En semis del Mundial, los galos ganaban 3-1 en el tiempo extra; los germanos igualaron y triunfaron en penales
“La esperanza, la alegría, el odio, el drama”, para Alain Giresse, “una desgracia que permanecerá eternamente”, para Bernard Genghini… El futbol francés tiene un trauma todavía muy vivo cuando se enfrenta a Alemania desde el Mundial de España 1982.
La perspectiva de un Alemania-Francia este jueves en Marsella, en las semifinales de la Eurocopa, hace resurgir inevitablemente las imágenes de aquel partido del 8 de julio de 1982, entre Francia y la República Federal de Alemana, en semifinales de la Copa del Mundo.
“Ese partido de Sevilla es mítico, incluso los más jóvenes han escuchado hablar de él por su padre o su abuelo. Ese partido es inolvidable”, sintetiza Genghini, mediocampista francés aquel día en el césped del estadio Sánchez Pizjuán, de Sevilla.
Aquel día, el francés Patrick Battiston sufrió un violento choque contra el arquero alemán Harald Schumacher y en la camilla, tumbado, Michel Platini le sostenía una mano. “Siempre hay una pequeña referencia, pero si se difumina cada vez más, pues mejor, así pasamos a otra cosa”, señala Battiston, de 59 años, al que le costó tiempo recuperarse de una fisura en una vértebra cervical. Era otra época: Schumacher no fue expulsado.
“Cuando pienso en ello, me enfadó mucho. No contra Schumacher, sino contra el árbitro que dirigía el partido”, se enciende el exdefensa francés Marius Trésor, de 66 años.
“Para nosotros, esa injusticia permanecerá eternamente, incluso aunque la generación actual ha pasado a otra cosa”, cuenta Genghini, de 58 años. Había sido reemplazado diez minutos antes por Battiston, antes de esa escena impactante, que sigue generando 34 años después “sentimiento de odio y cólera”.
Giresse, de 63 años, no ha olvidado nada de aquel partido de Sevilla: “En la agresión a Battiston no se pitó nada, ni roja, ni amarilla, ni siquiera falta, ¡cero! En el segundo gol alemán me hicieron una falta a mí y otra a Michel Platini”.
“Después de ese partido se generaron sentimientos”, señala Genghini, antes de admitir que “fue más lejos que un simple partido de futbol”.
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En el momento en el que Battiston es golpeado por Schumacher, el resultado era 1-1. Platini había respondido con un penal a un gol de Littbarski. En la prórroga, el partido se volvió loco y Francia se distanció rápidamente 3-1 gracias a Tresor y Giresse.
“Esa noche pasamos por todos los estados emocionales imaginables en dos horas. Es difícil tener un buen recuerdo de una derrota tan cruel, pero a mí me queda ese instante, esos últimos segundos después de mi gol, de una gran intensidad. Doy las gracias a la vida por habérmelo regalado”, se emociona Gigi.
Los alemanes empataron finalmente 3-3 y forzaron la tanda de penales. Después de un fallo de los germanos, Didier Six tuvo la ocasión de clasificar a los Bleus para la final del Mundial, pero falló.
La oportunidad pasó. Maxime Bossis erró su tiro y Horst Hrubesch clasificó a los alemanes (5-4 en la tanda). “Estuvimos cerca de algo grande”, lamenta Giresse. “Es la mayor decepción de mi carrera. No pensaba que se pudieran vivir tantas emociones, tan fuertes y tan diferentes, en tan poco tiempo. La esperanza, la alegría, el odio, el drama”, subraya el emblemático exjugador del Burdeos, actual seleccionador de Mali.
Battiston, por su parte, está impaciente por el Francia-Alemania de esta Eurocopa, que se jugará el 7 de julio, a un día del 34 aniversario del partido de Sevilla. “Esta semifinal la vamos a ganar”, confía el veterano galo.
Fuente: Excelsior