Una de las grandes preguntas sobre el nuevo proyecto de Alonso es si podrá convencer a Mbappé de ser un jugador que se sacrifique para el Real Madrid
Kylian Mbappé se quedó a un lado, sonriendo y esperando mientras Xabi Alonso lo elogiaba.
Mbappé había marcado dos goles y había sido nombrado mejor jugador del partido en la victoria del Real Madrid por 2-1 sobre el Marsella en la UEFA Champions League. En la zona de entrevistas flash del Santiago Bernabéu, el entrenador tenía una tarea algo incómoda: evaluar públicamente la contribución de su delantero estrella, al alcance del oído del propio jugador.
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“No estuvo mal”, dijo Alonso al reportero de Movistar Ricardo Sierra, riendo y mirando fuera de cámara hacia Mbappé. “Como siempre. Dos goles. Tiene un impacto increíble. Estamos contentos de tenerlo, pero queda un largo camino por recorrer y acabamos de empezar… y con él aquí, a un metro de distancia, no voy a decir nada más, ¿verdad?”.
Las perspectivas de éxito del Real Madrid en esta temporada —que comienza con la victoria en el derbi del sábado contra el Atlético de Madrid y termina con la conquista de los grandes trofeos en mayo— descansan sobre los hombros de estos dos hombres, Mbappé y Alonso. Y fue el éxito lo que se les escapó en 2024-25.
Imaginemos lo siguiente: un delantero francés, inspirado por un entrenador carismático, lleva su juego a otro nivel para ganar la tan esperada Champions League y es recompensado con el Balón de Oro. ¿Te suena familiar? Funcionó para Ousmane Dembélé, coronado el lunes mejor jugador masculino de 2025, tras brillar en el París Saint-Germain de Luis Enrique. ¿Por qué no iba a repetir Mbappé la fórmula en 2026 con el Madrid de Alonso?
La actuación de Mbappé contra el Marsella provocó comparaciones directas con Dembélé. El delantero lideró la presión del Madrid, desbaratando el juego de construcción del equipo visitante, mientras el equipo de Alonso recuperaba repetidamente la posesión en posiciones peligrosas, en la parte alta del campo. Los comentaristas de la televisión española compararon con entusiasmo la actuación de Mbappé con la ya icónica imagen de Dembélé esperando ansiosamente, como un velocista en sus bloques, para presionar la zaga del Inter de MIlán durante la final de la Liga de Campeones de las temporadas pasadas.
Luis Enrique moldeó al talentoso Dembélé para convertirlo en un delantero completo e implacable, una estrella desinteresada cuando no tenía la posesión. Fue un proceso que nunca pudo completar con Mbappé, que dejó París para fichar por el Madrid en 2024.
“En ataque, eres un dios. No hay nadie como tú”, le dijo Luis Enrique a Mbappé en una famosa conversación grabada para el documental titulado “No tienes ni pu… idea”.
“Pero el día que no ataques, tienes que ser el mejor jugador de la historia en defensa”, continuó. “Eso es ser un líder. Eso es Michael Jordan”.
Una de las grandes preguntas sin respuesta sobre el nuevo proyecto de Alonso es si podrá tener éxito donde Luis Enrique fracasó a la hora de convencer a Mbappé —que marcó 44 goles en todas las competiciones la temporada pasada, pero a menudo se mostró ambivalente en defensa— para que se convierta en ese jugador para el Real Madrid.
Hasta ahora, todo va bien.
Por citar una estadística: en seis partidos de LaLiga esta temporada, Mbappé ha recuperado 15 balones. Eso supone 2.5 por partido, frente a los 36 recuperados en los 34 partidos de liga disputados la temporada pasada, o 1.06 por partido. En la victoria por 2-0 del Real Madrid sobre el Espanyol el sábado, el público del Bernabéu ovacionó ruidosamente cuando Mbappé corrió hacia atrás, en el minuto 73, con el Madrid ya con dos goles de ventaja, para interrumpir un posible contraataque de los visitantes, ganando el balón en su propio campo antes de pasarlo con seguridad al portero Thibaut Courtois.
Fue una ilustración tentadora y de libro de lo que a menudo le había faltado al juego de Mbappé hasta ahora. También fue una prueba de que está aceptando la visión de Alonso.
“Xabi quiere que recuperemos el balón más rápidamente”, dijo Mbappé la semana pasada. “Hago lo que el entrenador me pide. Quiere un bloque alto, recuperar el balón en la parte alta [del campo] y luego poder crear ocasiones. Nos acostumbraremos y eso ayudará al equipo a ganar trofeos… Quiero ayudar al equipo. Ya sea marcando goles, presionando o con asistencias, quiero ayudar al equipo.”
Alonso es muy cuidadoso con sus palabras y elabora conscientemente cada declaración pública para transmitir el mensaje que quiere enviar. Sus elogios a la inteligencia futbolística de Mbappé el mes pasado —“[A Mbappé] le gusta el futbol, entiende el futbol”, dijo más de una vez— parecían una admisión tácita: Mbappé lo entiende.
El delantero vio cómo el desequilibrado equipo del Madrid de las temporadas pasadas, bajo la dirección de Carlo Ancelotti, se quedaba corto al quedar al descubierto sus deficiencias defensivas ante equipos de primera línea como el Barcelona (resultado global en cuatro partidos en todas las competiciones: 16-7 a favor del Barça) o el Arsenal en los cuartos de final de la Liga de Campeones (resultado global en dos partidos: 5-1 a favor del Arsenal). Y parece haber aceptado que algo tenía que cambiar.
