En la Secretaría Estatal de Turismo hay caras alegres. Su titular, Marisol Vanegas Pérez, ha anticipado un crecimiento de 15.7% en la afluencia de turismo proveniente de Canadá; 12.2% de Sudamérica; 7.11% de Estados Unidos; 6.4% de Centroamérica y el Caribe, y 4.5% de Europa. La bonanza ha sido confirmada por el gobernador Carlos Joaquín González en entrevistas recientes.
Será un cierre de año exitoso, con ocupaciones superiores al 90%, al confluir la llegada de turistas de todos los mercados emisores, en tanto las aerolíneas reportan 5 millones de asientos disponibles en vuelos regulares hacia Cancún, lo cual representa un crecimiento de 8.5% frente a la temporada anterior. Para el 2018 se adelanta otra cifra estimulante: 3.6 millones de cruceristas en Mahahual y Cozumel.
Lo hemos planteado antes aquí: esta dinámica permite generar más de 400 mil empleos y mantener un inventario hotelero que ronda las 100 mil habitaciones, cuya operación contribuye a que la economía del estado supere el 7% cada año, dentro de lo cual el turismo registra un indicador mayor, mientras el país no llega al 3%.
Al observar estos números cobra sentido lo publicado ampliamente por El Universal, que en un artículo reciente sostuvo que la entidad creció más que China en 2016, con un 7.6%, la mayor alza en una década, ya que en 2007 fue de 10.6%. En el ámbito estatal las actividades de hoteles y restaurantes representan una cuarta parte de la economía quintanarroense, lo que sumado a otros servicios asociados concentra casi el 90% del PIB. Para el tintero, cabe mencionar que el gigante asiático ostentó un porcentaje de 6.7%.
Hay otros datos interesantes, como que el año pasado el crecimiento de Quintana Roo representó el 1.6% del PIB nacional, lo cual la convirtió en la vigésima economía gracias a que captó el 51.5% de los visitantes que llegaron a México (35 millones).
A nivel nacional el turismo genera 10 millones de empleos y, tan solo entre enero y septiembre de este 2017, ha recibido a más de 28.6 millones de turistas internacionales, un crecimiento de 12.3% respecto al año pasado.
En el periódico ya citado se sugiere cuidar el ordenamiento urbano, proveer de (mejores) servicios a la población, evitar una sobredensificación de turistas, así como garantizar la seguridad de todas las personas. Estos han sido ampliamente abordados por el gremio local, y evidentemente no son los únicos.
El lunes pasado se publicó que en este espacio algunos de los desafíos. Aunados a los ya expuestos el día 11, deben sumarse la unificación de esfuerzos –individuales y colectivos- para mejorar la experiencia del visitante y consolidar una mayor integración entre el sector empresarial y el gobierno a fin de impulsar campañas en todo el territorio, que envuelvan a la comunidad de las bondades y los beneficios que genera la actividad.
En Quintana Roo sobran los motivos para seguir impulsando una industria que da mejores oportunidades de vida a miles de familia.
Desorbitado
Uno de los grandes retos guarda relación con las actualizaciones de alertas. En torno a ello el secretario de Turismo Enrique de la Madrid enfatizó acertadamente: “Las alertas de viaje a México por el gobierno de Estados Unidos desorientan y afectan al sector turístico. No nos parece que sea correcto porque acaban estigmatizándonos, y también se afectan ellos mismos, porque muchas de las empresas hoteleras en Estados Unidos tienen grandes negocios en nuestro país”.
Para evitarlas será necesario redoblar los esfuerzos en seguridad, acaso el mayor desafío en todo el país, ya que no es una problemática exclusiva de esta región. Lejos de eso, los indicadores siguen mejorando en un rubro tan complejo como sensible.