EL BESTIARIO
Guadalajara es también un hotel de ‘Camas incendiadas’, pero la culpa es de sus hijos universales, el grupo Maná, el Ejército de México anuncia operación especial para restablecer la seguridad en Jalisco, tras la ofensiva del 1 de Mayo del narcotráfico
Una ofensiva del narcotráfico ha derribado un helicóptero militar y ha paralizado por varias horas distintos puntos del estado mexicano de Jalisco, al occidente de México. Al menos siete personas han muerto en los enfrentamientos. Jalisco es el estado mexicano donde se sitúa Guadalajara, una de las principales ciudades del país, y donde se celebra la Feria del Libro más importante en habla hispana. En México la situación se resume en una palabra: narcobloqueos. El gobernador del Estado, el priísta Aristóteles Sandoval, cifra en 29 los bloqueos en carreteras en la región, de 78.588 kilómetros cuadrados y con una superficie equivalente a Irlanda o Panamá. Hay 15 detenidos y las autoridades reconocen que ha habido al menos cuatro combates entre la policía y supuestos delincuentes. “La situación no está aún en plena calma”, reconoció la tarde de este viernes.
Todo comenzó por la mañana. Vehículos y autobuses consumidos por el fuego bloquearon desde esta mañana las carreteras y salidas de Guadalajara. La agencia Efe apunta que hay enfrentamientos entre la policía y delincuentes del crimen organizado en Autlán, en la costa sur de Jalisco. En Puerto Vallarta, uno de los principales destinos turísticos de México, hay al menos 15 tiendas, gasolineras y sucursales bancarias atacadas. Los sucesos han ocurrido al inicio del puente del Primero de Mayo, lo que ha causado un caos todavía mayor.
“Pensamos que iba a ser un accidente de tráfico, ahí en la bajadita de la curva”, afirma un testigo citado por el periódico local El Informador. Las salidas a carreteras y la entrada al aeropuerto de la ciudad estaban custodiadas por hombres armados que exigían el alto a los conductores y les obligaban a dar marcha atrás. A sus espaldas, vehículos en fuego. Un vídeo captado por las cámaras de seguridad muestra a un hombre que derrama gasolina en un autobús y enciende el fuego sin inmutarse. El gobernador de Jalisco, el priista Aristóteles Sandoval, había anunciado horas antes la detención de 10 personas que habrían participado en la emboscada en la que murieron 15 policías estatales el 7 de abril, crimen atribuido al Cartel Jalisco Nueva Generación.
La violencia no sorprende en la región, en los ochenta y noventa, cuna de una de las primeras organizaciones criminales, el cartel de Guadalajara
Jalisco es, junto con Tamaulipas, Guerrero y Muchoacán, uno de los estados señalados por el Gobierno de Enrique Peña Nieto como prioridad para su estrategia de seguridad. El crimen organizado ha asesinado a más de 70 funcionarios públicos en los últimos dos años. Y la violencia no es un asunto que tome por sorpresa a la región: en los ochenta y noventa fue la cuna de una de las primeras organizaciones criminales de México, el cartel de Guadalajara. Solamente en 2014, las autoridades han hallado 101 cuerpos en fosas clandestinas. Un comando intentó matar al comisionado de seguridad del estado, Alejandro Solorio, hace menos de un mes.
Los focos rojos de la estrategia de seguridad de México que el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto diagnosticó en noviembre son cuatro. Tamaulipas, al noreste, sometido al terror desatado por el enfrentamiento de Los Zetas y el Cartel del Golfo. Guerrero, la región donde se cometió el crimen que conmocionó al país hace seis meses: la matanza de Iguala que desembocó en la desaparición de 43 estudiantes de magisterio. Michoacán, escenario de los choques entre civiles armados (autodefensas) y miembros de la banda de Los Caballeros Templarios y también una de las puntas de lanza de la estrategia de este Ejecutivo, que lanzó un plan para restablecer la seguridad en el estado en enero de 2014. Y Jalisco, donde han sido asesinados más de 70 funcionarios desde marzo de 2013. Al último, el regidor Feliciano García Fierros, lo mataron apenas el domingo pasado. Le dieron un tiro en la cabeza a plena luz del día.
