DESTRIPACUENTOS
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+ Evitar las fracturas a toda costa
+ Garantizar la unidad partidista
+ Impulsar las Reformas de EPN
+ Prescindir de `lastres´ y buscar aliados
El proceso de selección de candidatos a gobernador en el PRI podría no aguantar hasta pegado el fin de año. Y sobre todo en algunas entidades, como Zacatecas o Aguascalientes, donde la presión entre aspirantes ha llegado a tomar dimensiones de confrontación que amenazan con fracturas.
Y aunque no es el caso de Quintana Roo, donde el liderazgo del gobernador, Roberto Borge Angulo, mantiene dentro de un margen de control y equilibrio la animosidad de aspirantes y simpatizantes, la situación en aquellas otras entidades podría generar en cascada la alineación de las candidaturas al gobierno del estado, sobre todo en los estados donde el PRI pretende retener el poder.
Y es que se debe recordar que, junto con Quintana Roo, otros 11 estados del país irán a elecciones locales para renovar la gubernatura el año entrante. En tres de ellos, (Sinaloa, Puebla y Oaxaca), no gobierna el PRI y, de acuerdo con el presupuesto del nuevo líder nacional de ese partido, Manlio Fabio Beltrones, al menos en los restantes nueve tienen posibilidades de refrendar el triunfo para mantener la hegemonía tricolor.
En contraste con el resto de los estados donde se ha de elegir abanderado al gobierno del estado, aquí en Quintana Roo el clima es enteramente distinto.
Porque aunque es cierto que los aspirantes están luciendo sus mejores `armas´, en forma de actos de gobierno y estrategias efectistas para llamar la atención de la opinión pública, se debe reconocer que actúan dentro de una norma bien establecida por el réferi, que en este caso es el propio mandatario estatal.
Es obvio que al gobernador le viene mejor que se alargue lo más posible el momento de la decantación del `ungido´ a sucederle, porque se supone que ello le daría todo el mayor margen posible para cerrar su gobierno sin las distracciones que generan las `cargadas´ de simpatizantes.
Empero, también se debe destacar que Borge Angulo ha dado muestras de un estilo más firme y echado para adelante, de manera que aunque se denominara al candidato a sucederle, pocas posibilidades habría de que le deje muy suelto el escenario hasta cerrar con todos sus recursos su periodo en el gobierno.
Además, tiene cómo exigir esa dedicación de su gabinete y de la clase política en su partido, porque así actuó él mismo cuando, siendo candidato electo, permitió a Félix González Canto cerrar su sexenio cómodamente, dando el espacio necesario para luego arribar a la gubernatura plenamente.
Afianzar la cohesión para garantizar el apoyo en las urnas
Un hilo conductor que recorre el ánimo y el ambiente en la clase priísta de esas entidades, es la necesidad, más real que en ocasiones anteriores, de buscar verdaderos consensos y concretar el tan manido concepto de la `unidad partidista´.
Porque les queda claro que en ninguna entidad pueden darse el lujo que antes pudieron darse, de elegir a quien mejor le parezca, por empatía o preferencia personal del `Altar Mayor´, porque los votos realmente cuentan y no están para desperdiciar uno solo. Hay mucho en juego en cuestiones de imagen tanto para EPN como para el propio Manlio Fabio Beltrones.
En este sentido, es oportuno citar aquí las palabras del líder nacional priísta vertidas la semana pasada, cuando volvió a ser cuestionado sobre el proceso de selección de candidatos, dijo:
“El reto principal es: afianzar la cohesión de nuestra militancia y, al mismo tiempo, identificarnos con las causas ciudadanas en cada región, de modo que se enriquezcan nuestras propuestas de gobierno y se abran las puertas del partido a quienes confían en nuestro proyecto”.
El papel de Enrique Peña Nieto como impulsor de las Reformas
Citando otra vez a Beltrones en un segundo apartado de la misma alocución, dijo:
“Elegiremos como abanderados de nuestro partido a hombres y mujeres que, además de tener una trayectoria limpia, respondan a las expectativas de la gente con propuestas que aprovechen las oportunidades ofrecidas por las reformas transformadoras que está aplicando la administración del presidente Enrique Peña Nieto”.
Se debe entender que el presidente no pasa por su mejor momento. Traspiés diversos le han hecho caer del posicionamiento que logró al iniciar su gobierno y es obvio que está pensando en el lugar que le colocará la historia al terminar su sexenio, que ya está en la parte baja. En la segunda mitad y en descenso.
Necesita de una cauda de apoyos, tanto en el Congreso, como en las gubernaturas, las mismas que le ayudarán a impulsar su paquete de Reformas, como a dejar el sexenio a otro priísta, gobernando la mayor parte del territorio nacional con las siglas de su partido.
Eso es lo que está buscando el presidente y para ello necesita de todos los apoyos que le puedan brindar sus copartidarios en todos los niveles. Obviamente tiene que reducir al mínimo todos los márgenes de fracturas o, incluso, de `experimentos´, colocando candidatos que le arrojen la mínima duda de que no sumarán a su objetivo.
Y aquí cabe lo mismo decir con Manlio Fabio Beltrones. Todos los reflectores están puestos en su accionar como líder nacional priísta. Su fama de tener un gran `colmillo´ debe quedar de manifiesto en los resultados de este proceso para elegir 12 gubernaturas. Por eso fue mesurado al ofrecer el triunfo únicamente en las nueva donde ya gobierna su partido. También quiere aliados útiles. Nunca lastres. @Antoniocallejo