Chechén y Chaká: la leyenda maya que une botánica, medicina ancestral y simbolismo ecológico
Redacción Macronews.- En la península de Yucatán, la cultura maya dejó un legado de mitos profundamente ligados a la naturaleza, entre ellos la leyenda de los árboles chechén (Metopium brownei) y chaká (Bursera simaruba), que narra la historia de dos hermanos: uno violento y vengativo, otro noble y compasivo. Según la tradición oral, los dioses los transformaron en árboles tras su muerte: el chechén, tóxico al contacto, y el chaká, curativo y protector.
Botánicamente, el chechén es nativo de Mesoamérica y común en la selva baja caducifolia. Su savia contiene urushiol, una sustancia altamente irritante que puede causar dermatitis severa, similar a la reacción provocada por la hiedra venenosa (Toxicodendron radicans). En contraste, el chaká —conocido como “árbol turista” por su corteza rojiza que se desprende fácilmente— posee propiedades antiinflamatorias y es utilizado en la medicina maya para tratar quemaduras y erupciones cutáneas, incluso las provocadas por el chechén.
El simbolismo de esta leyenda refleja una dualidad presente en muchas cosmovisiones indígenas: el equilibrio entre el bien y el mal, el castigo y la redención. La cercanía con la que suelen crecer ambos árboles en la selva refuerza el mito: donde hay chechén, suele haber chaká, como si el hermano bueno protegiera del daño del otro.
Este relato no sólo enriquece el imaginario cultural de la región, sino que también promueve el respeto por la biodiversidad, el conocimiento ancestral sobre las plantas medicinales y la conexión espiritual con el entorno natural.






