García Fierros trabajaba en Tlaquepaque, en la zona metropolitana de Guadalajara, la capital de Jalisco, a unos 530 kilómetros al occidente de la Ciudad de México, y que concentra más de 4,5 millones de habitantes. Jalisco es un estado de intensa actividad turística, comercial y empresarial. El regidor era miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y era presidente de la Comisión de Reglamentos Municipales de Tlaquepaque. El PRI recuperó la gubernatura de Jalisco apenas en las elecciones de 2012 tras 18 años de gobiernos del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
El regidor es el último que ha engrosado una lista de decenas, que incluye a servidores públicos municipales, estatales y federales caídos en los últimos dos años. Al secretario de Turismo estatal, José de Jesús Gallegos, lo mataron a una semana de haber sido nombrado en el cargo. El alcalde de Ayutla, Manuel Gómez Torres, lo emboscaron en agosto de 2014. Gabriel Gómez Michel, diputado federal por Jalisco, fue asesinado en septiembre del mismo año. Su secuestro, ocurrido también en la zona metropolitana de Guadalajara, fue captado por las cámaras. Su cadáver, calcinado, fue hallado en Apulco (Zacatecas), a unos 150 kilómetros al noreste de la ciudad. En Jalisco, en promedio, un funcionario muere asesinado cada semana.
En 1993, el cardenal Jesús Posadas Ocampo, fue tiroteado en el aeropuerto de Guadalajara, un daño colateral’ en fuego cruzado
La ola de crímenes, no obstante, no son novedad en Jalisco. En los ochenta y noventa fue la cuna de una de las primeras organizaciones criminales de México: el cartel de Guadalajara. Varios de los mayores delitos cometidos por estos grupos ocurrieron en su territorio durante los años ochenta y noventa. Extorsiones, asesinatos, terrorismo. El crimen que desencadenó la mayor investigación hasta entonces realizada por la Agencia Antidrogas de EE UU (DEA), la Operación Leyenda: el asesinato de uno de sus agentes, Enrique Camarena, quien había conseguido infiltrarse en las entrañas de la banda. Fue asesinado y torturado por orden de los líderes del grupo: Miguel Ángel Félix Gallardo (conocido en los ochenta como el zar de la cocaína en México) y Rafael Caro Quintero, condenado a 40 años de prisión por el crimen pero posteriormente liberado el 9 de agosto de 2013. En enero de 2015 la Justicia mexicana reculó y emitió, de nuevo, una orden de arresto en su contra. Caro Quintero nació en Badiraguato, Sinaloa, el mismo sitio que Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa.
La lista es larga y continúa. En 1993, el cardenal de la ciudad, Juan Jesús Posadas Ocampo, fue tiroteado en el aeropuerto de Guadalajara. Las autoridades concluyeron que el religioso fue víctima del fuego cruzado provocado por un enfrentamiento entre bandas rivales. El objetivo, según las primeras averiguaciones, era matar a El Chapo Guzmán. En 1994, un cochebomba estalló en las puertas del hotel Camino Real de la ciudad, justo cuando un operador del cartel de Sinaloa celebraba la fiesta de 15 años de una de sus hijas. Murieron cinco personas.
En noviembre de 2011, 26 cadáveres abandonados en tres camionetas días antes de que se inaugurase la Feria Internacional del Libro
Los años más cruentos de la ofensiva contra el narcotráfico ideada por el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) tampoco dejaron indemne a Jalisco. En noviembre de 2011, 26 cadáveres aparecieron abandonados en tres camionetas días antes de que se inaugurase la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor del mundo de habla hispana y uno de los grandes orgullos de la ciudad. Solamente en 2014, las autoridades hallaron 101 cuerpos en fosas clandestinas. En el municipio de La Barca, limítrofe con Michoacán, se encontró la tercera más grande que se ha hallado en México en los últimos años. Ahí yacían al menos 66 personas. La mayoría de los restos han terminado en fosas comunes. A la gran mayoría, nadie los ha identificado.
