EL BESTIARIO
California investiga la rotura del oleoducto que ha vertido hasta medio millón de litros de petróleo en sus playas de San Bárbara, destino turístico mundial, Cancún alarmada ante un gasoducto ‘fantasma’
El gobernador de California (EE UU), Jerry Brown, ha declarado este miércoles el estado de emergencia en el condado de Santa Bárbara por la fuga de petróleo ocurrida el martes que podría haber vertido hasta 400.000 litros de crudo en tierra y en el océano Pacífico. “Esta declaración de emergencia corta la cinta roja y permite que el Estado movilice con rapidez todos los recursos disponibles. Haremos todo lo necesario para proteger la costa californiana”, indicó Brown en un comunicado. El vertido de petróleo podría ascender hasta los 500.000 litros, según los últimos cálculos divulgados hoy por el Centro de Información Unificado que está al frente de la gestión de la crisis medioambiental. Esa cifra constituye “el peor de los escenarios posibles”, según el comunicado de prensa, en el que se indica que se ha abierto una investigación para explicar la causa de la rotura del oleoducto que originó esta fuga de crudo y la cantidad exacta filtrada…
Mientras esto ocurría en Estados Unidos, en México, en Cancún nos quedamos de piedra al enterarnos que en apenas unos meses, a principios del enero del 2016, quieren instalar un gasoducto en nuestra ciudad. El alcalde Paul Carrillo se mostró sorprendido ante el nuevo ‘macroproyecto’ del que no ha llegado ni un oficio al Ayuntamiento. Las quejas de los ambientalistas y las dudas de muchos columnistas han encendido las alarmas ciudadanas. No podemos olvidar que los que vivimos en el primer destino mundial del Caribe estábamos disfrutando de las nuevas calles pavimentadas, después de mucho años de espera, dañadas por las inclemencias del tiempo. El gasoducto conlleva el levantamiento de nuestras avenidas… Se impone un mínimo debate ciudadano ante una propuesta de este tipo, con sus pro y sus contras a corto, medio y largo plazo. Lo que más llama la atención es que llega en momentos muy difíciles y de recortes anunciados para el presupuesto del 2016, por parte del propio presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray.
Las playas son conocidas como la ‘Riviera italiana americana’ por su clima mediterráneo y semejanza a la Costa Azul Francesa
A primera hora de la mañana del miércoles, los equipos de limpieza de Santa Bárbara habían retirado ya 26.000 litros de crudo. La compañía Plains All American Pipeline tiene aún que excavar hasta la fractura de la tubería que está instalada junto a la línea de costa desde 1987. Según los registros federales, la compañía tiene acumuladas 175 infracciones de seguridad y mantenimiento desde 2006, según informa Los Angeles Times, una cifra que supera la media nacional. Santa Bárbara es una zona con intensa actividad petrolera y numerosas plataformas marinas extraen crudo a la vista de los bañistas. En 1969 otra fuga originada esa vez en una de esas plataformas durante once días causó un vertido al Pacífico de 15,9 millones de litros de petróleo.
Santa Bárbara es una ciudad con un el censo poblacional cercano a los 100.000 habitantes. Fue fundada como una misión franciscana por Fray Junípero Serra. La ciudad forma parte del Área metropolitana de Santa Bárbara-Santa María-Goleta. Se localiza aproximadamente a 140 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, a lo largo de la costa del Pacífico. Su costa se extiende a lo largo de Santa Bárbara del Sur y al condado se le llama a menudo como la ‘Riviera italiana americana’ debido a su clima mediterráneo y su semejanza con la Costa Azul Francesa. Las Montañas Santa Ynez recorren la ciudad de este a oeste, y se elevan detrás de la ciudad con varios picos que exceden los 1.200 metros.
Los primeros habitantes fueron los indígenas chumash que se establecieron en modestas casas de madera y en las cuevas de las montañas Santa Ynez. Fundada el 24 de marzo de 1782 con el nombre de Misión y Presidio de Santa Bárbara.
