Buenas nuevas para hombres del campo
EN ÓRBITA
Por Marcelo Salinas
Hay un reclamo persistente convertido en realidad innegable…
Hay un reclamo persistente convertido en realidad innegable para quien conoce la situación: el campo ha sido marginado del modelo económico imperante y por ello prevalece la pobreza en él. Hay una profunda razón en esa queja, en su mayoría proveniente de productores e interesados –con fines académicos y empresariales– en el complejo sector rural.
Algunas estadísticas reflejan un aparente aumento de la pobreza extrema durante la última década, pese a que otras intentan matizar la problemática con la migración, la cual aparece en esos casos como un paliativo y no como una consecuencia agravada.
En las zonas sur y maya de Quintana Roo la migración hacia la próspera zona norte de hombres otrora dedicados al campo ha sido una “válvula de escape” en momentos de crisis, y aunque muchos de estos emprendedores logran sostener a su familia a distancia, el costo familiar ha sido tremendo. Esta situación, extrapolada a la condición de una comunidad, exhibe una débil cohesión social, lo cual se traduce en esa marginación, en ese abandono del que se hizo referencia líneas antes.
Los números en torno a dicha crisis varían según la instancia, gubernamental o privada. Lo cierto es que todos confirman que persisten la pobreza, la marginación y el abandono. Por eso este anuncio en favor de nuestros productores agrícolas, ganaderos y pescadores llega en un momento tan oportuno: los gobiernos federal y estatal invertirán 55 millones pesos para financiar sus proyectos, dio a conocer ayer el gobernador Roberto Borge Angulo.
Los interesados podrán presentar sus solicitudes de financiamiento del martes 3 de febrero al 31 de marzo en las 19 ventanillas que se instalarán en los 10 municipios. Se beneficiarán hasta con 50 por ciento del costo del equipo o de la inversión, y pueden participar personas físicas, morales o productores organizados.
Con ese recurso podrán comprar equipo y desarrollar infraestructura para proyectos estratégicos en los rubros mencionados.
En el caso de productores de bajos ingresos, el financiamiento podrá ascender hasta el 80 por ciento de la inversión requerida para ejecutar los proyectos, con un monto máximo de 250 mil pesos.
Se trata de un anuncio que para miles de familias representa un salvavidas. Antes que eso, confirma la voluntad de los gobernantes por “rescatar” a los hombres del campo y a los ganaderos, a la par de los pescadores, quienes por condiciones inherentes a la geografía estatal tienen más oportunidades que los primeros.
Generalmente se cita a la falta de apoyos económicos y de subsidios de parte de los gobiernos federal y estatal como causas de la mala situación. Incluso se ha acusado que esta ayuda era otorgada en muchas ocasiones al amparo de la corrupción. Pero esto por fin despeja las dudas. Hoy existen voluntad y recursos; lo demás, es mero trámite.
Ahora bien, en paralelo convendría seguir intensificando capacitaciones, cursos y talleres para familias de la región, sobre todo a las indígenas, con el fin de diversificar sus actividades productivas.
Hay que acercarles el progreso. En Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y José María Morelos, principalmente, los habitantes reclaman que el progreso les queda “lejos”. Es decir, no solo se refieren a la distancia, sino a la falta de herramientas y vehículos de transporte, así como a trabas burocráticas que a veces complican lo más sencillo.
Muchos habitantes de estos municipios siguen comunicándose en maya o son analfabetas, por lo cual desconocen cómo emprender un proyecto o son reacios a capacitarse en determinada actividad. Es entonces cuando el ponente o gestor debe tener la sensibilidad suficiente para que la misión no fracase. Hay que erradicar esa actitud prepotente, pues algunos beneficiados desisten pronto debido a lo complicado de formalizar un negocio. En definitiva, se trata de brindarles todos los instrumentos para que mejoren su calidad de vida. Es el momento.