Entre el júbilo de criollos e indígenas y las reticencias de algunos peninsulares, incluyendo los miembros del clero, fue refrendada en la colonial ciudad la emancipación política de Centroamérica, aquel 28 de septiembre de 1821, extraordinario suceso al que indirectamente contribuyó el emperador francés, Napoleón Bonaparte, con la invasión a España, en 1808.Ahora, pueblo y autoridades de la próspera excapital de Honduras se preparan para conmemorar el 15 de septiembre próximo el 195 aniversario del feliz acontecimiento y el 28 de este mismo mes la llegada de las copias del Acta de Independencia de Centroamérica, redactada por el prócer José Cecilio del Valle ante los demás patricios en el Palacio Nacional de Guatemala.
La relativa calma fue rota por las arengas del vecino Teodoro Boquín, anunciando por calles y callejas que en Ciudad de Guatemala, se había firmado la liberación de las provincias e intendencias que formaban parte de la Capitanía General de Guatemala y que lo supo tras hallar al emisario descansando bajo un frondoso árbol de ceiba, cerca de la iglesia de Mejicapa, en la ruta hacia el actual departamento de La Paz, porque primero había pasado por Gracias (Lempira).
En ese lugar, que ahora ocupa la plaza La Independencia o parquecito “Taita”, en el barrio La Independencia, cada 28 de septiembre se celebra con música, bandas marciales de escuelas y colegios y el estallido de artilugios de pólvora que alegran el ambiente, y también parte un niño, encabezando el desfile, para recrear la entrega de los pliegos al alcalde, Carlos Miranda, en el Palacio Municipal.
El incesante tañido de la campana desde la entonces iglesia catedral de La Merced, que hoy día suena en el Arco de la Independencia de la Plaza Central “León Alvarado”, saludó la aprobación del Acta de Independencia, suscrita a convocatoria del capitán Gabino Gaínza, por instancias de las intendencias del sur de México, incluyendo Chiapas que integraba la Capitanía, ya que se habían adherido a la emancipación del país “azteca”.
EL DETONANTE
La Capitanía General de Guatemala estaba conformada por Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Chiapas, esta última que se sumó a la liberación del Virreinato de México, inicialmente propulsada el 16 de septiembre de 1810 por el cura Miguel Hidalgo, quien lanzó el “Grito de Dolores”, alentando al pueblo a luchar contra los españoles que apoyaban a Napoleón Bonaparte, quien había invadido a España.
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Historiadores registran factores internos y externos que contribuyeron a la emancipación de Centroamérica, como la Independencia de Estados Unidos (1776) del reino de Inglaterra y el triunfo revolucionario en Francia (1789).
Pero coinciden en señalar que el detonante fue la Invasión de Napoleón Bonaparte a España, en 1808, ya que provocó la retirada del rey Fernando VII, “El Deseado”, con el consiguiente debilitamiento de la monarquía y la convocatoria a las Cortes de Cádiz en 1812.
El emperador impuso como soberano de España a su hermano, José Bonaparte, llamado por los españoles como “el rey intruso”. En las Cortes de Cádiz “se promulgaron normas democráticas de gobierno que fueron abolidas al volver Fernando VII al poder, pero que dejaron una semilla para el florecimiento de las ideas libertarias”.
Es decir que la Independencia de México y Centroamérica fueron un gran suceso al que indirectamente contribuyó el emperador Bonaparte, aunque no supo del acontecimiento porque murió meses antes, el 5 de mayo de 1821, a los 51 años de edad, en la isla africana de Santa Elena, desterrado por los ingleses que le vencieron en la batalla de Waterloo (Bélgica), el 18 de junio de 1815.
MÉXICO
Las fuentes bibliográficas consultadas en la excapital Comayagua, sobre todo con el auxilio del Ayuntamiento (Alcaldía Municipal), la Casa de la Cultura y el Museo de los Gobernantes Federal y Republicano José Trinidad Cabañas” (la “Casa Cabañas”), corroboran que a la invasión de España por Bonaparte, prosiguió una escalada de hechos que culminaron en la independencia del Reino de México y luego el de Guatemala.
Fue así como el cura Hidalgo ganó algunas batallas y organizó un gobierno en Guadalajara, pero sería derrotado y fusilado el 30 de julio de 1811, mientras que el también sacerdote José María Morelos surgió como líder y conquistó casi todo el sur y centro de México, habiendo organizado el Congreso de Anáhuac, que en 1814 aprobó la Constitución de Apatzingán, de un carácter liberal republicano.
Con todo, se cuenta que los criollos le negaron ayuda, al tiempo de apoyar la renovación absolutista del rey Fernando VII y la represión del virrey Félix María Calleja y tras varias derrotas, Morelos sufrió igual destino que Hidalgo, el 22 de diciembre de 1815.