Cuando el Gobierno de Peña Nieto puso a Jalisco como prioridad en su estrategia de seguridad, el gobernador jalisciense, Aristóteles Sandoval, aseguró que la medida, a diferencia de Michoacán, Guerrero o Tamaulipas, era “preventiva”. El objetivo planteado -crear una Fuerza Única- es “evitar otro Iguala”, según opinó el fiscal general de Jalisco. Pero los ataques continuos no han detenido. Un comando intentó matar al comisionado de seguridad del estado, Alejandro Solorio, apenas semanas atrás. Salió ileso. Un dicho mexicano reza que Jalisco nunca pierde, y cuando pierde arrebata. Hasta ahora, y desde marzo de 2013, ha perdido servidores públicos del estado, que engrosan, a cuentagotas, la lista de los miles de muertos por la violencia desatada por el narcotráfico en México.
La triste historia del payaso Lagrimita, quería ser alcalde de Guadalajara, con el respaldo de 184 personas ya fallecidas
La política le ha borrado la sonrisa al payaso Lagrimita. El comediante Guillermo Cienfuegos quedó definitivamente fuera de las campañas políticas que culminarán con la elección del 7 de junio, donde se renovarán los 500 escaños de la Cámara de Diputados, más de mil alcaldías y nueve gubernaturas. Lagrimita, un payaso que protagonizó un programa televisivo en los años noventa, buscaba ser candidato independiente a presidente municipal de Guadalajara, Jalisco, la tercera ciudad más importante del país. Estas serán las primeras elecciones que permitirán a ciudadanos de a pie postularse a cualquier cargo sin tener que ser cobijados por algunos de los diez partidos políticos.
El 2 de marzo Lagrimita acudió ante la autoridad electoral. “Aquí les traigo un regalito”, dijo cargando pesadas cajas. Cada paquete envuelto con papel verde y moños de colores contenía copias de las identificaciones de los ciudadanos que respaldaban su candidatura. La ley le pedía entregar al menos 23.887 firmas, el 2% del padrón nominal, recabadas en la mitad de las secciones electorales de una ciudad de 1,5 millones de habitantes. El payaso entregó 26.400 firmas.
Las autoridades electorales, sin embargo, confirmaron la noche del sábado que 5.000 firmas no eran válidas. Entre las irregularidades hallaron que 184 personas fallecidas habían presentado sus documentos para apoyarlo. Hasta ahí llegó la carrera política del payaso Lagrimita. Sus detractores afirmaban que su candidatura era patrocinada por el PRI, que gobierna el Estado, y que era usado para restar votos de candidatos de la oposición que lideran la intención de voto en Guadalajara, al occidente del país. Lagrimita llamaba a los políticos “payasos, pero de los malos” y admitía en las entrevistas ignorar los conceptos más básicos del servicio público.
La matanza de 15 policías en Jalisco, un relato de guerra, el fiscal ‘detalló’ el mayor atentado contra las fuerzas públicas en la historia
El relato detallado de la matanza de 15 policías en una emboscada en Jalisco, ocurrida el pasado 6 de abril, hecho por el Fiscal General en su despacho de Guadalajara, suena al relato de una acción de guerra. Luis Carlos Nájera explicó que los agentes viajaban en un convoy de diez vehículos. Las patrullas iban de dos en dos, con una distancia de protocolo entre cada pareja, precisamente para evitar que todos cayesen juntos en una eventual encerrona enemiga. La oficina del fiscal está adornada con curiosos cuadros oníricos. Uno con el bello perfil de una mujer adormecida y un skyline de fondo. Otro de un espacio en ruinas, como después de un bombardeo, desde el que nos miran hieráticos un hombre de traje negro y una mujer en un sexy vestido rojo. Sobre un papel, Nájera dibuja un croquis del mayor atentado contra fuerzas públicas de la historia reciente de México.
