DESTRIPACUENTOS
- Sin reglas a seguir, con ausencia de procesos de capacitación, pero sobre todo sin ideología que los distinga, los partidos políticos perdieron su valor
- Pedro Joaquín Delbouis, con una trayectoria sólida en los sectores público y privado, se perfila como un serio postulante a la presidencia municipal de Cozumel
Cancún, Quintana Roo .- En estos días aciagos la militancia a un partido político no significa nada.
Y cuando se dice `nada´, es un `nada´ profundo.
Los partidos políticos son la vía para alcanzar el poder. Eso está claro. Sin embargo, al prescindir de valores, reglas, protocolos y de sentido ideológico, esas organizaciones por las que lucharon hombres y mujeres en épocas pasadas, se convirtieron en baratijas sin valor.
En simples accesorios.
Retrotrayendo la sabiduría de los abuelos, se podría decir de alguien que `se cambia de partido como se cambia de calzones´.
El `saltimbanquismo´ o el `chapulineo´ es ya legendario en México. Hay casos de políticos viejos y nuevos que fueron de un partido a otro, sin que llamara tanto la atención. Me viene a la mente Porfirio Muñoz Ledo, quien se convirtió en el primer político que dirigió dos partidos (PRI y PRD), para acabar de militante del PARM.
Pero hasta allí y hasta hace poco no era un enredo inentendible como sucede actualmente.
Porque en esos tiempos había forma de establecer una especie de categoría de partidos, de acuerdo con su proyecto ideológico. Había claramente organizaciones de izquierda, de derecha y de un nebuloso centro, pero también había.
Era posible identificar claramente los intereses empresariales y eclesiásticos en un sitio del espectro. Y de la misma manera, instituciones en el otro extremo, más cercanas a las clases populares y a las luchas de las minorías.
Hoy todo está de cabeza. Ya no únicamente los individuos van de uno a otro lado del espectro ideológico, para demostrar que nada valen o que no tienen esos valores.
Los mismos partidos, desde sus dirigencias nacionales, establecen alianzas, reciben traidores, cimarrones, defenestrados, en fin.
Y lo hacen con una `naturalidad´ que impresiona.
Esta nueva realidad entraña dos problemas muy graves.
Por un lado, consolida la abolición del sistema de partidos en el país, lo cual significa la ausencia de disciplina, capacitación, y todo el proceso escalafonario y de ascenso que obligaba cada instituto a sus miembros.
Me explico:
Pertenecer a una agrupación política implicaba seguir una serie de protocolos de conducta. Apegarse a reglas para mantenerse y para alcanzar posiciones en ascenso. No respetar el proceso, tener una mala fama, significaba quedar fuera.
Las dirigencias, o grupos o tribus secuestraron a los partidos. Y sus militantes hallaron en la retirada y abordaje en otra organización, la manera de eludir las reglas.
El otro problema es justamente la pérdida de un rumbo claro para el país, desde cualquier nuevo proyecto. Porque todos son iguales, sin una línea de pensamiento ligado a compromisos. Superficiales, banales.
Es alcanzar el poder a como de lugar.
Pedro Joaquín Delbouis, una seria opción para Cozumel
Forjado en el sector empresarial, Pedro Joaquín Delbouis ha recorrido, sin embargo, un largo tramo en una serie de tareas de alto contenido social en su municipio natal.
Hoy se presenta como candidato externo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para contender por la presidencia municipal. Y aunque las siglas de ese instituto se hallan en franca devaluación, y contando, se debe anotar que Cozumel tiene una dinámica política muy particular.
Sus ciudadanos votan por personas, y no tienen empacho en cambiar de opción partidaria si consideran que es lo mejor.
Y aunque es cierto que Joaquín Delbuis pertenece a un linaje de políticos notables (es hijo de Pedro Joaquín Coldwell, sobrino a la vez del actual gobernador, Carlos Joaquín), su desarrollo profesional y empresarial tiene luz propia.
Presidió los organismos empresariales de la isla, y más recientemente se desempeñó como presidente de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel, a donde deja buenas cuentas. Baste decir que consiguió duplicar el presupuesto de ese organismo, para dejarlo en más de 110 millones.
Desde ese encargo, el ahora candidato de la “Coalición por Quintana Roo” a la presidencia municipal de Cozumel, por primera vez en la historia de la isla, apoyó a todas las escuelas del municipio, desde jardines de niños hasta secundarias, con el mejoramiento de sus instalaciones.
Asimismo con la entrega de más de 540 becas mensuales, con un presupuesto casi tres veces mayor, en comparación con la pasada administración; Más de dos mil 500 estudiantes resultaron beneficiados, y disfrutaron de actividades educativas y culturales fuera de la isla.
Pedro Joaquín Delbouis ha presidido tres organismos empresariales, desde donde se involucró en tareas sociales y de promoción turística bien reconocidos: en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en la Junta Coordinadora Empresarial y en Cámara Nacional de Comercio (Canaco).
No se debe dejar de decir que el escenario en el que se presenta Joaquín Delbouis es más que interesante. Porque si bien la actual presidenta municipal, Perla Tun, llegó al cargo con un abrumador apoyo en las urnas, su reelección ya no es nada segura luego de una serie de dislates y confrontaciones innecesarias.
Haber cerrado el Sistema DIF, donde se realizaban tareas de apoyo social y familiar indispensable, además de otros yerros, le plantean un evidente desencanto entre el electorado. Ya vermos. @AntonioCallejo