EE.UU. destruye dos embarcaciones en el Pacífico; suman más de 70 muertos en operativos contra presuntos narcoterroristas desde septiembre
Redacción Macronews.- El gobierno de Estados Unidos confirmó este domingo la destrucción de dos embarcaciones en el Océano Pacífico oriental, presuntamente vinculadas al tráfico de drogas, en un operativo que dejó seis personas muertas. Con este nuevo ataque, suman más de 70 fallecidos en acciones militares similares desde septiembre, según declaraciones del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien aseguró que ningún soldado estadounidense resultó herido.
Los buques fueron identificados por servicios de inteligencia como parte de una ruta de tránsito conocida del narcotráfico, aunque hasta el momento no se han presentado pruebas públicas que confirmen la naturaleza del cargamento ni la identidad de los ocupantes. Hegseth compartió en la red social X un video del ataque, reiterando que se trató de una acción legítima contra “narcoterroristas”.
Desde septiembre, Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el mar Caribe y el Pacífico, desplegando submarinos nucleares, buques de guerra y el portaaviones más grande del mundo. Esta estrategia ha sido criticada por organismos internacionales, líderes extranjeros y expertos jurídicos, quienes cuestionan la legalidad de los ataques y exigen transparencia en las operaciones.
El jefe de derechos humanos de Naciones Unidas calificó los bombardeos como violaciones al derecho internacional, mientras que el gobierno de Venezuela los denunció como actos de agresión y asesinatos extrajudiciales. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de intentar desestabilizar su gobierno, señalando el contacto directo entre la administración estadounidense y la oposición venezolana.
La escalada militar ha generado preocupación regional, especialmente tras el despliegue de decenas de miles de tropas venezolanas en respuesta a la presencia naval estadounidense. Analistas advierten que la falta de pruebas y el creciente número de víctimas podrían agravar las tensiones diplomáticas y abrir un debate sobre el uso de la fuerza en operaciones transnacionales.






















