Con el colmillo retorcido por haber peleado en dos ocasiones en la Arena de Othón P. Blanco, Eduardo “El Gordo” Abuxapqui se enfrentará a dos de tres caídas sin límite de tiempo, a su eterna enemiga que ha sido su sombra desde que decidió incursionar en la política, “La Estupidez”, que en esta administración brilló más según los espectadores.
Desde el primer asalto “La Estupidez” toma de la cabeza a “El Gordo” Abuxapqui y le aplica el costalazo, la humanidad del que trabaja como presidente municipal, cae sobre el entablado y el respetable aplaude, “El Gordo” se la pasa llorando …que no le dejaron dinero para las obras, que todo se lo llevó “El Cachorro” Villanueva… en medio de la desesperación porque le cerraron la llave decide pelearse con el gobernador; “La Estupidez” lo toma una vez más y “El Gordo” decide acusarlo con la federación, pues tiene un amigo poderoso en la capital del país. Jorge Carlos “La Tonina” Ramírez, con quien se queja de todo lo que sucede en Chetumal. Mientras tanto los chetumaleños son abandonados por sus autoridades, las calles hechas pedazos por los baches, la recoja de basura brilla por su ausencia, la inseguridad se apodera de las calles, pero a “El Gordo” Abuxapqui eso no le interesa. “La Estupidez” le aplica la voladora y “El Gordo” tiene que tocar las tablas tres veces, lo que indica que este primer contacto lo gana la luchadora.
Con la sagacidad que da la experiencia, “El Gordo” se libera de las garras de “La Estupidez” por un momento, entonces empieza a hacer como que hace obras, atiende a los conflictivos del mercado, les soluciona los problemas al prometerles apoyo, aunque nada les soluciona pues “La Estupidez” lo toma por el cuello para aplicarle una llave. En ese lapsus defiende a capa y espada a su secretario del Ayuntamiento Jorge Aguilar Cheluja “El Misógino”, pues éste desde que llegó empezó un acoso constate contra las mujeres, púes todo aquello que tuviese falda no podía estar cerca de él, “El Misógino” solo quería estar con puro de pantaloncillos largos.
Para salir del atolladero en el que metió a Othón P. Blanco, “El Gordo” Abuxapqui recurre al préstamo. Para ello pide permiso al congreso del estado quien le otorga esa garantía, el respetable abuchea tal acción por considerarla una traición al pueblo. Ahora la prostitución, el alcoholismo y la inseguridad son las que reinan en la Arena de Chetumal, pues su administrador no ha podido hacer nada.
En el tercer encuentro, “El Gordo” Abuxapqui logra aplicarle una llave a “La Estupidez” pero solo para favorecerlo a él y dañar a los capitalinos. Empieza el saqueo del erario público, los empresarios se sienten abandonados, pues en estos dos años y meses cerraron alrededor de 600 changarros. “El Gordo” no tiene argumento alguno, pues se dedicó a buscar la nominación para la Gran Lucha de la gubernatura, aunque invirtió parte del recurso de Othón P. Blanco para promover su figura en busca de la grande, al final no llegó, lo que provocó un resentimiento que lo llevó a trabajar para el bando contrario. “La Estupidez” vuelve a poseerlo para darle el golpe contundente, “El Gordo” se tambalea en su posición de clase política, pues sus correligionarios sospechan de su traición, pero eso sí, logra negociar su cuenta pública y se desmarca del gobernador, de quien dice no es su amigo. La inseguridad, el vandalismo, el narcomenudeo y la rapiña crecen en Chetumal con la aprobación de su presidente municipal; el prestanombres de “El Misógino” compra propiedades y negocios en el boulevard Bahía.
El respetable sale decepcionado de la lucha, la que consideran la peor, pues todos pensaron que “El Gordo” Abuxapqui haría una buena administración, una buena lucha, pero en realidad esta administración fue peor que la anterior; ahora el destino de este luchador, parecido a “La Tonina”, es el ostracismo. Ganó “la Estupidez”.