Este miércoles 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad, una fecha dedicada a reconocer el valor de quienes han construido con su trabajo y experiencia el presente de nuestras comunidades.
En la península de Yucatán, este día cobra relevancia ante el crecimiento acelerado de la población adulta mayor, un fenómeno que obliga a repensar los apoyos, la atención médica y las oportunidades de integración social para quienes han dejado atrás la edad productiva.
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Por ello, este día invita a mirar con respeto y gratitud a quienes hoy forman parte de este sector. Pero también obliga a plantear un debate sobre el futuro: cómo garantizar que estas generaciones vivan con calidad, acceso a servicios y acompañamiento.
En la península, las políticas públicas comienzan a responder a este panorama, pero la sociedad también tiene un papel fundamental: reconocer que el envejecimiento no es un problema, sino una etapa que merece ser dignificada.
El rostro del envejecimiento en la península
Las cifras confirman que la península de Yucatán está envejeciendo a paso acelerado. El Inegi explica este fenómeno a través del índice de envejecimiento, que no es otra cosa que contar cuántas personas mayores de 60 años hay en comparación con cada cien niñas, niños y jóvenes menores de 15 años.
Hace casi dos décadas, en 2005, Quintana Roo tenía apenas 19 adultos mayores por cada 100 menores, mientras que en Yucatán la cifra ya rondaba los 30. Para 2020, la historia cambió, pues Quintana Roo alcanzó casi 29 y Yucatán rebasó los 52. Dicho de manera sencilla: en Yucatán hoy existen más de 52 personas mayores de 60 años por cada 100 niñas y niños.
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Aunque Quintana Roo ha mostrado un ritmo más lento, la tendencia es evidente, cada vez hay más personas en edad avanzada que necesitarán atención médica, espacios de recreación y apoyos económicos para vivir con dignidad.
En 2010, Quintana Roo tenía 17 adultos mayores por cada 100 menores; en apenas diez años esa cifra casi se duplicó. Yucatán, por su parte, pasó de 37 a más de 52 en el mismo periodo.
Estos números no son fríos ni lejanos, cuentan una realidad: vivimos más años que antes, pero al mismo tiempo nacen menos niñas y niños. Eso transforma a nuestras comunidades y nos obliga a pensar cómo vamos a cuidar y acompañar a quienes llegan a la tercera edad.
Programas de apoyo en Quintana Roo
En Quintana Roo, la gobernadora Mara Lezama ha colocado en el centro de su política social a los adultos mayores. Desde el inicio de su administración, se han ampliado los programas de acompañamiento, con ejes que van desde la seguridad alimentaria hasta la inclusión comunitaria.
El programa “Comedores del Bienestar”, por ejemplo, atiende diariamente a miles de personas de la tercera edad en distintos municipios, garantizando una alimentación completa y gratuita. También se fortaleció el Seguro de Salud para el Bienestar, que cubre consultas y medicamentos para quienes no cuentan con seguridad social.
Otro de los ejes ha sido la creación de Espacios de Bienestar y Desarrollo Comunitario, donde los adultos mayores participan en talleres de oficios, manualidades y actividades recreativas que no solo fomentan el aprendizaje, sino que combaten la soledad.
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La gobernadora también puso en marcha el Programa Estatal de Apoyo a Personas Adultas Mayores Vulnerables, que brinda despensas y atención médica directa en comunidades rurales. Además, con la estrategia “Mujeres por Mujeres”, se ha dado prioridad a las adultas mayores en situación de abandono, otorgándoles acompañamiento psicológico y redes de apoyo.
Las acciones se complementan con la coordinación federal, pues a través de la pensión universal para adultos mayores se garantiza un ingreso bimestral que ayuda a cubrir necesidades básicas. La administración estatal ha reforzado este esquema con brigadas de salud que llegan hasta las comunidades más apartadas.