Lilia Arellano Saldaña recibirá por segunda vez el Premio Nacional de Periodismo que otorga anualmente el Club de Periodistas de México. Un reconocimiento de periodistas a periodistas. Lilia es una reconocida y destacada periodista que se ha construido una sólida y larga trayectoria. Cultiva todos los géneros, desde la entrevista, la crónica y el reportaje tanto en la prensa impresa como en la televisión, la radio y ahora en los medios digitales. N Evoluciona y se renueva. Está al día. Porque el periodismo es el día a día.
En los días oficiales de la libertad de prensa, se pronuncian como es costumbre, discursos grandilocuentes y salen a relucir las palabras de ocasión, rescatadas del viejo arcón de la retórica: respeto, libertad, democracia, tolerancia, pluralismo, civilización, etc.
Con motivo de este reconocimiento a Lilia Arellano es pertinente recordar a los que hicieron del periodismo una profesión enaltecidas por el rigor, la paciencia y el compromiso con la verdad. Muchos sufrieron cárcel y persecución, y otros más fueron asesinados sólo por el hecho de no claudicar ante el autoritarismo y la barbarie política que en diversas etapas ha vivido nuestro país.
José Alvarado –prosa deslumbrante y eficaz, inteligencia generosa, ejemplo de periodista vertical- decía acerca del perfil y la esencia de este oficio: “El verdadero periodismo ha sido, en los mejores casos, no sólo un oficio sino un modo de ser. Alfonso Reyes escribió una vez, con cierta dosis de piedad y acerca del español Mariano de Gavia: ‘Escritor quedado en periodista’. Parecía dolerse de una disminución o de un fracaso. Pese a su aguda inteligencia, el humanista no advirtió algo mucho más indicativo de auténtica frustración, aplicable no a él, pero sí a otros: escritor sin llegar a periodista, es decir, redactor de líneas nacidas muertas.”
Y José Alvarado dice más: “Un periodista, es, por principio, un escritor; pero también un político y, además, un ser capaz de hallar las palabras ocultas en los hombres, de pedir su respuesta a las piedras, las olas y los árboles. Estudia libros, pero hace lo mismo con los hechos y los actos. Nada puede serle extraño. Resulta, al mismo tiempo, historiador de emergencia, sicólogo en obra urgente, poeta si es preciso, gobernador de esperanzas, industria de nostalgias…”
Ser periodista significa estar todos los días en la cuerda floja, es mantener en estado de alerta todos los sentidos para poder captar aunque sea a medias, el complejo transcurrir de la vida. Felicidades a Lilia Arellano.
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