Aunque la diferencia entre el 31 de diciembre y el 1º de enero sea solo un día, el Yo Superior lo mide como una gran distancia en nuestra existencia. Es muy placentero disfrutar de un nuevo comienzo en enero… esto nos da la motivación necesaria para renovación de nuestra confianza.
La energía del Año Nuevo es reconfortante, nos ayuda a “pasar página” en aspectos cuya continuidad no deseamos.
Cuando abrimos tiempo para un ‘balance de nuestra vida’, nos conectamos con el Alma en términos de ‘quién soy, qué soy, y para qué he venido’. Reflexionando así, estaremos re descubriendo las cualidades innatas del Alma, así como los objetivos en esta vida y los propósitos para los cuales hemos venido.
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¿Reflexionamos sobre este tema?
Al repasar planes, objetivos y sueños, ¿sentimos de veras que estamos en la ruta que nos habíamos determinado? ¿Estamos llevando a cabo nuestros planes? Por ejemplo, procurando mantener el plan de una dieta sana, pero en la práctica dejándonos llevar por las pequeñas tentaciones de un tentempié aquí, un pan de queso allí, un sorbete y un refrigerante para refrescar… al fin y al cabo no somos de hierro… lo cierto es que en la práctica mantenemos una actitud discordante con lo que nos hemos propuesto, ¿no es cierto?
Este simple ejemplo puede extenderse a objetivos más serios e importantes, que atañen a ciertos cambios en mi actitud para favorecer el crecimiento personal y espiritual.
¡Mantener la observación imparcial sobre nosotros mismos podría ser muy útil!
No me refiero a enjuiciamientos o críticas – sino a simples observaciones. Digamos que para el próximo año nos proponemos continuar practicando las virtudes y cualidades innatas del Alma, especialmente la Paz en ambas formas – Paz conmigo mismo y Paz en los ambientes donde yo esté presente, trabajando o compartiendo vivencias con otros.
Enfocando la Paz como objetivo, ésta deberá tener ‘cuna bien nacida’ en nuestro Yo Interior. La meditación, como ya hemos dicho, siempre será nuestro valioso instrumento de ayuda para el crecimiento personal y espiritual.
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Entonces estaremos lidiando de forma adecuada con la tolerancia, benevolencia, aceptación, respeto, humildad, discernimiento, amor, a fin de que como consecuencia la Paz sea expresada a todos, en cualquiera de los lugares a donde vayamos.
¿Forma sentido?
Nuestra actitud sincera y honrada será siempre una diminuta pero eficiente contribución a fin de que la Paz sea prioridad en los ambientes. ¿Correcto?
Es importante comprender que la gente procede tal como considera correcto. Nuestra participación será ayudar al entendimiento, a comprender que hay mejores formas, pacíficas y amorosas para la relación entre las personas.
Así no estaremos permitiendo que la amenaza nos atemorice a todos los habitantes de esta y de otras ciudades que amamos. Ni estaremos participando en el ‘juego’ de la violencia, la arrogancia y la intolerancia.
En este punto de nuestra reflexión, volvamos al ejemplo de ser observador de mí mismo. Como observadores estaremos constantemente evaluando nuestros motivos y objetivos.
¿Estarán éstos distanciándose de lo que es Paz (tolerancia, benevolencia, aceptación, respeto, humildad, discernimiento, amor)? ¿Cómo es nuestra armonía con Dios, sentimos a nuestro Amigo Supremo orientarnos hacia la Paz?
Manteniendo la concentración en soluciones de Paz, ese será el camino del Amor, donde Dios Padre Madre nos gratifica con Su orientación.
Convivir y trabajar en conjunto puede ser muy jovial, cuando hacemos realidad que todos son parte de nosotros mismos, quizá en diferentes niveles de nuestra evolución. ¡Es Año Nuevo! ¡Es Nuevo Día! ¡Es Nuevo Momento!
¡Todo momento es ocasión oportuna para utilizar nuestra energía, colaborando para elevar la vibración del prójimo, sea en familia, entre amigos, en el trabajo, con el desconocido, en el Planeta!
Cada una de nuestras buenas acciones, provenientes de buenos sentimientos y buenos pensamientos, resuena en el Universo. ¡El Año Nuevo es el momento, uniendo fuerzas para el bien de la humanidad, y para una vida mejor en el Planeta!
¡Amor y Paz son las claves!
Fuente: todos somos uno
