El magnate norteamericano Donald Trump, más conocido por su debilidad por los reflectores y por poseer la franquicia del certamen de belleza Miss Universo, tronó en contra de México y sus habitantes a raíz de un fallido negocio en Cozumel, donde pretendió construir y comercializar un desarrollo turístico denominado `Punta Arrecifes Resort´. Presumió como argumento un fallo legal que, asegura, le debió resarcir un daño económico que nunca logró obtener.
Sin embargo, el también `rock star´ de su propio `reality show´, acusa de una conducta en la que él mismo ha incurrido, y precisamente con otras inversiones fallidas en México, cuando vio malogrado un proyecto residencial en Tijuana, que le generó numerosas denuncias por fraude de más de 100 compradores estadunidenses, que nunca pudieron recuperar una suma global que ronda los 32 millones de dólares.
De acuerdo con un acucioso reportaje publicado por el diario `El País´, el propio Trump, junto con su hija Ivanka —la misma que acudió al último informe de gobierno del entonces gobernador, Félix González Canto—, anunció en 2007 su intención de invertir en las playas de Tijuana, a donde observaron la gran oportunidad de inversión por la belleza del paisaje. Entonces, padre e hija anunciaron que desarrollarían el `Trump Ocean Resort Baja´, un exclusivo complejo con 526 departamentos cuyo costo oscilaba entre 300 mil y tres millones de dólares.
El año anterior, en 2006, se dio a conocer ese proyecto en San Diego, California, muy cerca de Tijuana. El proyecto consistiría en dos enormes torres de lujosos departamentos con vista al Pacífico mexicano. El propio Trump apareció en un video de ocho minutos destacando las bondades del resort, para convencer a los compradores.
“Estoy muy orgulloso del hecho de que cuando desarrollo, tengo inversionistas que me apoyan…Invierten en mí, invierten en lo que construyo, por esa razón me emociona el Trump Ocean Resort”. Ese primer día, Trump y su familia vendieron 122 millones de dólares y 188 unidades”, decía a cuadro, enfundado de su clásico esmóquin negro y su peluquín plateado.
Sin embargo, al estallar la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, con sus secuelas en México, se suspendió el proyecto y los compradores intentaron recuperar su dinero, sin éxito. Cuando interpusieron sus denuncias, Trump simplemente se deslindó del asunto, diciendo que él únicamente `alquilaba su nombre´.
El texto de `El País´señala:
“Cuando la crisis comenzó a apretar, en 2008, la farsa con el rostro de Trump se cayó. En enero, los compradores —muchos de los cuales habían hecho depósitos iniciales de hasta 250.000 dólares— recibieron una carta diciendo que Donald Trump se desmarcaba del proyecto y que no había hecho ninguna inversión, solo había rentado su nombre para vender. Sin embargo, la peor noticia es que no había dinero para devolver los 32 millones de dólares que aportaron los primeros compradores…
“Más de 100 personas, la mayoría estadounidenses del sur de California, demandaron a Trump por el fiasco del Resort Baja. Un largo juicio reveló que no era la primera ocasión que Trump trataba de sacar ventaja de la reputación de su apellido. Proyectos similares se construyeron en Filadelfia y Florida. En ellos el magnate, ya convertido en estrella de reality con El aprendiz, protagonizaba un par de presentaciones al año para deslumbrar a clientes potenciales”.
El negocio de `rentar el apellido´
El mismo texto del diario español añade:
“En uno de los juicios, en 2011, salió a la luz un contrato que señalaba que Trump alquilaba su apellido por cuatro millones de dólares y un porcentaje de las ganancias. El texto legal también señalaba que el empresario aparecería hasta en dos eventos de cada desarrollo para vender departamentos, pero que no trabajaría más de seis horas en cada uno. En las vistas los compradores señalaron que de haber sabido esto desde un principio no hubieran adquirido las propiedades.
“Fue hasta noviembre de 2013 que Trump y los demandantes llegaron a un arreglo por el fiasco del Ocean Resort Baja. Los más de 100 quejosos se negaron a revelar la cifra millonaria que arrancaron al magnate. “El grupo está muy satisfecho con el acuerdo”, dijeron a Los Angeles Times Bart Ring y Daniel King, los abogados.