gran rival de Irán, ha sido parte desde el inicio de la coalición liderada por Estados Unidos para atacar a Estado Islámico. En la reciente cumbre celebrada en Nueva York, el gobierno saudita reiteró la necesidad de sacar del poder a Al Asad. El ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al Jubeir, dijo que considera vigente la posibilidad de una intervención militar para sacar a Al Asad del poder. Al Jubeir advirtió que, de no alcanzarse dicho acuerdo, se dispone a incrementar los envíos de armas y su apoyo a los rebeldes. Adel al Jubeir dijo que no permitiría que Rusia atacara a los rebeldes contrarios a Al Assad.
Arabia Saudita es sin duda uno de los proveedores clave de los rebeldes, entre ellos grupos de línea dura. Eso sí, Riad ha rechazado la acusación iraní de estar apoyando directamente a EI y han expresado su preocupación de que los yihadistas sirvan de inspiración para movimientos que traten de acabar con el régimen. Sin embargo, multimillonarios de ese país han enviado donaciones al grupo yihadista y se calcula que unos 2.500 hombres sauditas se han incorporado a las filas de Estado Islámico. A la coalición impulsada por EE.UU., también se incorporaron Bahréin, Jordania, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, en línea muy similar a la saudita.
Los sirios derriban un avión turco, ruptura de una amistad; los turcos destruyen ahora otro avión ruso, mediación de la OTAN
Turquía, de mayoría sunita, es otra de las grandes potencias de la región. Su implicación en el conflicto de su vecino empezó con su apoyo para el Ejército Libre Sirio, el principal de los movimientos rebeldes. El país ha acogido muchos de los más prominentes activistas de oposición. Recientemente, comenzó una campaña de ataques aéreos contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán. Los ataques turcos, que habían sido anunciados contra Estado Islámico, pronto se vió que afectaban también a los combatientes kurdos, igualmente enemigos de los yihadistas. De hecho, la batalla de los kurdos contra EI, sobre todo en Irak, ha contado con el apoyo de EE.UU. Aunque las relaciones de Ankara y Damasco habían sido amistosas a lo largo de los años, al igual que las principales potencias occidentales, se fueron deteriorando desde el inicio del conflicto. El definitivo punto de ruptura se produjo en junio de 2012, cuando los sirios derribaron un caza turco.
El presidente ruso, Vladímir Putin, reaccionó acusando a Turquía de “ataque a traición” y complicidad con el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés). Según su versión, el bombardero Su-24 realizaba una operación antiterrorista en territorio sirio. La acción turca “tendrá serias consecuencias” para las relaciones entre los dos países, afirmó el jefe del Estado. Tanto el presidente Putin como su Ministerio de Defensa han negado que el avión hubiera penetrado en territorio turco.
Llamamiento a la calma. El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, apeló esta semana tras una reunión de urgencia “a la calma y a rebajar la tensión”, después de que el Ejército turco abatiese un avión militar ruso en la frontera con Siria. Stoltenberg subrayó que varios servicios de inteligencia aliados confirman la versión de Ankara: el caza ruso violó el espacio aéreo de Turquía, algo que niega insistentemente Moscú. “Esta es una situación muy seria: requiere que todos seamos prudentes”, dijo Stoltenberg, quien expresó “la solidaridad” de la Alianza con Turquía.
Rusia ha comenzado a penalizar los intereses económicos de Turquía como respuesta al derribo del bombardero Su-24 que participaba en la operación en Siria. El Kremlim exige a Ankara disculpas y reparaciones materiales por el incidente que se saldó con la primera baja oficial -el segundo piloto sobrevivió- del contingente militar ruso en el país árabe así como con la destrucción de dos de sus aeronaves.
El presidente Vladímir Putin aprovechó la entrega de credenciales a 15 nuevos embajadores este jueves para enumerar los agravios que a su juicio, están pendientes de satisfacción por parte de Ankara. “Hasta ahora no hemos oído una clara disculpa de Turquía a alto nivel político, ni propuestas de compensaciones por daños y perjuicios, ni promesas de castigar a los delincuentes por el delito cometido”, dijo el jefe del Estado. “Los dirigentes turcos de forma consciente llevan la relación ruso-turca a un callejón sin salida”, opinó Putin. De nuevo, el líder del Kremlin insistió en la necesidad de oponerse al terrorismo con una gran coalición que “apoye las acciones de los militares rusos, que realizan exitosas operaciones contra los grupos y estructuras terroristas en Siria”.
