Derecho de réplica
Cuando Julián Ricalde, ex alcalde de Cancún, vio los resultados de los comicios del pasado domingo en los que Morena, de Andrés Manuel López Obrador, dio tremenda paliza al PRD en Quintana Roo y se colocó nada menos que como segunda fuerza política en la entidad, por su brillante cabeza cruzó de inmediato la oportunidad de ser gobernador en dos años.
Repasó los nombres de sus posibles adversarios en las filas de la izquierda quintanarroense y no encontró a nadie con méritos y capacidad, como él para alcanzar la candidatura del Movimiento de Regeneración Nacional… pero cómo obtenerla, si trae en su pecho los colores del sol azteca; muy sencillo, convocó a un cónclave a sus huestes en el restaurante Bovinos, para plantearles la estrategia a seguir y mudarse al cuartel de Morena, sin contar que al enterarse de su brillante idea los ahora poderosos pupilos de “El Peje” le iban a hacer: “toma” tu candidatura… nadie sabe cómo salió el chisme del selecto grupo de ricaldistas o quién los empinó por envidia.
La cosa, es que de inmediato los “morenos” alzaron la voz y se rasgaron las vestiduras para afirmar: aquí no haremos alianzas con el PRD y menos aceptaremos arribistas, pues el derecho para pelear la gubernatura en dos años lo tendremos los que creímos en el tabasqueño y pusimos tiempo y dinero para que el proyecto fuese realidad…
¿Quién fue con el chisme?
Después que el dirigente del PRD, Emiliano Ramos y el secretario de ese partido, Gerardo Mora, aceptaran la derrota en las urnas, en la que les pasaron por encima, en el distrito 3, la alianza PRI-PVEM, “El Pelón” Cervera, Morena, de Andrés López Obrador y el PAN, se reunieron en Bovinos, la fracción perredista, que se sabe, es liderada por Julián Ricalde.
Se suponía que la reunión era en secreto, incluso en un salón reservado del restaurante; sin embargo, “alguien” avisó a la prensa, por lo que el grupo fue rodeado por cámaras y reporteros.
Al verse descubiertos, Julián Ricalde Magaña, ex edil de Benito Juárez; la diputada federal, Graciela Saldaña Fraire; el diputado local, Jorge “El Topo” Aguilar Osorio y Domingo Flota Castillo, ex edil de José María Morelos, no les quedó de otra más que declarar que se encontraban analizando la situación de los resultados electorales y salir en franca huida, como si estuvieran haciendo algo malo.
En el lugar no se encontraban ni Emiliano Ramos, ni Gerardo Mora, ya que el grupo reunido ha tenido de antaño una relación ríspida con sus dirigentes.
Empero, ayer, el mismo dirigente estatal justificó la reunión de ricaldistas, y acusó a los reporteros de acosar a los políticos que sólo disfrutaban de los cortes de carne.
Aguilar Osorio, pese a ser un servidor público, se quejó de que no se respete su privacidad en un lugar público (¡que alguien me explique!), fue más allá y acusó al delegado de Sedesol, Fabián Vallado, de dar el “pitazo” a los medios para hacerles una broma de mal gusto.
Fabián Vallado se deslindó de las acusaciones de los implicados y aseguró que alucinan después de la paliza que recibieron en las urnas, ya no saben a quien hacer responsable de su desastre.
En el lugar se encontraban diferentes personajes, aparte del delegado federal, entre ellos el hijo del dueño de un medio de comunicación, otros funcionarios públicos y empresarios, por lo que al estilo juego de espías, apueste usted quien de todos los presentes pudo haber exhibido al selecto grupo de perredistas.
La muerte del PRD desde sus entrañas
La reunión de los perredistas en el restaurante podría haber sido algo normal; sin embargo, la presencia de Julián Ricalde lo cambia todo, ya que la dirigencia del PRD está considerando expulsar a todos aquellos que los traicionaron y apoyaron a Morena, de manera abierta o por debajo del agua, entre ellos Antonio Meckler, personaje muy cercano al ex presidente municipal. Incluso, a Ricalde Magaña se le acusó de hacer campaña en favor de los “morenos”. Imagen que el perredista quiso borrar durante al cierre de campaña de Iris Mora en Bonfil, donde le levantó la mano y le dio el “beso de Judas”.
En cuanto a Antonio Meckler, se fue como las chachas (sin ser despectiva con las honrosas trabajadoras domésticas, a ellas sí las respeto) sin decir adiós y por la puerta de atrás, después que no le dieran la dirigencia estatal, pues para el cual tenía todo el apoyo de Ricalde.
En el Facebook de Antonio Meckler incluso acusó a Ramos Hernández de “llevar al partido a la derrota cada vez que le toca dirigirlo”. Así que siga, hasta que se acabe al partido que hoy por hoy ya no brilla como el sol.
“Panuchos” agrios ya nadie los traga
Los que ven la tempestad y no se hincan son los panistas, con la terquedad que nubla su visión no se dan cuenta que, al menos en el estado, ya no pintan en la preferencia electoral, por lo que no tendrán ninguna oportunidad para lanzarse a la contienda del 2016.
Su dirigente estatal, Eduardo Martínez Arcila, quien es señalado como responsable de la contundente derrota de los “panuchos”, se rehúsa a aceptar que las cosas no están bien en el PAN.
De la renuncia al partido del regidor de Othón P. Blanco, José Hadad Estéfano, dice el dirigente que lo que le duele, es que no dejará el cargo.
Lo que consideró casi un acto cínico por parte del edil, ya que el puesto en el cabildo se consiguió por vía plurinominal y no por votos, por lo que Hadad Estéfano debió dejar el partido y el ayuntamiento.
Martínez Arcila le recordó al ex panista que fue en el PAN donde logró ocupar puestos políticos, cosa que no se le concedió durante todos sus años de militancia en el partido tricolor (por algo ha de ver sido), donde se desempeñó como secretario de finanzas del PRI.
A otro que se le corren las lágrimas de amargura es al ex candidato a diputado federal panista por el tercer distrito, Joel “El Tibio” Espinoza Moreno, quien todas sus velas se las prende al TRIFE para que le anule la elección al virtual triunfador de la alianza PRI-PVEM, Remberto Estrada.
Espinoza Moreno se caracterizó por llevar una campaña “tibia” y de bajo perfil, no acepta de manera abierta que en la próxima contienda el PAN tenga que hacer alianza con el PRD y hasta con el mismísimo diablo, de ser necesario, para poder dar batalla el próximo año, por lo que se limita a decir que esa decisión la tendrá que tomar la dirigencia.