Los hechos felices no son casuales. Los expertos han identificado cuatro hábitos que atraen la buena suerte.
He aquí cuatro hábitos que distinguen a las personas venturosas de las que se dicen infortunadas.
Espera cosas buenas
Cuando una persona se siente bendecida, inclina la balanza de la suerte a su favor. “Sus expectativas son profecías que se cumplen”, dice Wise-man. En un estudio de la Universidad de Nueva York, los estudiantes que creían que saldrían con alguien tenían muchas más probabilidades de ganarse al objeto de su deseo.
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¿La explicación? Confianza en uno mismo. Si crees que te va a ir bien, estarás más motivado. Sentirte afortunado puede ayudarte incluso a ganar un premio en una rifa: cuanto más optimista seas sobre tu suerte, más boletos comprarás. ¿No lo eres? Los amuletos tal vez funcionen porque aumentan la confianza. En un estudio realizado en Alemania en 2010, sujetos supersticiosos jugaron un juego de memoria; los que usaban talismanes obtuvieron mejores puntajes que los que no.
Tienta a la suerte
La gente afortunada cultiva el trato con muchos amigos y conocidos. En un estudio, Wiseman mostró a los sujetos una lista de apellidos y les preguntó si se tuteaban al menos con una persona que se apellidara así. De quienes se sentían venturosos, casi la mitad marcó ocho apellidos o más, cifra alcanzada sólo por 25 por ciento de los que se creían desventurados. “Los individuos que tienen buena suerte atraen y ha-blan con mucha gente, y se mantienen en contacto. Estos hábitos crean una ‘red de la suerte’, y la posibilidad de relaciones favorables”, dice Wiseman.
Colleen Seifert, científica de la Universidad de Michigan, aconseja salir de la rutina: asistir a una conferencia, organizar una colecta de fondos o tomar clases de buceo. “Admitir un poco de caos en tu vida te dispone a un encuentro casual”, dice. Esa persona puede acabar siendo tu pareja, tu socio de negocios o alguien con quien hables cinco minutos y jamás vuelvas a ver. La idea es abrirse a las posibilidades.
Busca el lado bueno
Ver el aspecto positivo de la mala suerte ayuda al cerebro a procesar de otro modo la adversidad, dice Tania Luna, coautora de Surprise: Embrace the Unpredictable and Engineer the Unexpected (“Sorpresa: acepta lo impredecible y crea lo inesperado”). Luna mostró a un grupo de menores imágenes emotivas (como un niño llorando) mientras medía su actividad cerebral. Luego volvió a mostrárselas con una explicación tranquilizadora, como “Este niño acaba de reunirse con su mamá”. La actividad de la amígdala, que procesa el temor, se redujo drásticamente. De modo similar, las personas venturosas pueden convertir un obstáculo en algo positivo, lo que las impulsa a seguir aventurándose. Afronta tu próximo revés con estas preguntas: ¿Qué aprendí? ¿Qué quiero ahora? ¿Cómo puedo obtenerlo?
Confía en tu intuición
Elizabeth B. nunca olvidará su momento de mejor suerte: mientras conducía de Pensilvania a Nueva York, algo le dijo que comprara un billete de lotería. Al detenerse vio un terrible accidente: “Una camioneta cruzó mi carril y se estrelló contra la barrera de protección. Si no me hubiera orillado, estaría muerta”. Elizabeth no está segura de si se detuvo por casualidad o por intuición, pero la vista y demás sentidos perciben mucho más de lo que advertimos conscientemente, y esto puede crear intuiciones inexplicables.
En un estudio realizado en el Reino Unido, los sujetos jugaban con cuatro barajas mientras se medía su ritmo cardiaco. Ellos no sabían que el juego estaba arreglado: dos barajas constaban de cartas de alto valor; las otras dos, de cartas malas. Cuando se acercaban a las primeras, su ritmo cardiaco bajaba: su cuerpo percibía la diferencia antes que su mente. Así pues, confía en tu intuición. Las personas afortunadas tienden más a realizar actividades que las ponen en sintonía con su voz interior, como meditar y dar paseos.
Fuente: Selecciones