El Kremlin aclaró que no contempla represalias militares a Turquía, en un claro síntoma de que no quiere una escalada de violencia
Rusia anunció este miércoles el despliegue de los avanzados sistemas de defensa antiaérea S-400 a una de sus bases en Siria, en respuesta al derribo de uno de sus bombarderos por parte de las fuerzas turcas. Las autoridades rusas aseguraron que el incidente no modificará de ninguna manera sus operaciones militares en la zona y amenazaron con consecuencias en la relación económica con Turquía. Sin embargo, el Kremlin aclaró que no contempla represalias militares, en un claro síntoma de que no quiere una escalada de violencia.
Las circunstancias del derribo del bombardero ruso por el ataque de la aviación turca es objeto de un fuerte pulso en Moscú y Ankara. Rusia reafirmó este miércoles que el aparato no violó el espacio aéreo turco. El piloto del Su-24 abatido, que sobrevivió y fue rescatado este miércoles en Siria, negó haber cruzado la frontera en declaraciones a periodistas rusos. “Eso es imposible, ni siquiera por un segundo. De hecho, no hubo ninguna advertencia. Ni por radio, ni visualmente. No hubo ningún contacto. Por eso continuamos el rumbo de combate de modo normal. Hay que tener en cuenta cuál es la velocidad de vuelo del bombardero y del avión de caza F-16. Si hubieran querido advertirnos, podrían mostrarse, ponerse en un curso paralelo. Pero no hubo nada”.
Poco después, las Fuerzas Armadas turcas difundieron una grabación en la que se escuchan unas advertencias que, según ellas, fueron las lanzadas hacia el aparato ruso. “Se está aproximando a espacio aéreo turco. Cambie de rumbo inmediatamente”, se oye.
El portavoz del presidente Putin aclaró que “sin ninguna duda” los bombardeos rusos contra los rebeldes en el norte de Siria continuarán, pese al malestar de Turquía ante los ataques a las milicias turcomanas. “Preferiríamos que los terroristas se mantuvieran lejos de la frontera turca, pero desafortunadamente tienden a estar ahí”, dijo.
“Hace años que oímos hablar de guerra, no habíamos comprendido que lo que ocurre en Alepo puede ser relevante para Essen o Stuttgart”
La gira diplomática del presidente francés, François Hollande, para lograr apoyos en su guerra contra el Estado Islámico (ISIS) va logrando sus primeros frutos. Los Gobiernos de Alemania y Reino Unido concretaron este jueves sus planes militares de intervención en Siria. La canciller Angela Merkel, que el día anterior había visitado a Hollande en París, anunció que aportará media docena de aviones de reconocimiento y una fragata. Esta dotación se une a los 650 soldados de refuerzo en Malí anunciados el pasado miércoles. El primer ministro británico, David Cameron, pidió el apoyo del Parlamento para estar bombardeando Siria antes de Navidad. “No podemos subcontratar la seguridad”, dijo el líder conservador, que confía en lograr el sí de la Cámara.
“Hace años que oímos hablar de guerra y refugiados, pero no habíamos comprendido que lo que ocurre en Alepo puede ser relevante para [las ciudades alemanas de] Essen o Stuttgart”. La frase, pronunciada el miércoles por Merkel en el Bundestag, adquirió este jueves un significado más claro.
La jefa del Gobierno alemán ya dejó claro que, tras los atentados de París, ofrecería a Francia toda su solidaridad. Ahora da contenido a esta promesa: además de destinar a Malí 650 soldados y de aumentar las actividades de formación a los peshmergas kurdos en Irak, Berlín anunció que participará en la lucha contra el ISIS en Siria. Su aportación será de entre cuatro y seis aviones de reconocimiento Tornado, aviones cisterna, una fragata para custodiar el portaviones Charles de Gaulle y tecnología.
