Se han seleccionado por su calidad sin tener en cuenta su precio, pero los hay caros y baratos.
A una semana de Nochebuena los preparativos se aceleran. Probablemente ya estén seleccionados los menús y ahora toca buscar vinos que cuadren con los diferentes platos. Tanto si se es anfitrión como si se va de invitado, el vino debe jugar unpapel importante, porque ya conocen el dicho de que una buena comida la estropea un mal vino, y que una comida regular la arregla un vino bueno. La recomendación de todos los años: no compren sólo un vino; sino varios que peguen con los diferentes platos. No es obligatorio rematar las botellas, se bebe un poco en la cena de Nochebuena, se le recoloca el corcho, y al día siguiente en la comida de Navidad el vino estará estupendamente.
EXPANSIÓN ha seleccionado doce vinos de diferentes características y procedencias, orientativas para los diferentes platos de una comida navideña. Se han seleccionado en función de su calidad sin tener en cuenta el precio, pero hay vinos más caros y otros más baratos. Hemos dejado los espumosos para otra entrega específica.
Jerez La Panesa de Emilio Hidalgo
Para recibir a los invitados y arrancar la comida, algo que pega perfectamente con chacinas, frutos secos y mariscos es un fino de Jerez. Concretamente La Panesa de Emilio Hidalgo. Una firma histórica fundada a mediados del XIX y situada en medio de la ciudad de Jerez. Este vino que viene apellidado como fino especial es fruto de una larguísima crianza biológica casi al límite. Tiene unos aromas intensos y elegantes a levaduras, herbáceos, frutos secos. Una combinación perfecta. En boca es suave, seco, salino, con una persistencia extraordinaria. Su precio es de 31 euros.
Si continuamos con mariscos, la recomendación es un albariño de la denominación de origen Rías Baixas. En este caso Pazo Baión de 2015. Una finca maravillosa de 22 hectáreas con una bodega y una bonita edificación en medio. El vino, acorde con el paisaje, aparece fresco, vivo, muy fragante y expresivo, donde dominan los recuerdos de manzana y los tonos florales. La boca con potencia, pero aterciopelada, redonda; y una acidez que le da frescura. Su precio es de 20 euros.
Pasamos ahora a pescados más ligeros, blancos, tipo merluza. La recomendación es Astrales 2011 de la también gallega D.O. Valdeorras. Un vino cien por cien de la de excelente variedad godello que ha evolucionado durante 50 meses en botellero. Pertenece a una firma potente de Ribera de Duero, Astrales, que como otras ha viajado a Galicia a hacer sus blancos. Este es estupendo, fino, maduro pero fresco, manzana, pera y tonos yodados en nariz; y una boca sabrosa, larga y rica. Su precio es de 18 euros.
El último blanco, para combinar con pescados más grasos o potentes como un besugo al horno o un rodaballo salvaje, es un excelente vino catalán de la D.O. Terra Alta elaborado totalmente con la variedad garnacha blanca. Es el Edetaria Selecció 2014 del combativo elaborador Joan Lliberia que ha conseguido un vino con mucha fruta blanca, tonos minerales en nariz, recuerdo de flores secas; pero sobre todo una boca de combate robusta, carnosa, glicérica, con volumen y excelente acidez. Su precio es de 22 euros.
Colección Vivanco 4 Varietales 2014
Para el capítulo de carnes se han seleccionado siete tintos de diferente nivel de potencia y pertenecientes a cinco denominaciones de origen distintas. De Rioja empezamos por el Colección Vivanco 4 Varietales 2014, llamado así porque está elaborado con tempranillo, graciano, garnacha y mazuelo. De bodegas Vivanco en Briones donde reina ese espectacular museo del vino, único. Presenta una nariz intensa con mucha fruta madura y una combinación muy agradable de tonos minerales y especiados. En boca tiene fuerza y viveza; y es sabroso y fresco. Su precio es de 33 euros.
El segundo Rioja es el MC de 2014, uno de los grandes vinos de autor de la siempre fiable Marqués de Cáceres. Con 15 meses de crianza en barrica nueva aparece poderoso, con aromas a frutas bien maduras, mucha mora y ciruela, tonos especiados, en conjunto una nariz compleja y elegante. En boca robusto pero no rudo, con potencia pero también con viveza. Su precio es de 28 euros.
De Ribera de Duero también se han seleccionado dos vinos. El primero es Viña Sastre Pago de Santa Cruz 2014. Una de las joyas de esta denominación donde la familia Sastre sabe mostrar los valores que han hecho grande a esta zona. El vino aparece elegante, maduro, muy frutal y complejo, una delicia. En boca tiene potencia y estructura, pero a la vez es aterciopelado, lleno de una gran vivacidad, redondo. Su precio es de 30 euros.
Pago de Carraovejas el Anejón 2012
El segundo Ribera es otra de las grandes casas que prestigian toda la denominación. Se trata de Pago de Carraovejas el Anejón 2012. El inventor del vino, José María Ruiz, al frente del mesón José Maria de Segovia, está dejando la dirección en manos de su decidido hijo Pedro, y que entre otras cosas ficharon como asesor a Javier Ausás, el que fuera enólogo de Vega Sicilia. El vino es fino, elegante, con casta y frutal en nariz; presenta una boca sabrosa, equilibrada, redonda y muy rica. Su precio es de 70 euros.
Nos vamos ahora a un vino que quizá sería el perfecto para una poularda o un capón tan consumidos en estas fiestas; y lo sería por su elegancia y sutileza. Se trata de Secastilla 2011, una garnacha perteneciente a la bodega Viñas del Vero, de la D.O. Somontano. Con 10 meses en barricas nuevas es fresco, alegre, pero a la vez profundo y serio. Fruta y tonos minerales en nariz; y una boca sabrosa, viva, de trago largo. Su precio es de 25 euros.
Las carnes rojas son el final rotundo de la comida. Para ello hemos buscado dos vinos de casta y potencia. Uno de Toro y otro de Priorat. El primero es Frontaura Crianza 2008. La bodega, al frente de la cual se encuentra Camino Pardo, es un referente en Toro. El vino tiene una excelente nariz que combina fruta muy madura con tonos balsámicos, de monte bajo y especiados. En boca es potente, y a la vez sabroso, equilibrado y largo. Su precio es de 17 euros.
En cuanto al vino de El Priorat es el Idus 2014 de la bodega Vall Llach. Albert Costa, hijo del cofundador de la casa, lleva con buen tino esta firma que se sustenta en unos viñedos tan buenos como difíciles, en las laderas del pueblecito de Porrera. Ya al llevarlo a nariz llama la atención por su finura, su intensidad frutal, los recuerdos balsámicos, minerales, un conjunto bien engarzado. En boca mediterráneo, potente, sólido, muy redondo y sabroso. Su precio es de 33 euros.
Para cerrar la cena o comida, un vino dulce de la variedad pedro ximénez de la D.O. Montilla-Moriles. Es el Don PX Gran Reserva 1987 de la bodega Toro Albalá. La firma, fundada en 1922 es una de las grandes de la zona. Hacen vinos secos y finos; pero en dulces elaboran maravillas. Este 1987 de color negro yodado, tiene una nariz que te lleva a las uvas pasas, los higos secos, chocolates y cafés, hasta regaliz. En boca es de un dulce espesor, denso pero con una acidez que le da frescura, equilibrio y evita lo empalagoso. Su precio es de 25 euros.
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