Paul Carrillo: “No tenemos conocimiento del proyecto del gasoducto, no va a ser fácil el destruir las calles de la ciudad ya pavimentadas”
Mientras esto ocurría en Santa Bárbara, en Cancún, sonaban las alarmas en las redes sociales y en los medios de comunicación locales, tanto impresos como online, al darse a conocer, de manera sorpresiva, que SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) daba ‘luz verde’ a gasoducto en Cancún. Hasta el propio presidente municipal, Paul Carrillo, mostró su desconocimiento de la decisión adoptada, ante los micrófonos de Radio Fórmula… “No tenemos conocimiento del proyecto. No hemos recibido ningún oficio en el Ayuntamiento. Es un tema que requiere de un análisis de Protección Civil. No podemos olvidar lo que pasó en Guadalajara hace dos décadas. Además no va a ser fácil explicar a los benitojuarenses que después de que hemos pavimentado las calles de la ciudad, un anhelo cumplido después de muchos años, que ahora, van a ser de nuevo destruidas para colocar las tuberías del gasoducto. Nuestra ciudad ha sufrido mucho con este problema de la pavimentación de sus avenidas, dañadas en tiempos de lluvias y ciclones…”.
Ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha ingresado un proyecto de 88 millones de pesos para construir un gasoducto que suministre este energético a empresas industriales y de servicios, así como zonas habitacionales y comerciales existentes en la zona urbana del municipio de Benito Juárez. La red estará constituida principalmente por un ducto de 8 pulgadas de acero al carbón de 3,6 kilómetros y 30,5 kilómetros de tubería de polietileno de alta densidad.
Riesgos mayores, “el incendio y explosión por afectación en la trayectoria del gasoducto”, broma de guionista catastrofista de Hollywood
El gasoducto parte de una Estación para Descompresión de Gas Natural, que no es parte del proyecto, la cual estará ubicada en el entronque de la carretera federal Cancún-Mérida, con la carretera federal, Cancún-Playa del Carmen, para tomar una dirección hacia la ciudad de Cancún donde atravesará avenidas como Bonampak, Kabah, Tulum, Uxmal, Yaxchilán, Cobá, entre otras. La empresa promovente del presente proyecto es Gas Natural Industrial, S.A. de C.V., que tiene contemplado el inicio de operaciones de la primera etapa en el mes de enero del año 2016, una vez que se hayan obtenido todas las autorizaciones por parte de las autoridades Federales, Estatales y Municipales.
No se espera una importante generación de empleos, pues para la operación del gasoducto sólo se requerirán dos personas, y durante la construcción apenas unas 28. “Se tiene contemplado que para la etapa de operación del proyecto se generen dos empleos de forma directa, mientras que para las etapas de preparación y construcción se generarán empleos indirectos para los habitantes del municipio donde se ubicará el proyecto”, expresa la Manifestación de Impacto Ambiental.
El proyecto corresponde a la instalación de un sistema para transporte de gas natural que será operado en la zona urbana y suburbana de Cancún, y estará conformado por gasoductos en acero al carbón de 8 y 6 pulgadas, así como gasoductos en polietileno de alta densidad de 8 y 6 pulgadas, que servirán como infraestructura para dar suministro a los socios comerciales existentes en la zona hotelera y de servicios de la ciudad de Cancún, así como a los sectores habitacionales de dicha ciudad.
El sistema para transporte de gas natural en cuestión estará interconectado a una Estación para Descompresión de Gas Natural (EDGN), misma que suministrará el energético en un futuro; pero la instalación y operación de dicha EDGN es ajena al presente proyecto. En base a su experiencia, la empresa responsable del proyecto ejecutivo lo diseñó para una vida útil de al menos 30 años en estado de operación. Este período de tiempo puede ser modificado hacia una vida mayor considerando el mantenimiento predictivo, preventivo y, en su caso, correctivo.
El estudio reconoce que los riesgos mayores del sistema de transporte de gas natural propiedad de la empresa Gas Natural Industrial, S.A. de C.V., son “la incidencia de incendio y explosión por afectación en la trayectoria del gasoducto, ya que de acuerdo a su ubicación podría afectar a las personas e infraestructura agrícola, y en su caso desencadenar un incendio mayor dadas las concentraciones de flora existentes en la zona”. Estas frases parecen una broma de algún guionista catastrofista de Hollywood.
Estación de suministro en la autopista Cancún-Playa del Carmen, ramales por Bonampak, Kabah, Tulum, Uxmal, Yaxchilán y Cobá
Sin embargo, la empresa del proyecto deberá dar a conocer a los habitantes del municipio las medidas de prevención y control que se instaurarán en la instalación del sistema de transporte de gas natural, para reducir los riesgos existentes por incendio y explosión.
La empresa reconocer que el riesgo existente por la conducción de gas natural por ductos es evidente, pero dice que el mismo es controlable y es posible su reducción, poniendo especial atención en los recorridos de celaje, que para el presente proyecto se aplicará a diario. Aunado a lo anterior, los programas de mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo, ayudarán a anticiparse a cualquier falla mecánica o de operación que se pueda presentar, según el promovente.