Los sicarios esperaban en una curva de la carretera comarcal Puerto Vallarta-Guadalajara, una vía modesta de dos carriles que atraviesa la sierra. El cálculo de Nájera es que eran unos 80 tipos preparados para el ataque, al menos el doble de los 40 agentes que viajaban en la caravana de Fuerza Única, un cuerpo de operaciones especiales. Tenían todo listo para soltarles encima un temporal de balas y fuego. Los narcos emplearon granadas de calibre 40 propulsadas desde rifles, ametralladoras M-60 con capacidad para 550 disparos por minuto y fusiles con proyectiles especiales para la perforación. “Todo lo que usaron es material militar. Inclusive tácticas militares”, dice Nájera. Los policías envueltos en el ataque no tenían a la vista a quienes les disparaban, pertrechados tras el empinado borde de los terraplenes. No se sabe si hubo lesionados o muertos por parte del cartel porque pudieron haberlos retirado sus compañeros.
“Estamos investigando también en el interior de la propia policía. Lo que está claro es que tenían información precisa de nuestros movimientos”
La curva está metida entre dos terraplenes. El comando de sicarios actuó desde arriba. Desde encima de los terraplenes abrieron fuego. El fiscal dice que han detectado, como mínimo, 12 puntos distintos desde los que lanzaron su cortina de balas. De los diez vehículos de la policía, quedaron atrapados bajo la agresión cuatro patrullas, con cuatro agentes en cada una. A la balacera los criminales añadieron un factor que resultó fatal: desde arriba les lanzaron explosivos adosados a garrafones de 20 litros de gasolina. Resultado: las cuatro patrullas en llamas. Y las granadas y los tiros de fusil y las ráfagas de metralleta. Así murieron 15 de los 16 que iban en esos cuatro vehículos. Uno de ellos, herido por varios impactos de bala, consigue sobrevivir.
“Cayó al suelo un poco alejado de su unidad y creemos que los atacantes pensaron que ya no estaba con vida”, apunta el fiscal. A este hombre lo consiguieron rescatar las patrullas que llegaron detrás. Estas también fueron recibidas a tiro limpio, pero pudieron llevarse a su compañero y reagruparse más atrás, con otros cuatro agentes heridos pero a salvo de la emboscada. Veinte agentes salieron ilesos. Todo este infierno, estima Luis Carlos Nájera, debió de durar unos 30 minutos.
Finalmente, los sicarios se retiraron monte a través. El fiscal desconoce si alguno de ellos quedó herido o muerto. Explica que los policías envueltos en el ataque no tenían a la vista a quienes les disparaban, pertrechados tras el empinado borde de los terraplenes. “Si los nuestros acertaron en algún disparo, a sus lesionados o a sus muertos los retiraron sus propios compañeros, porque ellos acostumbran a llevárselos para evitar la investigación”. Hasta ahora, no se ha logrado detener a ninguno de los responsables. Nájera dice que lo más posible es que estén escondidos en la sierra, lo que dificulta la búsqueda. Un reto de la investigación que encabeza el fiscal es revelar cómo los narcos supieron el día, la hora y la ruta de viaje del convoy. “Esta gente tiene muchos informantes. Los conocemos como halcones. Puede ser cualquiera que esté vendiendo en una esquina, o incluso miembros de seguridad. No lo descartamos. Estamos investigando también en el interior de la propia policía. Lo que está claro es que tenían información precisa de nuestros movimientos”.
Nájera confirma que el principal sospechoso de la matanza es el Cartel Jalisco Nueva Generación, el principal grupo criminal de Jalisco, dedicado al tráfico de drogas, al robo de hidrocarburos, al robo de vehículos y a la extorsión, según detalla…
¿Y cuántos miembros tiene este cartel? “¡Híjole, no tenemos un censo!”, responde. El capo de Nueva Generación es Nemesio Oceguera, alias El Mencho. Hoy es uno de los narcos más buscados de México. Sorprendentemente, su hijo, El Menchito, fue detenido el año pasado y liberado a principios de 2015.
¿Por qué lo pusieron en libertad? “Eso hay que preguntárselo a los jueces”, dice el fiscal.
