La configuración de fuerzas políticas en la estructura de la XV Legislatura local, no quedó `a modo´ del próximo Jefe del Ejecutivo. Eso sería un concepto que le queda pequeño a la realidad.
Esta repartición de comisiones, desde la Gran Comisión que tiene el control del gobierno al interior del Congreso del estado, y pasando por el resto de las comisiones, están repartidas y organizadas de manera que cada decisión, movimiento, iniciativa o lo que sea, estará `auto controlado´ para su inmovilidad, o bien, para su desarrollo de iniciativas, pero siempre `supervisado´ por los intereses del gobernador en turno, e incluso encendiendo `luces de alerta´ desde el primer movimiento.
El análisis de los escenarios `político-matemáticos´ de este nuevo Congreso, revelan que detrás de esta `organización´, no tuvieron ni siquiera parte los propios legisladores del bloque PAN-PRD, esencia de la coalición UNE que llevó al gobernador electo al triunfo.
Y también que no se debe atribuir, como se está haciendo, todo el crédito de este aplastante logro para Carlos Joaquín, a favor de la persona que nombró como `enlace´ con el Poder Legislativo.
Miguel Ramón Martín Azueta, conocedor de la clase política local, de sus resortes más primigenios (necesidades, relaciones tanto sociales como familiares, aspiraciones y alcances), se encargó evidentemente de negociar el traspaso de legisladores alejados de los dos grandes bloques (PRI-PV y PAN-PRD), para conseguir su voto a favor de los intereses del gobernador electo, no de los legisladores provenientes de UNE.
Eso es clave. Y no hay que darle muchas vueltas para saber que les ofreció una mejoría a sus condiciones, duradera y consecuente.
Pero la repartición de comisiones, la organización del fichero de diputados en cada una de las comisiones, eso estuvo trazado en el escritorio de un cerebro superior.
En los entretelones debe estar, obligada y evidentemente, un ente estudioso de las teorías más refinadas de la práctica parlamentaria. Algún asesor o algún despacho, experto en `tableros de control´ y `pentágonos de crisis´ de la conformación de los bloques y comisiones legislativas.
No para plantearse una estrategia para abordar lo que resultara. Mucho mejor, para construir desde cero el escenario más eficiente para el gobernador electo.
Para empezar se debe destacar que los legisladores llegaron
Datos duros:
La Gran Comisión está conformada por miembros de diferentes partidos políticos, en cuyo interior nadie tiene la mayoría absoluta. Es más, si se quiere ver así, la verdadera mayoría quedó conformada por tres miembros de los llamados `partidos pequeños´, que son todavía más fáciles de cooptar. Son de tres diferentes partidos (Pes, Panal y Morena), de accionar evidenciado. Son, por decirlo de una forma llana, `dóciles y baratos´.
Ahora bien, las otras cuatro comisiones que forman parte de la Gran Comisión: Puntos Constitucionales; Puntos Legislativos y Práctica Parlamentaria; Comisión de Justicia; Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y Comisión de Asuntos Constitucionales, repiten exactamente el mismo esquema.
Ningún partido cuenta con una mayoría simple y, en contraste, los miembros de partidos pequeños o diputados independientes, harían el `fiel de la balanza´ en cualquier decisión dividida. PAN y PRD son espejo fiel de sus fuerzas en cada una de ellas. Se reflejan de forma equidistante, para un equilibrio matemático perfecto que las anula en una ecuación. Más por menos siempre es menos.
Los que cuentan, pero que no lo alcanzan a entender y mucho menos a establecer un bloque, son aquellos a los que se identifica como `la chiquillada´. Repito, `dóciles y baratos´.
Y claro, los legisladores francamente opositores a los intereses del Jefe del Ejecutivo entrante (PRI y PV), no tienen ningún miembro en esas comisiones clave, tanto para el gobierno interno del Congreso, como para su relación con los asuntos más relevantes de interés del Ejecutgivo.
En esas comisiones PAN y PRD llegan a contar hasta con dos legisladores, pero los tres restantes son siempre de representación alejada a los grandes bloques.
Así vemos que hay una lógica matemática, vertical y horizontal, que suprime absolutamente la participación de legisladores incómodos para el Ejecutivo, al mismo tiempo que consigue un control pleno de los diputados `aliados´ de PAN y PRD, en una especie de `auto-regulación´. Y donde los representantes de los institutos `pequeños´ son la verdadera `bisagra´ que desatoraría cualquier discusión. Un problema que no es problema, porque se resuelve. Para eso está el `enlace´.
Se trata, como se ve, de la jugada triunfal de un maestro del ajedrez político y de la práctica parlamentaria.
En conclusión del tema:
El gobernador electo viene demostrando, prácticamente desde que decidió renunciar al PRI para buscar la candidatura, que es capaz de atender y acceder a una `materia gris´ de alto nivel, con todo lo que ello significa. Desde el entendimiento de las señales de la sociedad y los resortes más básico y naturales de la clase política con la que va a interactuar. Acotando adversarios, controlando aliados y sumando individuos útiles.
Remberto Estrada y sus asesores
Los adversarios del presidente municipal electo, Remberto Estrada Barba, que no son pocos ni menores, le apuestan a su fracaso porque entienden que forma parte del objetivo bien trazado de su partido, el Verde, para alcanzar la gubernatura, pasando por la Senaduría.
Hoy las cosas son diferentes tras la configuración de fuerzas en el Congreso local, y sus asesores, que tampoco son pocos ni menores, se deben plantear cómo ayudarlo sin estorbarlo. Enviando el mensaje de que en realidad viene a trabajar por mejorar la calidad de vida de los cancunenses.
Tienen que restarse visibilidad esos asesores y trocar el mensaje que envían, quizás más por esa sensación de `auto-suficiencia´, que para nada es real.
Es ciertamente joven. Será el presidente municipal de más corta edad que se haya sentado en esa silla. No obstante, se le conoce experiencia, mesura y un trata amable, que sabe escuchar. Claro que requiere asesores, como cualquiera que llegue a un cargo público de esa importancia. Pero deben ser de ayuda, incluso haciendo el esfuerzo de no asomarse ni tomarse el derecho de entrar a su despacho sin anunciarse. Peor aún, sin tocar la puerta.