La verificación de la integridad mecánica y de operación del gasoducto será acreditada y aprobada por la Secretaría de Energía y la Entidad Mexicana de Acreditación, antes de entrar en operación, y posteriormente con apego a la normativa, lo que supuestamente asegura y reduce los riesgos del sistema para transporte de gas natural. En consecuencia, el estudio considera que el proyecto cuenta con factibilidad técnica económica y administrativa, para la construcción del sistema de transporte de gas natural en Cancún.
El gasoducto tendrá tuberías de ocho pulgadas de acero en 3,6 kilómetros y derivaciones de tubería de polietileno de alta densidad en 30,5 kilómetros en línea, indica el proyecto aprobado a la empresa Gas Natural Industrial el 5 de mayo. De acuerdo con el portal de noticias Milenio.com, la red saldrá de una Estación para Descompresión de Gas Natural-ajena al proyecto- que se ubicará en el entronque de la autopista federal, Cancún-Playa del Carmen, hacia la zona urbana por las avenidas: Bonampak, Kabah, Tulum, Uxmal, Yaxchilán, Cobá, básicamente. Gas Natural Industrial iniciará obras de la primera etapa en enero de 2016, cuando espera autorizaciones de autoridades federales, estatales y municipales.
Desde febrero, la empresa Gas Natural Industrial S.A. de C.V., entregó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto que consiste en la colocación de una tubería de tres mil 600 kilómetros que funcionará para transportar el hidrocarburo a las zonas habitacionales de Cancún.
El Grupo Simsa, corporativo propietario de Gas Natural Industrial posee 500 kilómetros de ductos en México para atender a 21 mil 200 consumidores domésticos, 450 comerciales y 350 industriales; además de abastecer a las plantas Volvo y Toyota. La SEMARNAT informó a los medios, principalmente Milenio, que la decisión fue suscrita el pasado 5 de mayo, con vigencia de 32 años y seis meses. La red, con una erogación de 88 millones de pesos, comenzará a funcionar en enero de 2016. En el Ayuntamiento de Cancún se enteraron a través de la prensa, mal inicio para un proyecto que necesita del respaldo de nuestras autoridades y de los ciudadanos de Cancún.
El auge petrolero dispara el transporte ferroviario en EE UU, varios accidentes desatan la inquietud social y fuerzan cambios regulatorios
Los trenes atraviesan el pueblo entre cinco y diez veces al día. Son oleoductos sobre raíles: decenas de vagones que transportan petróleo desde los remotos pozos de Dakota del Norte, epicentro del boom energético de Estados Unidos, hasta las refinerías de la Costa Este. “Los odio por el ruido y sus luces”, se queja Rob Bregg, de 38 años. Ve y oye los convoyes desde su casa, a escasos metros de las vías, en Perryville (Maryland). Han recorrido unos 2.860 kilómetros hasta este pueblo de 4.400 habitantes, de casas blancas de madera, y a medio camino entre Baltimore y Filadelfia.
A falta de oleoductos convencionales -el proyecto Keystone XL para unir Canadá con el Golfo de México lleva seis años paralizado-, los trenes mueven el 70% del petróleo que emana de la formación Bakken en Dakota del Norte, explotada en los últimos años gracias a la técnica de fracturación de rocas de esquisto. Desde 2008, el transporte ferroviario de crudo se ha disparado un 4.000% en Estados Unidos.
El ‘fracking’ ha aupado a este país a la cima de la producción mundial de petróleo y gas natural. Y ha alterado el tablero geopolítico: la primera potencia se acerca a la independencia energética y los precios han bajado. También ha trastocado la distribución. El crudo viaja a lo largo de un entramado de 200 líneas ferroviarias. Es un método más invisible y flexible que un oleoducto: no exige un farragoso análisis ambiental y político, las vías ya existían y se adaptan a la demanda. Pero cada vez es más polémico por el secretismo que rodea a este transporte y los accidentes.
Pese al crecimiento, los oleoductos transportan al año 8.300 millones de barriles de crudo, frente a los 291 en tren
En los últimos dos meses, ha habido en EE UU y Canadá cuatro descarrilamientos de trenes petroleros. En 2014, hubo 144 incidentes. En 2009, solo uno. En 2013, los trenes derramaron 4,3 millones de litros de crudo, más que en todo el periodo 1975-2012. Pese al crecimiento mayúsculo, la mayor parte de petróleo se sigue moviendo mediante oleoductos. En 2013, transportaron 8.300 millones de barriles de crudo frente a los 291 millones en tren. Sin embargo, el ratio de accidente es entre 10 y 20 veces superior en los trenes.
