La solicitud de licencia de Remberto Estrada Barba, a la diputación federal, es un indicio contundente de que ya está amarrado dentro de su partido, el Verde, y en acuerdo con el PRI, para convertirse en el próximo candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez, que tiene su cabecera en Cancún. Todo está muy seguro para él de aquí y hasta el día de la elección.
Sin embargo, tanto el verde-ecologista como sus aliados en el PRI, tienen también muy claro que el panorama que se cierne el día de la jornada es harto complicado. No tienen de ninguna manera garantizado el triunfo, como podría pensarse en el caso de la gubernatura.
Porque así como se considera que el tricolor tiene prácticamente amarrada la elección para gobernador, en el caso de Benito Juárez, donde se concentra la mayor parte de la población y por tanto del padrón electoral, es necesario tener bajo control diversos aspectos y no descuidar ningún detalle.
Se sabe que por sí solos el PRI y el mismo Verde no tienen en suma el `power´ electoral como para lanzarse en forma autónoma, y aunque en la ocasión pasada consiguieron arrebatarle al PRD una presidencia municipal madurada por dos trienios, las condiciones no son las mismas.
Hay que añadir el ingrediente partidista que significa en esta alianza la suma de Nueva Alianza (Panal), que aunque en principio significa la adición de sus votos, también entraña un trabajo de negociación intenso para balancear la potencial repartición de los cargos en el ayuntamiento, o de las pérdidas en el caso de una derrota.
Hasta aquí es necesario reconocer que Remberto Estrada, un joven crecido en Cancún desde muy pequeño, ha madurado como político. Su discurso es mucho más claro y conciso. Ha aprendido de la historia de su municipio y lo ha recorrido para pulsar las necesidades ciudadanas, que ha expuesto en la Cámara de Diputados.
Es prudente, sabe escuchar y también ha mostrado que tiene la disposición para encontrar puntos de acuerdo. No se enfrasca en discusiones ni estridencias.
Hace su trabajo con constancia y atingencia.
Sin embargo, el reto ahora es mucho mayor y las condiciones también más complicadas.
En la elección pasada, cuando se convirtió en diputado federal, no le pesaba tanto la responsabilidad de llegar al encargo, pues descansaba en cierta manera en la estructura del PRI, que le aportó los votos necesarios para completar los suyos, que por sí solos eran también insuficientes.
Y ahora habría quien piense de la misma manera. Que puede estar confiado en que el PRI echará a andar la maquinaria para ayudarle. Pero es al contrario.
La elección para gobernador depende en mucho de los votos que se obtendrán en Benito Juárez, de manera que Remberto tendrá un peso bastante considerable para empujar la carreta del tricolor, en pos de la gubernatura.
Tiene que hacer una campaña intensa, muy coordinada con el equipo del candidato a gobernador, y las miradas estarán bien fijas en su desempeño.
Para lograr su objetivo, Remberto también está obligado a hacer un esfuerzo doble de mesura y precisión.
No puede cometer errores que le generen mucha atención con `puntos negativos´. Luego entonces, estará muy obligado a depender de la estrategia del candidato a la gubernatura, su aliado del PRI, más que de sus asesores en el propio Partido Verde.
Ello le implicará una gran presión de negociaciones en la que debe actuar de forma muy responsable, para evitar cualquier asomo de roces o fracturas, pero con la firmeza necesaria para no desdibujar su presencia en la contienda. Vaya que es un grave reto.
Si pierde, los ojos estarán puestos sobre él y llevará a cuestas el riesgo de una disminución de votos en el presupuesto del PRI. Y si gana, los ojos estarán puestos sobre él porque se convertirá, automáticamente, en un aspirante a la gubernatura.
Y es cierto que es muy temprano para especular acerca de sus aspiraciones en el caso de que gane.
Sin embargo, en abono a esta teoría, ¿conoce usted a algún político que, llegando a la presidencia municipal de Cancún, no empiece a pensar inmediatamente en la gubernatura? No existe hasta ahora.
Hay que ser muy claros también y esto lo debe estar considerando tanto Remberto como sus asesores en el Verde, pero también sus aliados en el PRI.
Los ojos de sus aliados estarán bien puestos en el desempeño que realice durante la campaña electoral y el día de la jornada. No puede permitirse errores ni equivocaciones, sobre todo con una ciudadanía que ha demostrado mucho interés en los temas ambientales, donde Remberto es figura central por su filiación política.
Puntito Negro
Es cierto que Remberto ha crecido bastante en su carrera política. También ha demostrado interés en los temas cruciales y ha tenido el arrojo para hacerles frente. Su presencia en el Malecón Tajamar, en uno de los momentos más álgidos de ese conflicto tan mediático, no le salió como esperaba. La realidad es que tuvo el arrojo para acudir, pero no resultó en un beneficio para él o para la imagen del Verde y del PRI. En adelante va a tener que estar más pendiente de las valoraciones sobre cada una de sus acciones. Por lo pronto, ya tiene la candidatura en el bolsillo, pero un camino muy tortuoso para llegar a la presidencia municipal.