CORRE LA VOZ
Por: Jorge Castro Noriega
AMLO: ENTRE RECHIFLAS Y OÍDOS SORDOS
* Lapidario rechazo de militantes al oportunismo político de supuestos “neomorenistas”
* Pactó López Obrador con puros “cartuchos quemados” y tránsfugas de otros partidos
ACARREADA PERO SINCERA, así se mostró la mayoría de las casi cuatro mil personas que en decenas de lujosos autobuses de turismo fueron trasladadas, a la más pura usanza del viejo priismo que tanto dicen aborrecer, de diversos puntos de la geografía estatal y hasta del vecino Yucatán para llenar el Parque Las Palapas de Cancún, a fin de atestiguar la firma del llamado Acuerdo Político de Unidad para la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México entre el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y una camada de políticos quintanarroenses “neomorenistas” que, tránsfugas de sus aún recientes ideologías y convicciones, se colocaron con la rúbrica de éste en la primera línea de posicionamiento para obtener una candidatura a cargos de elección popular en el 2018, donde estarán en juego presidencias municipales, diputaciones federales y senadurías.
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LA BASE POPULAR de Morena, la que vota y que decide, la que ha logrado con su impulso triunfos en varios estados del país y colocado a López Obrador como puntero en todas las encuestas rumbo a las próximas elecciones presidenciales, no escatimó esfuerzos este domingo para demostrarle con sonoras rechiflas y gritos su repudio a la integración de personajes como Luz María Beristáin, Eduardo Ovando Martínez, Jaime Hernández Zaragoza, Domingo Flota Castillo y Hernán Villatoro, entre otros prófugos del PRD, PRI y PT, aunque también lo hicieron para alertar a AMLO sobre el cuestionado pasado de éstos y lo que su sola presencia puede representarle en descrédito y desconfianza al partido de quien promueve la renovación nacional con firmes ideales de justicia y profundo rechazo a los corruptos que en este ‘rechiflado’ paquete, cabe decir, se le colaron más de dos o tres dignos exponentes.
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EL ROSTRO DE sorpresa del eterno aspirante a la Presidencia ante el sonoro abucheo del respetable, así como las risas nerviosas que se le escapaban mientras los destinatarios de la escandalosa manifestación popular pasaban, uno por uno, a firmar el Acuerdo de Unidad y después a abrazarlo efusivamente como si de toda la vida se conocieran y tuvieran tantas cosas en común, permiten suponer que a AMLO nadie lo previno sobre este predecible escenario que encontraría en su tan anunciada visita a Cancún y que, tampoco, a nadie se le ocurrió instruir antes a los simpatizantes sobre cómo comportarse durante el evento, a fin de que el líder nacional morenista se fuera con la idea de que en Quintana Roo todo camina tan suave como cuchillo en mantequilla y que todas esas nuevas incorporaciones son, en verdad, garantía de triunfos arrolladores en el 2018.
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LA LÍNEA TRAZADA por la militancia, congruente con su discurso de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, no fue, sin embargo, escuchada por López Obrador. Ignorando lo que pasaba, lo que la multitud trataba de decirle, el caudillo tabasqueño dijo en su mensaje que en Morena se lucha por principios, no por cargos y que, por eso, se pone por delante el interés de la nación. Llamó a impulsar el desarrollo del estado para mejorar el bienestar de la gente, recordó que Morena está en primer lugar de las preferencias y reiteró, una vez más, que de llegar a presidente de la República acabará con la corrupción. Hizo énfasis en su lucha personal contra las “mafias del poder” y puso como ejemplo de un servicio honesto al pueblo su paso por el Gobierno de la Ciudad de México. Pero de las rechiflas, los abucheos y los insultos a los nuevos socios políticos que escogió ayer para competir el año entrante, de eso AMLO no mencionó una sola palabra. Ya montado en el caballo, no había de otra mas que cabalgar hacia adelante.
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DE TODOS, A la que peor le fue en la desafortunada pasarela fue a “La Güera” Beristain, colocada desde el inicio del evento en primera fila y a escasos metros de López Obrador, con quien, siempre ha presumido, dice tener una gran amistad. Cuando por los micrófonos fue llamada a pasar al frente a firmar el pacto unificador, miles de gargantas corearon gritos de “¡fuera, fuera!”, acusándola de oportunista, vividora de la política y hasta de “borgista”, que parece que fue lo que más le caló a la senadora del PRD, porque en cuestión de minutos se escabulló en el templete y no se le volvió a ver más. En una especie de ‘mano a mano’ de antipopularidad entre los morenistas, se disputaron el segundo sitio el ex alcalde perredista de Benito Juárez, Jaime Hernández y el priista ex alcalde chetumaleño y ex secretario de Gobierno, Eduardo Ovando, cuyas cacareadas ‘redes’ ciudadanas se destejieron por completo y sus porras no fueron suficientes para acallar la sonora rechifla que le propinaron.
