A 13 días que se realice el relevo en la administración estatal, los gobernadores electo y saliente de Quintana Roo, Carlos Joaquín González y Roberto Borge Angulo, sostuvieron un nuevo encuentro, tal como lo dijeron hace poco más de un mes cuando se reunieron por primera vez, para revisar los avances del proceso de entrega-recepción de la administración pública.
Por su parte, Borge Angulo calificó la reunión como “cordial y productiva” y dijo que acordó con su sucesor continuar la “relación armónica” que han sostenido desde que inició el proceso de transición. Pero, ambos coincidieron en que los trabajos se llevan al cabo en estricto apego a la normatividad y a los procedimientos establecidos en la ley y destacaron que hay importantes avances en los trabajos ordenados, tanto en el equipo de entrega como en el de recepción.
Roberto Borge aseguró que el objetivo es que la administración que encabezará Carlos Joaquín conozca la importancia de los proyectos que están en proceso y su avance para garantizar que lleguen a buen término.
En cuanto a Carlos Joaquín, manifestó su confianza en que el proceso de entrega-recepción culminará de manera satisfactoria para que a partir del 25 de septiembre se inicie una nueva etapa en la vida política de Quintana Roo.
Sin embargo, enfatizó que se revisará la información de manera detallada, actuará con responsabilidad y de acuerdo a la ley.
Cosa malas que parecen malas
¿Recuerda usted los dos informes de gobierno anteriores del munícipe de Cancún, Paul Carrillo? Tal vez ya los olvidó, así como olvidará usted el nombre de ese funcionario en cuanto entregue el puesto que ocupa y el poder que con él tiene. Si usted ni del tema se enteró o ya no recuerda, le refrescaré la memoria.
En el primer informe que presentó Paul Carrillo, además del dispendio en promocionales, también se utilizaron importantes recursos, incluso se utilizó el malecón Tajamar -ahora devastado- como escenario para que el flamante munícipe rindiera cuentas.
En esa ocasión la larga lista de logros y resultados dada por el edil parecía increíble y así lo fue, pues en esa ocasión fue el mismo gobernador del estado quien en su intervención aclaró cuáles de las mencionadas obras fueron de procedencia federal y estatal, cosa que le cayó como patada de mula en el orgullo a Carrillo de Cáceres, pues dicen, desde ese momento la relación con el mandatario estatal se volvió tirante.
El segundo informe de gobierno de Paul Carrillo se realizó en el marco de la VII sesión solemne, de pipa y guante, en el Centro de Convenciones, ubicado en la zona hotelera de Cancún, al que asistió, además del gobernador, secretarios federales, delegados estatales, así como toda la crema y nata de la sociedad cancunense.
Lejos de esa farándula, se realizó la entrega del tercer informe de gobierno de Paul Carrillo, la cual fue ayer por la noche. Casi en secreto, como aquelarre de brujas, se realizó una modesta sesión de cabildo a puerta cerrada, donde los regidores recibieron la glosa de manos del edil que pronto dejara el poder. Los concejales esperaban que, aunque sencillo el asunto, se realizara a la vista de la población.
Al ser interrogado al término de la sesión, Paul Carrillo, con la actitud despótica con la que es conocido y con la sonrisa forzada que lo acompañó durante todo su periodo de gobierno, señaló que el pueblo cancunense está representado por los concejales, por lo que no era necesaria la presencia de los ciudadanos, con lo que dejó claro que a los electores los buscará sólo cuando sea conveniente para él.
La entrevista de pasillo se tornó agresiva cuando Paul Carrillo -como siempre lo hizo- evadió las preguntas de la prensa con respecto al gasto publicitario que realizó el ayuntamiento, pues se contrataron gran cantidad de espectaculares, así como spots en radio y televisión para anunciar a la población un acto, al cual no fueron invitados; ante los cuestionamientos, el edil optó por abrirse paso a empujones y dejar con la palabra en la boca a quienes plantearon la pregunta.
Para algunos concejales, como Alejandro Luna, el no hacer pública la entrega de la glosa, deja mucho qué desear por parte de Paul Carrillo, a quien recordó el viejo y conocido refrán que dice: “no hagas cosas -malas- ….buenas, que parezcan -Pauladas-… Malas”, perdón, se me olvidó el dicho, sorryyyy.
Bailan de puro gusto
Con una cena de “catego”, donde los invitados recibieron un box lunch con carne, puré de papa, espagueti y un refresco o cerveza fría, como la vianda que se comieron, agradeció la presidenta municipal electa de Puerto Morelos, Laura Fernández Piña, el apoyo a los habitantes de Leona Vicario, bastión desde donde logró su triunfo el 5 de junio pasado.
La pachanga fue en grande, y Laura se sacudió la polilla al ritmo de grupo musical y un tecladista que tocaron en el parque central hasta la media noche y a la alcaldesa electa le toco bailar…hasta con los feos, pues no paró para descansar, ni siquiera una pieza.
El festejo no es para menos, pues Laurita salvó por un pelo de rana calva su triunfo en las urnas, después que el ex candidato a munícipe de Puerto Morelos, Manolo García, impugnó el proceso por diversas irregularidades, las mismas que la Sala Regional del Supremo Tribunal de Justicia en Xalapa, desechó por insostenibles.
En el parque del poblado, Fernández Piña aseguró que un día estará en Puerto Morelos y otro en Leona Vicario -los dos poblados más grandes del municipio-, para mantener la cercanía con la población y aseguró quiere demostrar que los electores que no se equivocaron al elegirla, pues pese a las decisiones en los tribunales a su favor, eso no significa que tenga en la mano el aprecio de la población, ya que a pocos días de que rinda protesta como alcaldesa, aún existen grupos de vecinos -partidarios de Manolo- que le guardan rencorcito.
Como la princesa guerrera Xena, Laura Fernández emprenderá la lucha de conquistar a los portomorelences; sin embargo, y aunque es muy temprano para adelantar vísperas, los dos años que le esperan al frente del recién nacido municipio, no será un camino terso.
Para no llegar con las manos vacías, Fernández Piña busca en las dependencias federales los recursos necesarios para dar vida a los proyectos prometidos en campaña, uno de ellos el hospital de Puerto Morelos.
Por cierto, el actual alcalde de PM, Leonel “Baby”, Medina Mendoza, está más puesto que un calcetín para sumarse al trabajo de la administración que lo relevara, el taxi con el que se ganaba la vida antes de ser electo alcalde y después presidente del Concejo Municipal, seguirá en renta, pues entre los planes del “Baby” no se encuentra el regresar a ser un martillo cualquiera. Ya sabe usted, el que prueba las mieles del poder, ya cualquier azúcar le sabe a sal. Tantán.