A Juan Pech Valencia, el llamado de un nuevo incendio forestal, hace que se aliste desde la primera hora de la mañana, siempre le es difícil despedirse de su esposa, por lo que cada vez que lo hace, acostumbra a darle un beso que significa dos cosas: un regreso y un adiós, así marcha este combatiente forestal que también ama detener el fuego para que no robe más hectáreas de selva, pues le duele ver la tierra arder.
“Es la forma de decirle que me recuerde hasta que regrese, o de despedirme si por mala fortuna haya quedado atrapado en las llamas, me haya caído en un lugar inesperado o mordido algún animal en la selva”, comentó Juan, en el marco del Día Internacional de Combatientes Forestales, que se celebra hoy.
Es un hombre combatiente del fuego desde hace 22 años, ahora es jefe del campamento de la Comisión Nacional Forestal, establecido en Valladolid Nuevo, activado hace un mes por la temporada de incendios y que en estos días atiende un siniestro en Puerto Morelos.
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Originario de Leona Vicario, acostumbrado a la vida en el campo, al ser su padre hombre de la agricultura, cuando terminó el bachillerato, no había muchas posibilidades de empleo y le propusieron entrar a una brigada para combatir incendios y hasta la fecha no lo lamenta, esta actividad llegó a su vida para quedarse.
Nunca olvida que a los tres días de estar en ese trabajo lo designaron jefe de cuadrilla, algo que lo llenó de orgullo para continuar desarrollándose en esta profesión.
Hasta la fecha ha participado en un poco más de 200 incendios, pero en su memoria retiene uno en especial cuando junto a tres compañeros trabajaba en la apertura de brechas de un incendio y de repente el viento cambió de dirección y quedaron atrapados.
Al subir la temperatura, necesitaban hidratarse, por lo que agotaron las botellas de agua que llevaban en lo que caminaban para ver una salida, la intensidad del humo crecía y el fuego crecía, estuvieron desde el mediodía batallando y no fue hasta la tarde noche que lograron salir, al verse liberado se desmayó del esfuerzo sobrehumano que hizo para salvarse.
“Cuando uno se introduce a un incendio y camina por un par de horas abriendo brechas, en ocasiones en semicírculos, parece que se llega al mismo lugar, pero no es así”, señaló.
Contó que con los años aprendes a orientarte en el ojo de acción, aunque las fumarolas, los árboles, y las brechas en algunas ocasiones parecen iguales, con el tiempo se aprende en donde quedan las diferentes brigadas con sus hombres trabajando y el aparato del Sistema de Posicionamiento Global, es una herramienta de gran ayuda.
Desde los primeros rayos del sol hace su entrada a la selva, sea baja, mediana o alta, pues recorre todo el estado, en donde se necesite su ayuda, a pesar del calor, los insectos, los caminos complicados, no sale hasta al caer la tarde.
Siempre tiene bien clara su misión, la de trabajar estratégicamente hasta que termine el incendio, le causa placer saber cuándo lo detiene y ya no camina más hectáreas, le da tristeza ver lo que deja dañado, pero le satisface más saber que lo tiene controlado y que la naturaleza aunque es brava y muestra cosas feas como el fuego, también es bella y que queda mucho verde por admirar.
Iincendio en Puerto Morelos
En Puerto Morelos se atiende el incendio “El Higo” que está a punto de liquidarse, se ubica a 500 metros hacia el sur del kilómetro 1 de la vía Puerto Morelos – Central Vallarta.
Lleva una afectación de 10 hectáreas de vegetación arbustiva y de matorrales, sin riesgo para zonas arboladas adultas, está siendo atendido por las brigadas de la Comisión Nacional Forestal de Valladolid Nuevo y Benito Juárez y la brigada comunitaria de Central Vallarta, con lo cual se ha conseguido el 80% de control.
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Equipo de una brigadista forestal
Trajes especiales que soportan más de 30 grados de calor.
Cascos de protección con sistema de ventilación para mejor evacuación del calor.
Botas acolchadas para protección de piernas y tobillos.
Guantes contra quemaduras, arañazos y erosiones.
Monjas para protección respiratoria.
Gafas de gran resistencia al impacto y a altas temperaturas.
Bomba aspersora que carga 20 litros de agua.
Corta fuegos.
Rastrillos.
Machetes.
Hacha Pulaski.
Motosierra.
Radio para comunicación.
Causas por las que se originan un incendio forestal
Quemas agropecuarias salidas de control.
Derecho de vía por quema de basura a la orilla de la carretera.
Cigarros que tiran descuidadamente.
Cambio de uso de suelos y quema intencional.
Motivos por el Día Internacional del Combatiente Forestal
Expresar el apoyo de la Comunidad Internacional y de la Sociedad en general a quienes combaten los fuegos de bosques y campos en todo el mundo, reconociendo su nivel de compromiso y dedicación.
Recordar a quienes han perdido la vida, o sufrido daños o secuelas en la lucha contra los incendios de bosques y campos.
Como señal de respeto y agradecimiento hacia quienes tratan de preservar la vida y la integridad de los patrimonios y recursos naturales de los efectos de fuegos no deseados.