Entender cómo funciona la atracción, hará que logres tus objetivos de conquista más fácil y rápido y no, no tiene que ver con cómo luces ni tampoco con cambiar tu forma de ser para gustarle al otro. En esta ocasión, nuestro gurú del amor, Matthew Hussey nos trae cuatro componentes que te ayudarán a potencializar tu atractivo ante los demás.
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Química visual:Esta implica sentirte atraido hacia la otra persona por cómo se ve. Ojo, esto no es por cómo se viste o si tiene un rostro perfecto, sino en la forma en la que se expresa: cómo mueve las manos cuando habla o su forma de caminar. Los gestos de una persona dicen mucho y es lo que tiene un gran impacto a primera vista. A veces pasa que vemos la foto de alguien y lo último que pensamos es que se ve guapo, pero cuando lo vemos en persona, nos impacta por su forma de moverse, así que qué importa si no te ves como Blake Lively o Kendall Jenner, si entiendes cómo moverte de manera que otros perciban fuerza, simpatía y seguridad en ti, lograrás que cualquiera se sienta atraído. De nada sirve que te veas perfecta, si no transmites carisma.
Valor percibido
Todos valemos en la vida, pero hay una gran diferencia entre ser un «producto» valioso, y poder vendernos como producto valioso. Somos dueñas de nuestra vida, de nuestro cuerpo y de nuestra forma de ser y entender el valor que tenemos no implica cambiar nuestra forma de ser ni de inventarnos cosas que no tenemos o de gritar a los cuatro vientos lo que tenemos, sino de saber demostrar que con todo eso, somos lo mejor del mercado (porque así es). Lo importante, es aprender a demostrar, de maneral natural en una conversación lo mucho que valemos como persona. A veces nos quedamos con la idea de que no tenemos nada que demostrar a nadie, mientras nosotras sepamos lo que valemos. Cierto, pero estamos hablando de cómo lograr ser un centro de atracción, así que no te encasilles en eso y demuestra lo que eres. No es malo ni tampoco es caer en lo narcisista.
Talento percibido
Este componente va de la mano con el valor percibido: hay que saber vendernos y no es que tengamos que objetivizarnos, pero hay que darse a desear (frase cliché pero que aplica cuando jugamos con la atracción). Una persona que da todo fácil, deja ver todo lo que tiene, provocando que se pierda el interés y hasta el respeto. Esto aplica incluso dentro de los primeros minutos que estás con la otra persona pues esta tiene que demostrar por qué vale la pena que sigas concediendo tu tiempo. ¡De verdad! Nos pasa cuando escuchamos una canción, si de entrada nos aburren las primeras notas, difícilmente seguiremos hasta el final. Cuando se trata de un interés amoroso, tienes que hacerle ver al otro que eres un reto que debe saber superar si de verdad te quiere. «Aplica el ‘no tengo cuatro horas libres, tengo dos, así que si quieres verme puede ser en ese tiempo'», aconseja Hussey.
Conexión
Puede que hayas logrado todos los puntos anteriores y que tengas toda la atención de la otra persona, sin embargo, sin conexión, no hay relación. Para concretar una atracción física y emocional, debes aprender a conectar con las motivaciones de vida del otro (y visceversa, por supuesto). Lo importante no es saber qué hace, sino qué lo motiva a hacerlo. Una vez que conectes con eso, entenderás por qué es como es la otra persona.
FUENTE:NUEVAMUJER