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AL EX ALCALDE de calva testa le sacaron a relucir los escándalos de corrupción en que se vio inmerso cuando como interino lo pusieron a gobernar Benito Juárez, tiempo en el cual se perdieron en sus manos varios millones de pesos que jamás volvieron a aparecer. Y no menos despiadada fue la expresión de rechazo a Ovando, quien hace poco publicara en su cuenta de Facebook una foto al lado de AMLO en la Ciudad de México, con el que, posteó, fue a platicar en plan de camaradas de la situación política de Quintana Roo y que, ya vimos, de poco o nada le sirvió para convencer a los electores de Morena de que es un privilegio tenerlo con ellos. En el mismo tenor sufrieron la metralla de las masas el líder estatal del PT, Hernán Villatoro y el ex alcalde del PRI y PRD de José María Morelos, Domingo Flota. Sus turbios pasados los alcanzaron este domingo en Las Palapas, siendo exhibido con silbatinas y gritos el sentimiento real que generan entre los quintanarroenses.
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POR AHÍ ESTUVIERON también demostrando su adhesión a López Obrador y vinculándose a su proyecto, el combativo empresario playense y aspirante a la Alcaldía de Solidaridad, Lenin Amaro Betancourt; el ex candidato de Movimiento Ciudadano a presidente municipal de BJ, Antonio Cervera León; el ex secretario estatal de Salud, Manuel Aguilar Ortega; el ex recaudador de Rentas y ex subsecretario de Educación, Arturo Castro Duarte; la ex secretaria municipal del PRI, Claudia Manzanilla; el ex candidato morenista a alcalde, Julián Ramírez Florescano y el conocido empresario restaurantero de Tulum, Germán Gallegos, de los pocos –vale reconocer– que generaron en AMLO una amplia sonrisa al saludarlo y abrazarlo con mayor afecto que a cualquiera. Aunque él ha dicho que en su camino no se cruzan las aspiraciones políticas, este detalle proporciona una lectura interesante para el popular “Don Cafeto”, en caso de que decida, de repente, cambiar de opinión. Hay un nutrido consenso en el sentido de podría ser, sin duda, un excelente candidato para gobernar Tulum.
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DEL OTRO LADO del estado, en el sur, los priistas tuvieron igual su propia fiesta… y estuvo en grande. Convocados por su presidente estatal, Raymundo King, por miles acudieron también a Chetumal a celebrar su Asamblea Estatal, que es el preámbulo para poner a prueba su unidad y fortaleza con miras a la XXII Asamblea Nacional del PRI, a celebrarse en agosto próximo y de donde el ex partidazo pretende, dice, salir renovado rumbo al 2018. Sectores, organizaciones, comités municipales y la estructura partidista, se dieron cita en el cónclave tricolor, donde le entregaron al representante del CEN, Cristopher Barousse, diferentes propuestas de participación para la gran reunión nacional. “Hoy todas las voces de los priistas cuentan y el partido está dispuesto a escucharlas”, afirmó King de la Rosa, quien sin dar nombres fustigó: “Somos un partido que actúa de frente y por eso reprobamos la doble moral, el doble discurso de algunos partidos políticos que engañan a la gente”. Y, pues, nos dejó con la duda.
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UNA VEZ MÁS, las autoridades estatales y federales le hicieron la chamba a la desenfadada alcaldesa de Solidaridad, Cristina Torres, quien atareada como anda con los preparativos de la megafiesta que organiza para celebrar el 28 de julio el aniversario del Municipio y, de paso, su “destape” para la reelección, ha descuidado por completo la seguridad en su jurisdicción. La oportuna reacción de la Policía Estatal, el Ejército y la Marina, permitió la pronta captura, el sábado pasado, de tres sujetos que hirieron a balazos a dos personas en la zona turística de Playa del Carmen, hecho que exhibió una vez más la pobre labor preventiva de la Policía Municipal de doña Cristina, a cuyo frente tiene a un mando relacionado con un triple homicidio en Celaya, años atrás. La noche del tiroteo, fue el Gobierno del Estado quien estuvo informando y tranquilizando a la población a través de comunicados en las redes sociales, mientras que del Ayuntamiento ninguna autoridad local salió a dar una explicación. Pero la cosa no acaba ahí, pues al día siguiente aparecieron dos “narcomantas” donde los autores, presuntos miembros del crimen organizado, señalaban a la presidenta municipal de proteger a grupos rivales con lo que, advertían, “estaba calentando la plaza”. Dados los frecuentes acontecimientos de este tipo en Solidaridad, es una acusación delicada que la PGR no debería soslayar.
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SI BIEN NO ha estado su turístico enclave exento de algunos sustos delincuenciales, la alcaldesa de Puerto Morelos, Laura Fernández, no se cruza de brazos como su vecina al sur de su territorio. Hizo hace poco ajustes en sus instituciones de seguridad y la semana pasada cerró importantes acuerdos en la CDMX para mejorar el desarrollo del Municipio. Con la SCT consiguió recursos para modificar la carretera que cruza Puerto Morelosy hacer así más fácil el acceso a la Ruta de los Cenotes, así como planteó construir dos pasos a desnivel a la altura de Punta Petempich y Crococun. Con la Sectur, gestionó recursos para complementar una inversión de la CFE para hacer subterránea la red eléctrica en el casco antiguo del Puerto y moviéndose como pez en el agua en la Federación, la semana pasada Fernández Piña dio igual un salto cuántico en los trámites de afiliación al ISSSTE de los trabajadores municipales, acción que ha llevado años gestionar a otros municipios del estado y que todavía no han logrado el objetivo.