El primer juego de la serie se definió por 15 puntos, el segundo por 33, el tercero por 30, el cuarto por 11, el quinto por 15 y el sexto por 14. Cavaliers y Warriors le debían a la afición un partido parejo del minuto uno al 48, dramático, nervioso, cerradísimo.
Y pagaron con creces en el séptimo, el decisivo. Fue 93-89 y Cleveland, como visitante, logró dos milagros: conquistó su primer título de la NBA en más de medio siglo y se constituyó en el primer finalista capaz de remontar un 1-3. De yapa, se dio el gusto de desquitarse de su vencedor en la edición anterior.
El primer juego de la serie se definió por 15 puntos, el segundo por 33, el tercero por 30, el cuarto por 11, el quinto por 15 y el sexto por 14. Cavaliers y Warriors le debían a la afición un partido parejo del minuto uno al 48, dramático, nervioso, cerradísimo. Y pagaron con creces en el séptimo, el decisivo. Fue 93-89 y Cleveland, como visitante, logró dos milagros: conquistó su primer título de la NBA en más de medio siglo y se constituyó en el primer finalista capaz de remontar un 1-3. De yapa, se dio el gusto de desquitarse de su vencedor en la edición anterior.
De todas las hazañas es principal responsable LeBron James, King James, el Rey de la NBA, una mole de 2.03 metros y 114 kilos, un súper atleta que sube el balón, mete un triple, toma un rebote o bloquea un lanzamiento con el mismo gesto fiero. Antes de los 32 años, que cumplirá el 30 de diciembre, disputó su séptima definición en la competencia, mereció el título de Jugador Más Valioso por tercera vez -como Magic Johnson- y estableció marcas difíciles de alcanzar.
El dos veces campeón con Miami promedió dos dígitos en tres rubros estadísticos: puntos, recobres y asistencias. Es lo que se denomina triple figura y solo dos basquetbolistas (Jerry West y James Worthy) habían obtenido en estas instancias. James pasó los 40 tantos en dos juegos consecutivos: el quinto y el sexto.
Del otro lado quedó la frustración de un equipo que parecía imbatible en la fase regular, cuando con 73 victorias superó las 72 de los Chicago Bulls de Michael Jordan. Y se vio la tristeza de Stephen Curry, su máxima estrella, el irreverente que clava triples desde ocho metros, ridiculiza a sus marcadores y a veces ni siquiera necesita mirar el destino de su lanzamiento para saber que lo acertará.
Curry tiene 28 años y su duelo con James engalanará las próximas temporadas de la mejor liga del mundo, que desde los tiempos de Will Chamberlain (Los Angeles Lakers) y Bill Russell (Boston Celtics) disfruta de estas rivalidades y sabe explotarlas.
Fuente: Clarín
