Los equipos de las autoridades están preparando y afinando el contenido para los informes de labores a realizarse durante septiembre…
Los equipos de las autoridades están preparando y afinando el contenido para los informes de labores a realizarse durante septiembre. Empieza el gobernador Roberto Borge Angulo, el día 9, con la entrega de la glosa al Poder Legislativo, cuyo presidente es Pedro Flota Alcocer. Termina Mauricio Góngora Escalante, presidente municipal de Solidaridad, el 19. Entre uno y otro habrán de transcurrir nueve más en todo Quintana Roo. Tras estos, siguen los de las primeras damas, en octubre principalmente.
El fin de estas presentaciones es la rendición de cuentas entre poderes y de cara a la sociedad, de frente a los electores, quienes mediante el voto los eligieron para gobernar durante un periodo determinado. Aun cuando esta premisa es lógica y debe ser archiconocida, algunos parecen olvidar tal obligación.
Está previsto que casi todos procuren el lucimiento personal en un entorno de poca pluralidad política o se privilegie el posicionamiento de un aspirante en una etapa propicia para ello, aunque lo ideal es que sea un ejercicio honesto y transparente, con el cual se reconozcan los pendientes, se identifiquen los compromisos en marcha y se determinen las variables por venir, a la par de logros y méritos, los cuales hay, sin duda.
Acerca de supuestos errores y omisiones sería grato escuchar, aunque a estas alturas equivaldría a un “suicidio político”; no obstante, resultaría justo para los ciudadanos -más para quienes votaron- no vivir en una especie de engaño permanente los últimos meses, como podrían tentarse los encargados de nutrir el material informativo que han de exponer los servidores públicos.
En definitiva, más allá del acto republicano que implica (notable por sí solo) y la legalidad a la que responden estos encuentros, es una oportunidad para refrendar el compromiso con los habitantes durante el último tramo, para urgir el esfuerzo de todos los involucrados en una época en que tradicionalmente se afloja el paso, así como para consolidar los avances en distintos rubros, sobre todo en el que mueve a Quintana Roo: el turismo.
Lo anterior, pues se percibe que algunos velan más por los planes del futuro que por concretar las acciones prometidas. En algunos prevalece más el afán protagónico para ganar terreno rumbo al proceso electoral de 2016, que por cumplir las tareas vigentes, pese a que ello puede estropear los propósitos de toda una administración.
Es momento para apuntalar, para fortalecer a los jefes de un proyecto, no para dividir o rendirse. En tal sentido, la tónica debería ser para redoblar esfuerzos y cumplir cabalmente lo programado; de lo contrario, es igual a un fracaso de grupo o a una frustración personal.
Por su lado, los ciudadanos comprometidos deben asimilar en esto una ocasión para exigir y reclamar. Sin motivar la rebeldía, aquellos líderes naturales deberían encabezar la respuesta a dichas exposiciones, para lograr un sano equilibrio entre las partes, un diálogo franco, y no dar cabida a la simulación, dada la ausencia de opositores, al ser casi todos del mismo partido.
La discrepancia y el reclamo sensato, insisto, pueden ser esa respuesta que los políticos no tendrán de los pocos rivales en esta ocasión, los cuales son necesarios para robustecer el sistema democrático, que se cree tan deteriorado en el país por la corrupción, la impunidad y el tráfico de influencias.
Los formatos serán parecidos debido al modelo de gobierno prevaleciente, pero no así los estilos. Y justamente ello marcará la diferencia entre la prudencia de algunos y la desfachatez de otros, ya que estos últimos seguramente presumirán hechos ajenos para intentar justificar algo.
En la mayoría de los municipios y en el ámbito estatal, los indicadores políticos, económicos y sociales favorecen a los responsables. Esta base debe servir para no magnificar, ni menos mentir.
A semanas de las exhibiciones, hay tiempo para perfeccionar el compendio.