¿Pero no cree que el hijo estará metido en el cartel? “Como decía mi padre, ‘hay que creer en Dios, y en lo demás estar seguro’. Yo no puedo creer cosas”. Nueva Generación fue, también, el cartel que atacó el lunes 30 de marzo a Alejandro Solorio, Comisionado de Seguridad Estatal, ex policía y actual número uno del aparato de seguridad de Jalisco. Lo emboscaron en una calle sobre las once de la noche. “Le atravesaron una camioneta y le dispararon desde distintos puntos. Le arrojaron al menos dos granadas calibre 40, utilizaron un rifle calibre 50 y cartuchos perforantes. Aquí lo que ayudó es que su camioneta blindada impidió que entrasen los impactos. Además, él y sus escoltas repelieron la agresión”.
¿Él?… ¿El Comisionado también disparó? “No conoces a Solorio, ¿verdad?”, sonríe el fiscal. Las autoridades de Jalisco consideran que Nueva Generación estaban tratando de vengar la muerte el 23 de marzo de uno de sus jefes de sicarios. Han intentado matar a Solorio. Han matado a 15 agentes de Fuerza Única. Han matado a un alcalde, al que le dejaron un mensaje clavado en el pecho. Jalisco, uno de los Estados más importantes y ricos de México, vive una guerra frontal del narco contra su aparato de seguridad y justicia. Nájera afirma que esta vendetta extrema le puede costar cara al cartel. “Para nosotros esto no es personal, es trabajo. Muchas veces ellos lo ven personal, y eso es problema de ellos. Puede pasar que ahora haya una reacción más fuerte del Estado”.
La matanza ha rubricado la primacía en Jalisco del Cartel Nueva Generación, liderado por Nemesio Oceguera, ‘El Mencho’
La matanza de 15 policías ha rubricado la primacía en Jalisco del Cartel Nueva Generación, liderado por Nemesio Oceguera, El Mencho. Este grupo tiene sus raíces en dos facciones criminales: el cartel de Los Valencia y la familia de Ignacio Nacho Coronel, el Rey del Cristal, o metanfetamina, cercano al cartel de Sinaloa y abatido en Guadalajara en 2010.
Su muerte es considerada como el fin de la llamada paz de los narcos en Guadalajara y en su Estado, Jalisco, y el pistoletazo de salida de una reconfiguración del poder criminal en la que se ha erigido como centro de referencia Nueva Generación, que toma el timón del control de la metanfetamina, cada vez más importante en la industria de la droga.
“Es el grupo hegemónico”, dice Guillermo Zepeda, especialista en sociología criminal en la Universidad Jesuita de Guadalajara. Otro experto en seguridad, Alejandro Hope, explica que en un principio se veía a Nueva Generación como “una sucursal del cartel de Sinaloa”. “Pero ha adquirido independencia y ahora es un jugador de primer nivel, particularmente en el tráfico de metanfetaminas”.
Zepeda afirma que lo que urge a la Seguridad estatal es avanzar en la estrategia de inteligencia para golpear a los cabecillas del narco en Jalisco. Pablo Moloeznik, investigador de la Universidad de Guadalajara, reitera que es clave la política de inteligencia y añade que se debe tratar de paliar la carencia de presencia institucional en ciertas zonas del interior de Jalisco. “Fuerza Única está muy concentrada en la zona metropolitana de Guadalajara y no conocen bien otras zonas ni se puede ganar la confianza de su población”.
Maná, en su salsa de Jalisco, disco envuelto en fotografía donde arden los colchones de su sapiencia para el mestizaje musical en mitad del desierto
Guadalajara es una ciudad de clima amable, tabernas con solera, pero sin necesidad de cartel en la puerta, donde uno puede encontrar bicicletas abandonadas y cubiertas de polvo a modo de trofeo. Allí lucen complejos mastodónticos de sillería renacentista como restos coloniales y se esconden mercados donde cada quien puede hallar boas constrictor con la misma facilidad que pantalones vaqueros y cualquier objeto de contrabando…
La cuna de la región del tequila, corazón de Jalisco, es también un hotel de ‘Camas incendiadas’ y no por culpa del narcotráfico. La culpa es de sus hijos universales: el grupo Maná, que el 21 de abril sacó a la venta un nuevo disco con ese título, y su compañía, Warner, envuelto en una fotografía donde arden los colchones de su sapiencia para el mestizaje musical en mitad del desierto. “Uno queda con la banda a eso de las seis, pero sabe que no hay hora de regreso mientras resistan bares abiertos…”.
