CORRE LA VOZ
Por: Jorge Castro Noriega
Alguien debe decirle a Raymundo King, el joven dirigente estatal del PRI, que los flotadores que está usando para nadar están muy agujereados y que, si se empeña en seguirlo haciendo, terminará hundiéndose junto con ellos.
Porque entusiasmado como anda con el “candidato de unidad” que habrán supuestamente de elegir, ahora hasta febrero, parece no darse cuenta que utilizar para todo el nombre del presidente Enrique Peña Nieto no es precisamente una buena estrategia para mantener alPRI con la cabeza fuera del agua. Que si bien es cierto que las últimas encuestas dicen que va a la cabeza, también es cierto que no existe una verdadera oposición que le dé la pelea, por lo que el tricolor va solo al proceso, sin oponentes, haciendo puros “rounds de sombra”.
Y es que basta leer las optimistas declaraciones que emite King para mantener al rebaño priísta unificado, para darnos cuenta que parece vivir en una distante órbita estelar donde la felicidad y el bienestar giran en torno al líder político que tanto promueve en sus mensajes, los cuales ya ni siquiera entre la misma militancia se digieren.
Es cierto, el joven “Ray” tiene que hacer su chamba, amén de que sigue colado entre los candidateables a la “grande”, pero si atiende consejos debería empezar por bajarle la efusividad a sus peroratas sobre el presidente, pues quizá no se ha enterado que éste va en caída libre en popularidad, producto de desatinadas políticas públicas; de su incapacidad para frenar la violencia y los crímenes contra normalistas, campesinos y periodistas; del insuficiente crecimiento económico del país en contraste con la creciente desigualdad social y pobreza y, por si fuera poco, por los escándalos de corrupción en su gobierno, empezando por la ignominiosa “Casa Blanca” familiar de 86 millones de pesos.
Que alguien le pase las cifras al desorientado King: Cuando empezó su gestión en 2012,Peña Nieto llegó a Los Pinos precedido por una popularidad del 61% (en gran medida aupada por Televisa y su farandulera boda con “La Gaviota”), la cual en 2013 bajó drásticamente a 44%, en 2014 a 39% y en este 2015 que termina, con apenas la mitad de su sexenio recorrido, ya anda sobre el 34%. No queremos ni imaginarnos como saldrá, al paso que va, dentro de tres años.
Sólo como comparativo, Felipe Calderón empezó con 62% y terminó con 51%; Vicente Foxllegó con 63% y salió con 61%, en tanto Ernesto Zedillo, que vino de menos a más, inició con 43% pero entregó con 69%.
Por eso, por mucha enjundia que le eche “Ray” a sus discursos, los resultados de Peña no van a cambiar y es mejor que lo crea: Fuera del PRI, no están muy contentos con él que digamos. Mejor le valdría replantear su estrategia y usar otro salvavidas para mantener a flote a su partido, de aquí al 2016.
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