Quedaba el también líder independentista Vicente Guerrero, luchando en el sur hasta sufrir una grave derrota en Agua Zarca, en 1819, pero se mantuvo rebelde y fue perseguido por el general Agustín de Iturbide, quien al no poder derrotarlo le ofreció un pacto para unir sus fuerzas y proclamar la Independencia de Nueva España (México). Así, el 24 de febrero de 1821 firmaron el “Plan de Iguala”, mediante el cual se declaró la Independencia de México.
En consecuencia, las intendencias de sur de México, incluso la de Chiapas, que formaba parte de la Capitanía General de Guatemala, instaron a que los pueblos de la región también se independizaran del dominio español. Para agosto se suscribieron los Tratados de Córdoba, donde se proclamó el nacimiento del Imperio Mexicano y, en mayo de 1822, Iturbide fue proclamado Emperador de México independiente.
CENTROAMÉRICA
Llegados los pliegos a Comayagua y Tegucigalpa, el entonces secretario Dionisio de Herrera, redactó el Acta de Independencia de Honduras el 28 de septiembre de 1821, ante la presencia de patricios en el Ayuntamiento que dirigía, Tomás Midence, tras la muerte en marzo de ese año del alcalde Narciso Mallol.
Se narra que en la entonces Villa de San Miguel de Heredia de Tegucigalpa igual repicaron las campanas del Ayuntamiento y las parroquia de San Miguel, San Francisco, Los Dolores, El Calvario y la Inmaculada Concepción, al tiempo que se quemaban artilugios de pólvora y durante la noche se vio iluminada por antorchas y fogatas frente a las casas blancas de amplios solares.
Herrera era acompañado por Miguel Bustamante, Matías Zúniga, Simón Gutiérrez, Pablo Borjas, Andrés Lozano, Diego Vijil y un joven que actuaba como su asistente y que ya se perfilaba como el héroe unionista, Francisco Morazán.
No era menos la alegría que invadió a los “tegucigalpas” y los “comayaguas”. Eran pueblos libres del dominio español y el poder que para ese tiempo encarnaba la Iglesia. Es como el entusiasmo para celebrar el 195 aniversario de la Independencia patria que anima a la directora de la Casa de la Cultura, Suyapa Montes; el director del Museo de los Gobernantes (“Casa Cabañas”), Omar Pon y Bery Álvarez, relacionador público de la municipalidad, quien tiene el valioso apoyo de su asistente, la también periodista, Nicolle Umanzor.
“Durante muchos años la Ciudad de Comayagua estuvo sometida al poder de la jerarquía de la Iglesia Católica, ya que existía un convenio entre la Iglesia y los bienes comunales, y por eso vemos que en la Catedral Inmaculada Concepción hay muchas lápidas de personas prominentes que descansan en ese lugar; fueron justamente quienes opusieron resistencia al hecho de poder informar sobre lo que estaba ocurriendo a nivel de país con el tema de la Independencia patria”, señaló la directora de la Casa de la Cultura.
REPÚBLICA FEDERAL
Como las provincias e intendencias libres de la región se anexaron al Imperio de Iturbide y fracasado el intento por una monarquía, el 22 de noviembre de 1824, surgió la República Federal de Centroamérica, de la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América, resultando presidente el salvadoreño Manuel José de Arce.
“Dionisio de Herrera fue el primer jefe de Estado de Honduras en 1824, durante la Federación centroamericana y en 1827, Arce envía al vicejefe, José Justo Milla, a invadir la ciudad de Comayagua para sacar del poder a Herrera, porque ya se había vuelto al lado de los conservadores”, citó el director del Museo de los Gobernantes.
Pon señaló que Arce ya era de ideología distinta a Herrera, quien profesaba ideas liberales de los enciclopedistas europeos, entonces no quería la unión de los Estados centroamericanos y Milla fue enviado y sitió la ciudad por 36 días hasta quemarla y sacó del poder a Herrera, quien fue llevado preso a la casa del presidente federal en Guatemala.
“Surge la figura de Francisco Morazán para retomar el control del poder y tras varios combates, como en La Maradiaga, en la Batalla de La Trinidad, del 11 de septiembre de 1827, derrotó a Justo Milla. Allí inició su vida militar José Trinidad Cabañas y Morazán fue nombrado presidente de Honduras el 27 de noviembre y también fue presidente de la Federación en 1830”.
La Federación centroamericana se rompió cuando las fuerzas conservadoras sacan del poder a Francisco Morazán en 1838 y se refugió en Perú, para regresar y convertirse en presidente de Costa Rica, en 1842. “Allí lo derrota Rafael Carrera (tras ser traicionado) y es cuando termina de romperse la Federación centroamericana, de la cual Honduras fue parte desde 1824 a 1838”, historió Pon.
Ahora, de cara a las celebraciones de la “patria grande”, los habitantes del barrio La Independencia, toda la excapital Comayagua y el país, en general, saludan este 195 aniversario de la Independencia de Centroamérica, esperanzados en que prospere el desarrollo integral de Honduras, como anhelan que florezca el retoño del histórico árbol de ceiba que abrigó al emisario que trajo los Pliegos de Independencia, aquel feliz 28 de septiembre de 1821.
Fuente: La tribuna