No todo es gris en el panorama de la petrolera estatal, ya que algunas compañías mexicanas podrían ayudarle como socios a sortear su complicado presente.
Petróleos Mexicanos (Pemex), la décima productora de petróleo a nivel mundial, enfrenta una de las peores crisis de su historia.
El desplome reciente de los precios del crudo a niveles no vistos en los últimos 11 años la ha forzado ya a tomar medidas drásticas, como el recorte de 100 mil millones de pesos que anunció hace unos días para poder contener el hueco que enfrenta en sus finanzas por una caída de sus ingresos.
Sin embargo, no todo es gris para la petrolera.
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Para algunos analistas, Pemex cuenta con sólidas compañías privadas mexicanas que la podrían ayudar, como socios, a superar la difícil y crítica situación financiera a fin de que la escasez de recursos no impacte sus capacidades productivas.
Pemex podría recurrir a empresas como el conglomerado Alfa o Infraestructura Energética Nova (IEnova) para «reducir el impacto sobre la producción de petróleo», escribieron Vanessa Quiroga, Pablo Ricalde y Andre Natal, tres analistas del banco suizo Credit Suisse en un reporte.
Para ellos, la petrolera podría también encontrar en esas empresas a posibles compradores de algunos de sus activos no prioritarios, para que con esas ventas pueda recabar fondos para mantener sus actividades productivas.
La empresa hasta ahora no ha mencionado la posibilidad de venta de activos no prioritarios como una opción para mejorar sus problemas de liquidez y se ha concentrado en una estrategia de recorte al gasto, 70 por ciento de él en planes de inversión y 30 por ciento en gasto corriente.
El gasto en inversión es el que preocupa a los analistas porque la empresa podría de dejar de realizar actividades que le permitan mantener o incrementar su plataforma actual de producción de crudo.
De ahí que algunos crean que Pemex podría buscar socios que cuenten con capital y conocimientos para realizar esas tareas u otras que hoy, ante su falta de recursos, no puede realizar.
Alfa y IEnova podrían ser también «vehículos de monetización de sus activos de transformación industrial y petroquímica», añadieron los analistas del banco suizo en su reporte.
Alfa tiene entre sus filiales a la petroquímica Alpek, uno de los mayores productores de poliéster en el mundo y líder en el mercado de poliestireno expandible y caprolactama en México.
La empresa, con sede en Monterrey, también cuenta con Newpek, una filial dedicada a operaciones en la industria de los hidrocarburos en México y Estados Unidos.
Por su parte IEnova, la filial mexicana de la compañía de energía estadounidense Sempra Energy, está enfocada en la construcción y operación de infraestructura de energía en México, como son gasoductos o tanques de almacenamiento.
El año pasado, IEnova, con sede en la capital del país, invirtió 4 mil millones de dólares en diversos proyectos de energía y este año ha anunciado su intención de participar al menos en las licitaciones que llevará a cabo la empresa eléctrica estatal, Comisión Federal de Electricidad, para la construcción y operación de tres gasoductos.
De hecho, la sugerencia de Credit Suisse en el sentido de que Pemex podría apoyarse en otras empresas privadas mexicanas es algo que también mencionó el nuevo director general de la empresa petrolera estatal, José Antonio González Anaya, cuando reveló los detalles generales del plan de recortes al gasto de Pemex.
En esa ocasión, el ejecutivo, que llegó a la dirección de la petrolera a inicios de febrero, dijo que Pemex buscará apoyarse en empresas privadas para realizar aquellos proyectos en los que carece de experiencia o conocimientos, o que le podrían ayudar a financiar otras empresas.
La posibilidad de Pemex de asociación con compañías privadas es algo que la petrolera no tenía antes. El sector petrolero nacional estuvo de 1938 a 2015 cerrado prácticamente en su totalidad a los capitales privados.
Con la reforma energética que aprobó el Congreso en 2013 y 2014, esos capitales pueden ahora participar en todas los sectores que conforman la industria petrolera. Gracias a ello, Pemex podrá asociarse con compañías privadas para realizar tareas que antes tenía que hacer por si sola.
Fuente: El financiero