El asunto `Uber´ en Cancún y la Riviera Maya es apenas la `punta del iceberg´. La problemática del transporte urbano en estas dos ciudades de Quintana Roo ocupan un lugar especial en la agenda del gobernador electo, Carlos Joaquín González, quien advierte de un profundo desorden en este rubro, y se apresta a la revisión de las diversas concesiones estatales, incluso las municipales (para lo que ofrece trabajar en forma coordinada con la autoridad municipal), “una vez que lleguemos” al gobierno del estado.
Faltan escasos días, cuestión de horas, para que asuma el encargo. Y por sus declaraciones más frescas con relación al transporte de pasajeros en Cancún, su intención de ocuparse de los sufridos usuarios de algún tipo de concesión, va más allá que sólo revisar la llamativa irrupción de la plataforma Uber, sino que tiene por objeto irse a fondo con todos los sistemas y con todas las concesiones.
De manera que si los taxistas tradicionales están preocupados, los demás socios, propietarios, presta-nombres y demás responsables de operar algún tipo de concesión en este renglón, también deberían ir poniendo sus barbas a remojar.
Porque de acuerdo con el gobernador electo, los cambios, las revisiones y las consecuentes afectaciones a los poderes fácticos que han impedido que los ciudadanos tengan un servicio digno, eficiente y accesible, no se restringen nada más a los inquietos dirigentes de los sindicato de taxistas.
Sus palabras:
“En materia de transporte hay un desorden total. Si vamos a Cancún verás una gran cantidad de concesiones, de rutas que se repiten, falta de rutas en otras zonas, vehículos que no tienen las características que deben de tener para dar el servicio a las personas, en fin, lo dije y lo repito: El transporte en Quintana Roo roo requiere orden, vamos revisar estas concesiones, cuáles son estas rutas. Y eso incluye a todos quienes están hoy dando ese servicio”.
Y sobre Uber:
“En el caso de Uber no tenemos facultades, aún no entramos al gobierno. Pero si la ley dice que no debe entrar, evidentemente no entrará; pero si ellos (Uber), tienen un tema jurídico y la ley dice que sí, pues adelante”.
Sobra decir aquí que esas declaraciones pueden `interpretarse´ en el sentido que ha venido ocurriendo en otras ciudades, como en la CDMX o Puebla, donde quedó claro que la SCT era la autoridad competente, que dio finalmente el sí a Uber.
Carlos Joaquín agregó:
“Solo quiero que a la gente le vaya bien, que a los sindicatos les vaya bien, que a la gente que toma un transporte le vaya bien también, que haga menos tiempo a su trabajo, a la escuela, que pueda regresar mas rápido a casa, en un vehículo cómodo, que puedan obtener un servicio adecuado, es en lo que debemos de pensar, es en lo que debemos de luchar, para quintana roo.
“Vamos a tener que trabajar coordinadamente, algunas concesiones son estatales y otras municipales”.
Sobre el tema de transporte y su problemática en Cancún, les dejo un extracto de un reciente Destripacuentos:
Entre varios, el problema de la movilidad en la ciudad de Cancún es uno de los nudos más severos que enfrenta el destino. El más reciente de los estudios sobre el tema indica que “la velocidad promedio en la ciudad ha disminuido a la mitad de la que presentaba hace 20 años, duplicando los tiempos de traslado, con los costos sociales, económicos y ambientales que ello implica… mientras el parque vehicular crece al 25 por ciento anual, la infraestructura vial aumenta en un uno por ciento en ese periodo”.
Junto con esto, se sabe también que el transporte urbano está evidentemente reprobado, pues su costo es alto en comparación con su operatividad (apenas beneficia a un 35 por ciento de los usuarios), además de que brinda un `servicio´ deficiente, sin alternativas de rutas ni conectividad entre éstas.
En resumen, Cancún tiene un desequilibrio que la hace rotundamente `anti-democrática´ para sus peatones y usuarios de los diferentes servicios de transporte. El `estatus quo´ de la operatividad vial de la ciudad privilegia a los autos y a sus propietarios, y desde luego al monopolio (que solía ser duopolio), del sistema de transporte urbano, en una ciudad que se empequeñece frente al engrosamiento del volumen de vehículos de motor a base de combustibles fósiles.
Muchas veces se insiste en que Cancún debe estar entre los primeros 10 destinos turísticos del mundo. Sin embargo, cualquier otra ciudad en ese ranking tiene un sistema de transporte público bien diseñado, donde el usuario puede decidir entre varias rutas para saber cómo dirigirse de un punto a otro, con mapas, alternativas entre autobuses, metrobús e, incluso, trenes urbanos, siempre usando el mismo método de acceso (un solo boleto), y con opciones de adquirir abonos o pases por periodos semanales o mensuales.
Incluso, los turistas tienen a su disposición numerosas `aplicaciones´ para usar en sus teléfonos móviles, que le ayudan a trazar las rutas para usar el transporte público tan bien o aún mejor que los propios habitantes de esa ciudad.