Es cierto que la muestra es aún demasiado pequeña para que podamos hacer afirmaciones categóricas con seguridad. Mbappé se perdió la mayor parte del torneo debut de Alonso como entrenador, el Mundial de Clubes, por una gastroenteritis, y solo jugó 135 minutos con vacilación. En seis partidos de LaLiga esta temporada, más el del Marsella en la Champions League, ha jugado 617 minutos.
Algunas métricas sugieren que, hasta ahora, el cambio en el juego sin balón de Mbappé es gradual, más que radical. En LaLiga, Mbappé está ejecutando 12.47 presiones sobre el balón por cada 90 minutos en 2025-26, frente a las 12.41 de 2024-25, según datos de LaLiga Football Intelligence. Sus presiones de alta intensidad solo han aumentado ligeramente, hasta 9.39 por cada 90 minutos, en comparación con las 8.89 de las temporadas pasadas.
Las presiones de Mbappé que realmente conducen a una recuperación son de 3.24 por cada 90 minutos en la temporada 2025-26, una cifra similar a las 3.49 por cada 90 minutos de la temporada 2024-25. Y el porcentaje de tiempo que pasa caminando durante un partido de LaLiga se ha mantenido constante hasta ahora, en un 77 %. Pero en lo que más importa, marcar goles, Mbappé ha comenzado la temporada 2025-26 a la velocidad de la luz, en marcado contraste con hace 12 meses, cuando no logró marcar en sus tres primeros partidos. Ya suma nueve goles en siete partidos, lo que eleva su total con el Madrid a 53 goles en 66 partidos.
En una serie de estadísticas, Mbappé lidera el camino. Es el jugador de LaLiga que más goles ha marcado (siete, tres más que cualquier otro jugador), tiene los goles esperados más altos (6.1), ha realizado más tiros (34, por delante de los 21 de Cucho Hernández, del Real Betis), los tiros más certeros (10, empatado con Vedat Muriqi, del Mallorca), las acciones más creadoras de tiros (48, por delante de las 33 de Vinícius Júnior) y las regates más exitosos (22, por delante de los 18 de Lamine Yamal). También es segundo en la liga en pases clave, por detrás de su compañero Arda Güler (18, frente a los 20 de Güler).
El duelo entre Real Madrid y Barcelona ya tiene fecha y en el seno Merengue el deseo es borrar el recuerdo del dominio catalán en 2024.
“Era optimista [sobre la forma de Mbappé]”, dijo Alonso el mes pasado. “La Copa Mundial de Clubes de Kylian fue un poco ‘ligera’ debido a la gastroenteritis. Pero nos estamos conociendo. Ahora se ve el jugador que es”.
Algunos aspectos del juego de Mbappé que fueron más criticados durante su primera temporada en España, como su trabajo sin balón y su fiabilidad desde el punto de penalti, parecen haberse corregido.
A Mbappé le pararon tres penaltis la temporada pasada, y admitió que “tocó fondo” tras dos fallos consecutivos en una semana contra el Athletic Club y el Liverpool. Esta temporada ya ha convertido cuatro de cuatro, incluido un tranquilo penalti “panenka” ante el Levante el martes.
“Kylian está a un nivel increíble”, dijo la semana pasada el centrocampista Aurélien Tchouaméni. “Sabemos que con él tenemos más posibilidades de ganar los partidos”.
Mbappé no es el único jugador que ha aprendido la lección de la temporada pasada. “El problema surge cuando no se defiende con 11 jugadores”, declaró Thibaut Courtois, con su habitual franqueza, tras el partido contra el Marsella. “El entrenador ahora controla mucho a los extremos, a Kylian y a los centrocampistas ofensivos como Arda, que tienen que volver rápidamente atrás, y eso cambia mucho las cosas”.
“Esa es la diferencia entre que [los rivales] creen peligro o no. Tenemos que seguir haciéndolo. El entrenador me pide que juegue más arriba, ¡tengo que correr más! Eso es lo que ha cambiado con respecto al año pasado”.
Rodra con el análisis de una nueva victoria de Xabi Alonso.
Otra salvedad es la oposición a la que se ha enfrentado el Madrid en lo que va de temporada: Osasuna, Real Oviedo, Mallorca, Real Sociedad, Marsella, Espanyol y Levante. Aún no han sido puestos a prueba de verdad. Pero eso está a punto de cambiar.
El sábado, el Real Madrid visita al Atlético en el derbi madrileño. La temporada pasada, los enfrentamientos entre ambos clubes no pudieron ser más reñidos, con dos empates a 1-1 en LaLiga y una eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones que se decidió en los penaltis, con el famoso penalti de doble toque de Julián Álvarez.
El progreso del Real Madrid en lo que va de temporada ha sido tranquilo, con seis victorias de seis en LaLiga; el Atlético ha tenido dificultades, y recientemente tuvo que esforzarse al máximo para remontar y ganar 3-2 al Rayo Vallecano el miércoles.
“[El Real Madrid] ha crecido con respecto a la temporada pasada, en su juego colectivo”, dijo después el entrenador del Atlético, Diego Simeone. “Tienen jugadores decisivos en todo el campo”.
Tras el derbi, le esperan más partidos contra equipos de primera línea: la Juventus en la Liga de Campeones el 22 de octubre, el Barcelona en LaLiga cuatro días después, el Liverpool en noviembre y el Manchester City en diciembre.
Para entonces, tendremos una idea más clara de lo revolucionario que es el Real Madrid de Alonso y de si la transformación de Mbappé es un espejismo o algo más tangible.
