Cuando éramos peques y veíamos Mazzinger, Los Thundercats o Los Halcones Galácticos, en las televisoras aprovechaban los tiempos destinados a publicidad para retacarlos de comerciales de juegos de mesa que tenían mucha onda (o al menos eso creíamos). Cada Navidad, la pedíamos a Santa o a Los Reyes Magos que nos los trajeran, ¿se acuerdan? Aquí les dejamos un recuento de los juegos que pedíamos aquellos que crecimos en los ochenta y parte de los noventa.
Pulgas locas
Este juego originalmente se llamaba Bed Bugs, pero llegó a nuestro país bajo el nombre de Pulgas Locas y distribuido por Milton Bradley (MB). Su tema resultaba bastante pegajoso y comenzaba con la inolvidable frase “¡PULGAS, PULGAS, NADIE DUERME HOY!”. Tenía que elegir una pincita de un color y ganaba el que cazara primero todas las pulgas del color que le había tocado.
Operando
En este juego, tú eras el doc y con unas pincitas, tenías que extirparles los órganos a un paciente de juguete. Puede sonar bastante creepy, pero era muy divertido. Si es que tocabas las paredes del orificio por donde debías hacer la extracción, se prendía la nariz roja del paciente y significaba que habías fallado. Es un verdadero clásico y aún sobrevive, incluso ha habido versiones de Homero Simpson o de Los Minions.
Destreza
“Pon las piezas en su lugar, ponte muy atento”, era la frase con la que empezaba este comercial tan pegajoso. ¿Recuerdan lo que seguía? En este juego, tenías que poner todas las piececitas en su sitio en un tiempo delimitado (traía un temporizador como el que se usa en las cocinas o en las lavadoras) y cuando llegabas al tiempo límite, el dispositivo brincaba y perdías la partida. Un juego no apto para neuróticos, porque sí daban nervios. :/
Pizarrón Mágico
Éste era genial porque el objetivo no era ganar, sino crear diseños luminosos con unos foquitos que ponías sobre un tablero. Podrías crear muchas figuras y era apto para aquellos que tenían aptitudes artísticas y tenían ganas de desarrollarlas. Este por desgracia ya está descontinuado desde hace muchos años. Si llegas a ver que lo venden, no lo dejes ir, es para verdaderos coleccionistas.
Fabuloso Fred
Había dos versiones, la original y más popular, distribuida por la marca Ensueño y uno un poco más barato pero que tenía prácticamente las mismas funciones, que era distribuido por Radio Shack. Lo que tenías que hacer era recordar la secuencia de luces, a las cuales también le correspondía un sonido. Al principio podía parecer sencillo, pero mientras más larga se hacía la secuencia más complicado se volvía.
Juego de Química Mi Alegría
Los más ñoños queríamos tener un juego de química o un microscopio de Mi Alegría, porque soñábamos con que de grandes seríamos científicos, eso sí, con mucha onda como Beakman (si sabes quién era Beakman, ya hueles a polilla). A pesar de que algunos estaban algo chafitas, nos emocionaba mucho poner líquido de colores en los matraces. Los juegos Mi Alegría han sobrevivido hasta la actualidad y es de los pocos educativos que quedan. Aquí un comercial más «contempo», pa’ que no digan que los niños ya no se interesan por esto. ¡Todavía hay esperanza!
Adivina quién
Otro de los que a pesar del tiempo, se han mantenido y aún puedes encontrarlos en las jugueterías, aunque se va haciendo cada vez más difícil conseguirlos, pues el mercado está dominado por los juguetes de acción para niños y los de princesas y esas cosas, para niñas (como si se requiriera de tener algún sexo en específico para disfrutar un juguete, pero bueno). Lo bueno de este juego es que te enseñaba a ganar mediante las preguntas correctas, como si el personaje de tu oponente usaba lentes, tenía barba, etcétera.
¿Qué onda, cuáles de ellos tuviste? Nunca es demasiado tarde, ve haciendo tu cartita a Santa o a Los Reyes, en una de ésas te los traen. ¡Comparte esta nota con tus amigos que, a pesar de los años, continúan teniendo alma de niños!
(FUENTE CHILANGO)