Una delegación de periodistas latinoamericanos fueron invitados a la primera audición íntegra comentada por sus autores: Fher Olvera, Álex González, Sergio Vallín y Juan Calleros. Dicen que es un disco “sexy”. Desde que empieza a sonar uno entiende que, de la negrura del anterior, ensombrecida por muertes cercanas, han realizado un viaje hacia la ironía y lo festivo, hacia las playas y el aire libre, que ha sido parida también con el destrozo de algún corazón en medio del camino.
Del funk al reagge, del calipso al heavy metal, sin que falte el chorro de aguardiente mexicano, ahora les toca el turno a Los Tigres del Norte
Seis meses en estudio con el productor George Noriega, “un cuate talentísimo”, dicen, les ha valido de cura de humildad y exploración de sendas que antes no transitaban. Todo sin perder su obsesión por electrocutarse con el bagaje de los ritmos que les fascinan: del funk al reagge, del calipso al heavy metal, sin que falte el chorro de aguardiente mexicano. Si antes reivindicaron a José Alfredo Jiménez, ahora les toca el turno a Los Tigres del Norte, de quienes han atomizado su tema ‘Somos más americanos’ como homenaje a todos aquellos que deciden jugarse sus vidas contra el muro del norte.
Pero los míticos padres de corridos no han sido los únicos en integrar una lista por la que también han pasado Rubén Blades, Pablo Milanés, Zucchero o Carlos Santana. Son algunos de los nombres que a lo largo de casi 30 años de carrera -se cumplirán en 2017, con 40 millones de discos vendidos- han querido colaborar con Maná. Mi verdad, la canción que la banda ha brindado a Shakira para que los acompañe, ya es número uno en EE UU.
“Con el picor de saltar a la carretera y la ilusión de meterse en vena las canciones, Fher Olvera y Sergio Vallín, el guitarrista, me montaron en el carro con el disco a toda madre. En mitad de una cena con margaritas, nos confesaban su pasión por José Mujica y su desconfianza en los populismos latinoamericanos de izquierda dogmática, que es en realidad derecha. Un poco de eso va también ‘Camas incendiadas’: ‘Aparentar es una forma de mentir, caaaaabrón’. Y no es solo la apariencia del amor camuflado en proyectiles de dolor lo que les resquema; es la búsqueda de la autenticidad que cantan en ‘Mi verdad’. La verdad que les transmitió Obama, también, cuando acudió a los mexicanos para vestir su voto latino. Por primera vez se dispusieron a apoyar a un político en campaña. Ellos le pidieron que debía llevar en su agenda como prioridad la regularización migratoria: ‘Y ha cumplido, güey, ha cumplido. ¿Sabes por qué? Porque es una buena persona, por eso’. No así su presidente, Peña Nieto, quien ha colmado el vaso de su paciencia, con su actitud ante la tragedia de Iguala. ‘Nos pide que olvidemos y miremos hacia adelante. ¿Cómo un padre va a olvidar a un hijo cuando se lo matan?’, clama Fher Olvera. Y nos cerraron los bares”, escribe Jesús Ruiz Mantilla en EL PAIS. Le sorprende a uno que nadie del grupo Maná ni de PRISA, editora del matutino madrileño, haga referencia a la filiación política del alcalde de Iguala y del gobernador de Guerrero, el PRD. Muchas de las incógnitas que acompañan a los 43 desaparecidos siguen a la espera de esas declaraciones pendientes de José Luis Abarca y su siniestra esposa María de los Ángeles Pineda y de Ángel Aguirre.
El Ejército de México anuncia una operación especial para restablecer la seguridad en Jalisco, tras la ofensiva del Primero de Mayo del narcotráfico, Guadalajara es también un hotel de ‘Camas incendiadas’, pero la culpa es de sus hijos universales, el grupo ‘Maná’.
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