La decapitación como forma de terrorismo entre bandas del crimen organizado empezó en 2005. Cuatro años después, el escritor mexicano, Sergio González Rodríguez, retrató esa realidad y presentó su libro: “El hombre sin cabeza” (Anagrama 2009), donde el autor reflexiona sobre la historia de esa práctica en diversas culturas, y sobre su apropiación entre los grupos delictivos en el país.
Tan sólo entre ese 2005 y 2008, se registraron cinco mil asesinatos, entre los cuales hubo más de 300 actos de decapitación.
Ese 2005 es el mismo año en el que Carlos Joaquín, según asegura él mismo, lanzó la amenaza de “decapitar” a los policías bajo su mando, siente éste presidente municipal de Solidaridad. El país se hallaba en una evidente zozobra y fuera de sus fronteras, se le comparaba con Irak, donde las muertes por la guerra sumaban menos aún.
Ya lo explicó:
Dijo que se reunía con elementos policiacos a quienes advirtió de que habría consecuencias si lo traicionaban. Si traicionaban al municipio o al estado.
En las diversas entrevistas que dio prácticamente todo el día, reiteró:
“Y lo volvería a hacer”.
En aquella presentación de su libro, González Rodríguez precisó que en 2008 se registraron 171 decapitados, «todos relacionados con el narcotráfico, mientras que este año (2009), suman más de medio centenar».
González explicó entonces que “la decapitación es el acto extremo de agresión hacia una persona y tiene como objetivo provocar miedo y pánico entre la sociedad”.
El escritor aseguró que la práctica de cortarle la cabeza a los miembros de cárteles rivales se ha convertido en un «torneo machista», que desafía a todas las normas morales o sociales.
La decapitación se convirtió en «el mensaje de mensajes» para los narcotraficantes, ya que la usan para aterrorizar a los miembros de bandas rivales, afirmó. El autor explicó también que esta práctica se ha usado para aterrorizar e intimidar y, así, evitar que la población informe a las autoridades.
Por cierto, también dijo que la decapitación por parte de los cárteles del narcotráfico, es una práctica muy relacionada con sus rituales del culto a la Santa Muerte, una forma de religión que han adoptado los grupos criminales.
Lenguaje de criminales
El punto es que el uso del lenguaje es muy importante, porque nos identifica y nos da pertenencia a cierto grupo. Nos diferencia de otros y al mismo tiempo nos ubica en otro.
Cuando Carlos Joaquín `justifica´ que esos dichos son de 2005, y dirigidos a policías, el asunto parece ser todavía más grave. Porque los elementos policiacos, sobre todo en ese entonces, eran hipersensibles a la violencia relacionada con el crimen organizado. Se les acusaba de ser infiltrados del narco y por esa razón eran blanco de `ajustes de cuentas´. Y si no lo eran, también. Ninguna esposa o madre de un policía podía dormir tranquila –como ahora tampoco–, pensando en que su familiar podía terminar colgado de un puente, acribillado o decapitado.
Hablarles así es apelar a su lenguaje coloquial. A la rudeza de la realidad que enfrentaban y enfrentan a diario. Es un lenguaje de criminales.
Un regaño proveniente de un presidente municipal, que es su jefe y autoridad civil, no tiene un resquicio para los equívocos.
Pensemos: Si en aquella ocasión se hubiera presentado como prueba de una denuncia ese video, Carlos Joaquín pudo haber sido sometido fácilmente a un proceso por el delito de amenazas. Y muy fundadas dado el convulso entorno nacional.
Hoy, la diferencia es que el delito proscribió.
En las demás significaciones, nada cambia el sentido de sus dichos si lo dijo hace 11 años, hace 100 años o ayer.
Nunca una autoridad, del nivel que sea, puede expresarse con el lenguaje de un mafioso, amenazando con `decapitar´ a quienes desde su punto de vista incurrieron en una transgresión.
¿Porqué les pide que se larguen si son delincuentes? ¿Porqué no les advierte que les hará caer el peso de la ley? Hay instituciones, leyes, reglamentos, que prevén anomalías graves, y sus consecuencias son castigos y penas corporales. Pero nunca la `decapitación´.
¿Correrlos –según dice que se debe entender–, era el castigo más grave? ¡Pues qué blandengue! Porque debía iniciarles un proceso para que fueran a prisión.
La realidad es que ni antes ni ahora es posible justificar ese lenguaje. Es aterrador que un presidente municipal, candidato o conserje de escuela se exprese así para advertirle a alguien de su enojo. Este país no quiere dejar que los narcos y los asesinos se sienten en los puestos de más alta responsabilidad. Y expresarse de ese modo despierta las dudas acerca de que ya esté ocurriendo.
Los aliados de Carlos Joaquín salieron a defenderlo y a avalar su `justificación´. Pero no se quedarán cuando se empiece a hundir su barco.
Entre traidores te veas
Carlos Joaquín es visto como un traidor al más alto nivel por parte del presidente, Enrique Peña Nieto, quien se encuentra en una situación muy frágil ante la proximidad de su relevo, en 2018. Esa elección es primordial en la agenda presidencial. En ese esquema, en el del presidente, cualquier fuga es grave porque está construyendo su paso en la historia y se entiende que la señal que envió el hermano de Pedro Joaquín, no puede replicarse entre otros miembros de su gabinete.
Queda claro que va a actuar en consecuencia para `ajustar´ cuentas, eso sí, en el sentido más pragmático y político para no dejar dudas. De otro modo, antes de que naufrague Peña Nieto, las renuncias se acumularían en el escritorio de Manlio Fabio Beltrones.
Apoyo Verde con todo para Remberto
La bancada del partido Verde en el Congreso de la Unión tiene como prioridad el triunfo de Remberto Estrada, como presidente municipal de Benito Juárez.
Jesús Sezma Juárez, líder de la bancada del Partido Verde en la Cámara de Diputados, ubicó a Cancún como su centro de operaciones desde ahora, con vistas al proceso electoral del domingo entrante.
Este pasado fin de semana, acudió en apoyo de Remberto Estrada, a una reunión del más alto nivel con el empresariado cancunense. De manera muy clara y directa, el joven legislador Sezma Juárez, ofreció que al llegar su compañero a la presidencia municipal, contará con el apoyo prioritario del total de los miembros de la bancada verde en el Congreso, con el objeto de gestionar recursos federales para el beneficio de la ciudad.
“El puente sobre la laguna Nichupté, es fundamental y está como principal en nuestra agenda… se va a hacer”, les ofreció, además de escuchar atento a las exposiciones de los empresarios, sobre lo que esperan del gobierno federal.
Es una muestra de que el Partido Verde se ha propuesto ganar Cancún con un plan bien trazado, que incluye todos los frentes. Pues mientras Remberto peina las zonas populares en busca del voto, sus aliados hacen el cabildeo necesario para amarrar su triunfo y atarlo a compromisos serios.
Sezma Juárez dijo en un momento de su alocución. “El proyecto para impulsar Cancún, con infraestructura y apoyo para la promoción turística no lo estamos haciendo, ya lo tenemos”.
A unos pocos días de la elección, conocer este trabajo de Remberto y de sus aliados los diputados federales, explica el porqué las encuestas le dan como favorito. Y de paso también porqué es importante para el posicionamiento de Mauricio Góngora, también posicionado en el primer sitio de prácticamente todos los sondeos que se conocen hasta el momento. Hay que recordar que todas las señales indican que están trabajando de forma coordinada.