De frente al cambio de administraciones, tanto estatal como municipal, este severo problema, que representa uno de los calvarios cotidianos más palpables de los cancunenses, sobre todo de los más desprotegidos, tiene una encrucijada evidente. Porque en ambos órdenes de gobierno se encuentran las personas más indicadas para abordarlo y resolverlo, si acaso ocurre que se presenta la tan anhelada coordinación y la todavía más escasa voluntad política.
Francisco López Mena, coordinador general del equipo de transición del gobernador electo, fue en su momento pieza clave para anticiparse a resolver el entuerto que representa el de la deficiente movilidad de Cancún.
En enero de 1991, el también notario público irrumpió en las calles de Cancún con su empresa Autocar, con 24 unidades nuevas, equipadas con aire acondicionado y con choferes capacitados para brindar un trato amable a los pasajeros. Contribuyó así a acotar el monopolio que representaba Turicun, y permitiendo así el control del servicio de transporte urbano en la ciudad.
Actualmente en el consejo de administración de Turicun ya no hay líderes del sindicato de taxistas, lo cual es obvio en tanto que ahora son reales competidoras, mientras que Autocar también ha visto salir de su grupo de socios a algunos empresarios de la sociedad original, como el caso de Francisco López Mena, quien vendió sus acciones justamente cuando, en congruencia con su nuevo proyecto, emprendió la aventura de ser candidato al gobierno del estado por el PAN en 1999.
Es López Mena, sin embargo, nuevamente una pieza clave para abordar y resolver este problema desde el gobierno, si es que se convierte también en opción para formar parte de gabinete. Conoce el tema y su aprecio por Cancún, tanto como su participación en asuntos de interés ciudadano, es de todos conocidos.
En el mismo equipo se encuentra Eduardo Ortiz Jasso, quien fuera el primer director del Instituto de Planeación Municipal de Benito Juárez, a la sazón presidente municipal Francisco Alor Quezada. Miembro también del equipo del gobernador electo, Ortiz Jasso fue el responsable de elaborar el `Plan de Movilidad´ de la ciudad, para el cual viajó a las ciudades más avanzadas en el tema para abrevar de sus experiencias.
Las conclusiones presentadas en los primeros párrafos de esta columna son precisamente de ese estudio, que por cierto dejó de estar disponible en la página oficial de Internet del Implan.
Los objetivos del proyecto, para el cual se había realizado también una estimación presupuestaria (millonaria, por supuesto), son y siguen siendo los siguientes:
Dado que… “Un 35 por ciento de la población utiliza para desplazarse el transporte público urbano, mientras que el 28 por ciento lo hace en transporte privado; un 19 por ciento en taxi y el resto en medios alternativos”.
El objetivo expreso del estancado proyecto para solucionar la movilidad, apunta a:
“Satisfacer las necesidades de la sociedad de moverse libremente, acceder, comunicarse, comercializar y establecer relaciones sin sacrificar otros valores humanos y ecológicos básicos, actuales o futuros”.
Y los beneficios no alcanzados en la medida que se posterga este proyecto, están también considerados en el proyecto: “Recuperar el espacio público para la movilidad, la accesibilidad y la estancia de los ciudadanos, descongestionando el tránsito…”. “Privilegiar al transporte público urbano sobre el transporte privado, para desincentivar el uso del automóvil”. “Otorgar facilidades, inducir e incrementar la utilización de transportes alternativo o no motorizado (traslado a pie o en bicicleta”, buscando disminuir la emisión de contaminantes”.
Ahora, el ayuntamiento de Benito Juárez, también de frente a los cambios de administración, estará encabezado por el verde-ecologista Remberto Estrada Barba, quien será en primer lugar el responsable de encarar este grave vacío que sufren los peatones y usuarios del transporte público en el municipio, pero también el resto de los ciudadanos.
Estrada Barba, hay que saberlo para este caso, pertenece a una familia experta en el tema del transporte de pasajeros. De hecho se iniciaron su empresa hace dos generaciones en la comunidad jalisciense de Tenamaxtlán.
Y en Cancún cuentan con el consorcio empresarial `Grupo Tena´, con unas 90 unidades de transporte de pasajeros, especializada en el ramo turístico. En sus venas corre una sangre asociada directamente al tema. Lo entiende y su condición de cancunense y presidente municipal electo le coloca en primera línea para entrarle al asunto, pues además fue una sensible petición que pudo palpar durante la campaña que recién terminó.
Hará falta, reiteramos, un ejercicio de verdadera armonización de objetivos, suma de esfuerzos y una gran capacidad de diálogo político. Si se pone en primer lugar a la sufrida clase trabajadora, prácticamente invisible, que ha construido y sigue construyendo `a mano´ toda la infraestructura hotelera y urbana que alcanzan a ver nuestros ojos, así como brindar servicios y atender a los millones de turistas que nos visitan.