La operación no incluirá operaciones de ataque. Los Tornado de la Bundeswehr se limitarán a usar cámaras para hacer operaciones de reconocimiento. “Sabemos que el terrorismo no será derrotado solo con medios militares, pero también que no podemos evitar una confrontación militar con el ISIS”, aseguró el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. “Nos ponemos del lado de Francia, que fue golpeada por los ataques inhumanos del Estado Islámico”, añadió la titular de Defensa, la democristiana Ursula von der Leyen. Merkel calificó la decisión, según asistentes a la reunión parlamentaria, como un paso necesario para luchar contra el terrorismo yihadista, aunque el respaldo a Hollande también puede interpretarse en clave interna: la canciller necesita al presidente francés en estos momentos para impulsar un acuerdo europeo en la crisis de refugiados.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su colega francés, Francois Hollande, acordaron este jueves en Moscú una cooperación más intensa en la lucha contra el terrorismo, en concreto el intercambio de información del espionaje militar sobre aquellos grupos y zonas en Siria que pueden ser atacados y los que no deben serlo. Con este acuerdo se pretende evitar incidentes como el derribo del avión Su-24 en la frontera entre Siria y Turquía. “Lo importante es no atacar a los grupos que luchan contra el terrorismo”, manifestó Hollande. El presidente francés visitó a su homólogo ruso en el marco de la ofensiva diplomática emprendida tras la matanza de París del 13-N para coordinar los esfuerzos internacionales en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Siria.
Putin recuerda a Erdogan la existencia de un masivo contrabando de petróleo de los terroristas a territorio turco, visibles desde el aire
El mandatario ruso calificó de “tonterías” las explicaciones turcas y afirmó que es “muy lamentable” que el “nivel sin precedente de las relaciones interestelares” entre Rusia y Turquía en los últimos 10 años “se destruyera de forma tan irreflexiva y grosera”. Sobre el envío de sistemas de defensa antimisiles S-400 a Siria, Putin consideró que era necesario para proteger a los aviones rusos y dijo que si no había mandado antes estos sistemas de defensa era porque no se le podía “ni haber pasado por la cabeza” que los aparatos rusos pudieran ser derribados por un país como Turquía al que Rusia considera “amigo” y “casi como un aliado”. Putin dijo que no creía que el presidente turco ignore, como pretende, la existencia de un masivo contrabando de petróleo desde Siria a territorio turco, dado que las columnas de vehículos cargados de crudo son visibles desde el aire y van a Turquía cargados para volver de vacío a Siria a recoger nuevo combustible.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien apoyará a François Hollande y su iniciativa para responder a los terroristas que sembraron el terror en París, no ha querido que sus conciudadanos comenzaran el periodo festivo más largo del calendario estadounidense sumidos en la inseguridad y el miedo ante un posible ataque terrorista. Razón por la cual, tras reunirse con su equipo de seguridad nacional, modificó su agenda diaria y decidió comparecer ante la prensa para asegurar que no existe “ninguna información específica y creíble” que apunte a un ataque terrorista en el país.
Esa es la situación tras los atentados de París del 13 de noviembre: la incertidumbre, el pánico, lleva a convertir en noticia algo que, en una situación normal, no sería necesario recalcar. Pero este jueves es el día de Acción de Gracias. Más de 25 millones de estadounidenses comienzan un éxodo que por aire les acercará a sus seres queridos. Cuarenta y dos millones se desplazarán por carretera. Y Barack Obama intenta que lo hagan como si se tratara de cualquier otro fin de semana.
Mientras tanto en España, el presidente conservador Mariano Rajoy, quien insiste que no se van a quedar con los brazos cruzados, sigue sin comprometerse en ninguna acción concreta, teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones generales el próximo 20 de diciembre. No obstante, continúa con sus conversaciones con líderes de la oposición para adoptar un acuerdo unitario, sin partidismos. Esta va a ser una tarea imposible hasta después de los comicios donde el país ibérico designará nuevo mandatario. El tema del terrorismo en muy sensible para el Partido Popular, tras el atentado ocurrido en los trenes de Atocha de Madrid. La matanza indiscriminada inclinó la balanza a favor del PSOE. Los socialistas se opusieron entonces a la intervención de España en la invasión de George W. Bush al Irak de Sadam Hussein. Analistas ‘justificaron’ la matanza de Madrid en la decisión gubernamental del entonces presidente, también del PP, José María Aznar.
Captagón, la droga de los yihadistas; la producción se inició para tratar la hiperactividad, la narcolepsia y la depresión, siendo prohibida por su parecido a las anfetaminas y falta de potencial terapéutico; es muy popular en Oriente Medio con laboratorios clandestinos en Siria y Líbano; los combatientes de la guerra de Siria utilizan esta ‘píldora milagrosa’ para olvidar el dolor y el miedo; “Sabemos que el terrorismo no será derrotado solo con medios militares, pero también que no podemos evitar una confrontación militar con el ISIS”, declaran los ministros europeos; España ‘a la espera’ de sus elecciones generales del 20 de diciembre, ‘catarsis’ del Mariano Rajoy y el PP sobre la matanza de Atocha.
@SantiGurtubay
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