CORRE LA VOZ
Por: Jorge Castro Noriega
¿Cuánta presión más se le puede meter a la olla, antes de que vuele por los aires y derrame su hirviente contenido hacia todos lados, quemando a muchos de los que están a su alrededor?
¿Será que aguante sin explotar hasta el 15 de febrero, fecha oficial de arranque del proceso electoral, mientras los promotores del doble discurso le siguen metiendo leña por todos los flancos, cuando precisamente la petición es la de enfriar los ánimos?
Ya no sabemos si creerlo o tomar a choteo el dichoso mensaje de unidad que tanto pregonan los priístas, el cual nos meten inclementemente por ojos y oídos todos los días, mientras que en los hechos es una palpable realidad que lo que menos tienen ya a estas alturas son ganas de esperar que brote la fumarola blanca agarrados de la manos como buenos muchachos.
Han sido muchos meses de desgastantes –tanto física como económicamente– precampañas, caminatas, mítines y fiestas cumpleañeras, navideñas, de “reyes” y ahora las del “amor y la amistad” que ya empezaron, como para que los aspirantes a la candidatura al Gobierno estén dispuestos a ceder tan fácilmente terreno a los que llevan al lado. Que lo saben disimular muy bien y tienen bien aprendido el estribillo, es otra cosa.
Apenas ayer, el segundo de a bordo en el organigrama político del estado, el secretario de Gobierno y fuerte tirador a la “grande”, Gabriel Mendicuti, hacía un nuevo llamado a la concordia para evitar que entre los participantes se desborden las tensiones en descalificativos y divisionismo. Poco después, al ex subsecretario de Turismo, Carlos Joaquín, le clonaron su cuenta de Facebook para lanzar el “borregazo” de que “viendo cómo estaban las cosas”, regresaría a su chamba de burócrata federal si su partido no lo elegía a él candidato.
Por la tarde, el dirigente estatal del PRI y otro participante en el hándicap, Raymundo King, pregonaba que la madurez, la institucionalidad y la lealtad prevalecían entre los aspirantes, y pedía esperar con paciencia, prudencia y disciplina “los tiempos”. Y minutos después, se ventilaron en las redes sociales unos supuestos mensajes de Whatsapp entre el “delfín”borgista José Luis Toledo y un interlocutor desconocido, donde presuntamente el joven diputado se quejaba de que “ya habían detectado” las cuentas falsas que le hicieron aCarlos Joaquín por la mañana y pedía “hablar con Rangel (el vocero del Gobierno)” para ver en qué periódicos se le podía seguir atacando a aquel.
Faltan al día de hoy 13 días para el arranque oficial del proceso electoral y es de esperar, tras lo ocurrido ayer, que a la tan cacareada “unidad priísta” se le sigan cayendo los alfileres. Urge, pero ya, que el PRI la deje de hacer tanto de emoción y saque de una vez por todas su candidato. Porque la desesperación está haciendo mella entre sus aspirantes y seguidores, por lo que el mensaje que están mandado ya no es bueno para nadie.




















