El pasado lunes 25 de julio, el gobernador electo Carlos Joaquín González presentó a las personas que integrarán su nuevo equipo de transición quienes se encargarán de llevar a cabo los trabajos de Entrega-Recepción de la administración actual, encabezada por Roberto Borge Angulo.
Por supuesto, algunos de estos nombres brillaron, como lo mencionó la periodista Adriana Varillas en su columna “Entre la Oportunidad y el Oportunismo”. Pues algunos son reconocidos académicos e investigadores como Marisol Vanegas, en Turismo, quien domina el tema y “quien se ha distinguido además por su persistente participación ciudadana, desde la academia, dentro de comités, en foros, en colectivos, dentro de una oficina, un aula o en las calles, marchando por causas en las que ha creído”, citando el texto.
Varillas también menciona a Cynthia Dehesa, en Transparencia, cuyo trabajo para fomentar el gobierno abierto, la iniciativa 3 de 3 y la homologación de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, ha sido fundamental para la ciudadanía. “Su designación es garantía de conocimiento, dominio del tema, manejo e interlocución con sociedad civil e iniciativa privada”.
Sin embargo, en este equipo de transición no faltó el famoso “pelo en la sopa” o esta persona que termina poniendo en completa duda los verdaderos intereses del equipo de trabajo. Y este pelo se refiere a Eduardo Ortiz Jasso, quien fue conocido no sólo porque está inhabilitado por ser mal funcionario, sino porque es conocido por manipular la administración en su beneficio.
Ortiz Jasso quedó en el equipo como coordinador de Eje Ambiental y Urbano y Enlace de Desarrollo Urbano. Sin embargo, antes estuvo durante ocho años al frente del Instituto de Planeación de Desarrollo Urbano del municipio Benito Juárez (Implan), en el que presentó proyectos y nunca resultados, como reveló en su momento el periódico Novedades Quintana Roo.
Además, condicionaba a desarrolladores a usar los servicios de asesoría de Grupo Río Arquitectura de Paisaje para aprobarles proyectos, la cual, cobraba más que el resto.
Infraestructura vial, puentes peatonales, pasos a desnivel y reactivación del centro, sólo quedaron en papel en el período de Ortiz Jasso, quien ahora trabajará en la misma área, pero con el nuevo gobierno estatal.
De hecho, la Contraloría Municipal informó en el 2014 que Eduardo de Jesús Ortiz Jasso faltó a obligaciones previstas en las fracciones I, V, XXII y XXX del artículo 47 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado, es decir el funcionario no había cumplido responsabilidades que por ley debía realizar, no se condujo con la máxima diligencia en el cargo y ocultó información que conservaba bajo su cuidado, como fue el Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Cancún 2013-2030, mismo que no entregó al renunciar. Por estas razones, fue inhabilitado por cinco años para desempeñarse en el servicio público.
Con el cambio de gobierno, Eduardo Ortiz Jasso regresa al escenario político de la mano de Carlos Joaquín González, para hacer la transición en materia de Ambiente y Desarrollo Urbano, aun cuando sólo han pasado dos años de los cinco que le dieron como inhabilitado, debido a los turbios manejos en su época al frente del Implan, siendo el pelo en la sopa del nuevo equipo de gobierno.