Redacción Macronews.- El Gobierno de Nigeria ha ratificado oficialmente su participación y anuencia en la operación militar ejecutada por los Estados Unidos en el noroeste de su territorio, dirigida contra células operativas del grupo terrorista Estado Islámico (EI). Esta confirmación surge tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre el despliegue de un ataque «poderoso y mortal» en represalia por la presunta persecución y matanza de comunidades cristianas en la nación africana. El teniente general Samaila Uba, portavoz de las Fuerzas Armadas de Nigeria, calificó la intervención como una operación de precisión exitosa, fundamentada en información de inteligencia compartida y una planificación rigurosa para debilitar la infraestructura extremista en el estado de Sokoto.

La cúpula diplomática nigeriana, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Yusuf Tuggar, reveló detalles cronológicos sobre la coordinación de los bombardeos. Tuggar informó haber sostenido una conversación telefónica de 19 minutos con el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, momentos antes de la incursión para asegurar el visto bueno del presidente nigeriano, Bola Ahmed Tinubu. Tras obtener el consentimiento del mandatario, se realizó un segundo enlace de confirmación apenas 5 minutos antes del lanzamiento de los proyectiles. Según datos del Pentágono, la ofensiva consistió en el disparo de al menos una decena de misiles Tomahawk desde un buque de la Armada estadounidense posicionado en el Golfo de Guinea.
Este movimiento bélico se alinea con las advertencias previas emitidas por Donald Trump a través de su plataforma Truth Social, donde sentenció que se desataría un «infierno» si no cesaban las agresiones contra la población cristiana en la región. Aunque la Casa Blanca designó recientemente a Nigeria como un país de «especial preocupación» por presuntas violaciones a la libertad religiosa, el Ministerio de Relaciones Exteriores nigeriano enfatizó que el ataque se produjo bajo una «cooperación estructurada» que respeta la soberanía nacional y el derecho internacional. La operación ha dejado «múltiples» bajas en los campamentos terroristas ubicados cerca de la frontera con Níger, marcando un endurecimiento en la política exterior de la administración Trump en el continente africano.





