Estas cifras y un grave accidente en Canadá, que mató a 47 personas en 2013, han llevado a endurecer las normativas. El Departamento de Transporte estadounidense anunció a principios de mayo nuevos requisitos de frenado en los trenes y renovación de contenedores, pero no obligó a que el crudo sea menos volátil (una de las causas de explosiones). El sector critica la regulación. En Perryville no se ven señales junto a las vías que informen del transporte petrolero ni instrucciones en caso de emergencia, como sí habría en el caso de un oleoducto.
En una tarde reciente, frente a la casa de Bregg, donde vive con su pareja y dos niñas pequeñas, había aparcados cinco vagones con depósitos de “combustible líquido”, según mostraba su etiqueta. Estaban en un desvío anexo a las dos vías principales. Entonces, contaba el vecino, llevaban varias horas allí. A veces permanecen hasta dos días, según revela Allen Miller, teniente de la policía local.
“Claro que me preocupa”, dice Bregg, mientras las niñas juegan en el jardín, separado de los raíles por unos finos árboles. La línea ferroviaria se construyó a principios del siglo XX y es propiedad de Norfolk Southern. En los últimos años, ha revivido. Su uso se ha disparado, en un beneficio colateral del auge energético.
El transporte ferroviario de petróleo debe ganar seguridad, la mejora lleva tiempo hasta que se culmine la transición de modelos viejos a nuevos
“Históricamente si había un campo [petrolífero] muy grande, se transportaba todo a través de oleoductos porque el ferroviario es un método más caro”, explica Mark Aldrich, profesor emérito de Economía en la Universidad de Smith y autor de varios libros sobre seguridad ferroviaria. Esa era la realidad a principios de los 2000, cuando apenas había transporte ferroviario de crudo.
Pero el descubrimiento a los pocos años de nuevos yacimientos alteró esa tendencia. En los alrededores de la formación Bakken, en Dakota del Norte, no hay oleoductos. Y de golpe, había una cantidad ingente de crudo que solo se podía transportar en tren o camión. La segunda opción es más lenta y peligrosa que la primera, dice Aldrich. “Pero el problema es que ha habido un crecimiento enorme de los envíos”.
El experto sostiene que “no hay duda” de que el transporte ferroviario de petróleo debe ganar seguridad, pero avisa que la mejora lleva tiempo hasta que se culmine la transición de modelos viejos a nuevos. “Ya pasamos por ello entre 1978 y 1980 con accidentes de materiales peligrosos y respondimos de un modo que parecía adecuado”, concluye Aldrich.
Las vías discurren en paralelo a un río que desemboca en el océano Atlántico, y la compañía de transporte de mercancías las opera según sus necesidades. Un portavoz de Norfolk Southern declina revelar por seguridad la frecuencia y ruta de los trenes. Las administraciones públicas dicen desconocer los detalles. La opacidad hace que la única información provenga de los residentes. La circulación petrolera altera hábitos en Perryville. Los convoyes, de hasta 100 vagones, esperan parados a tener autorización para incorporarse a un corredor ferroviario de pasajeros que enlaza Washington y Nueva York, y por el que circularán hasta descargar el crudo en unas refinerías en Delaware. “Puedes estar 20 minutos esperando a poder cruzar las vías”, lamenta Bregg. En el pueblo, se oyen historias sobre qué calles es mejor coger para sortear en coche el atasco.
El paisaje de Perryville no puede entenderse sin esas vías. Los trenes pasan junto a casas, un parque infantil, la comisaría de policía y el Ayuntamiento. Cruzar las vías es una rutina automática de niños y adultos para ir de un lado al otro del pueblo. No hay verjas que las delimiten. En la comisaría, el teniente Miller dice que el riesgo de accidente de los convoyes supone una “preocupación creciente”. Explica que el año pasado se finalizó un protocolo de emergencia, pero sugiere que es muy genérico. “Siempre es una preocupación el tren, pero es un medio necesario”, esgrime en el Ayuntamiento Denise Breder, la número dos del alcalde. Dice que hace unos años se organizó un curso de entrenamiento a bomberos y policías, y que se repetirá. Pero no da detalles. Justo detrás del Consistorio está la bifurcación de raíles. “Oyes todo el rato [los trenes]. Al cabo de un tiempo se convierten en ruido de fondo”.
California investiga la rotura del oleoducto que ha vertido hasta medio millón de litros de petróleo en sus playas de San Bárbara, destino turístico mundial, Cancún alarmada ante un gasoducto ‘fantasma’.
@SantiGurtubay
www.educacionyculturacancun.com