EL BESTIARIO
Los ‘babalawos’ no auguraron el Primero de Enero del 2015, “New York, New York” de Frank Sinatra se escucha en La Habana Vieja, Fidel apoya la reconciliación pero “no confía en la política de Estados Unidos”
SANTIAGO J. SANTAMARÍA
Muchos cubanos esperan con ansiedad la noticia de producción nacional que más circula el Primero de Enero de cada año. Porque este día, con fervorosa puntualidad, los ‘babalaos’ o ‘babalawos’ -sacerdotes- de la religión afrocubana conocida como Regla de Ocha, se reúnen para consultar a sus divinidades y hacer las predicciones para el año que se inicia. Con un lenguaje a veces muy metafórico, en ocasiones más directo, este oráculo trata de sentar las pautas por las que se moverá -o debería moverse- la vida material y espiritual de las gentes y de la sociedad en el período que comienza. Creyentes y no creyentes prestan atención. Los creyentes, por supuesto, leen con atención los distintos consejos y advertencias recogidos en la llamada Letra del Año; los no creyentes… también los leen, por si acaso. La verdad es que la noticia más trascendental para el futuro de Cuba, la reconciliación con su vecino del Norte, Estados Unidos, no fue augurada el primer día de 2014 ni por asomo.
En esta ocasión, sin embargo, antes de que se le consultara el futuro al visionario Orula, alguien comenzó a circular una advertencia sacada no de los oráculos místicos, sino de lo que se observa en el horizonte: el año 2015 debería ser el del deceso del CUC (peso cubano convertible) o el del asalto a su fortaleza para rebajarle las alturas de sus muros. Y entonces podría ser el año de la restauración del CUP, el peso cubano convertido en una especie de bastardo pobre. En realidad, no hay que ser especialmente dotado en artes adivinatorias para predecir que algo sucederá en la relación entre el orgulloso y esquivo CUC y el maltratado CUP, pues el destino del primero está sellado hace tiempo… solo que nadie sabe .y quien lo sabe no lo dice- cuándo, cómo y con qué consecuencias se producirá la confluencia o acercamiento entre dos monedas que han conseguido deformar las finanzas internas del país y complicar y encarecer la vida de los ciudadanos. No más doble moneda. Para empezar: ¿a cuánto se cambiará el dólar cuando desaparezca el CUC?
“Pero, además de adiestrarse en la división y la multiplicación, en la suma y la resta cotidiana ¿qué podrían esperar los cubanos para el 2015, incluso con la complicidad de Orula y la ayuda de Dios?”, se preguntaba en la víspera de este Primero de Enero, el escritor cubano Leonardo Padura, en una columna que publicaba la BBC de Londres en su edición digital del mundo. “El año anterior, este recién enterrado 2014, resultó ser un período peculiar: abrió y cerró con dos buenas noticias, si las miramos en términos absolutos. Ahora se puede comprar un auto nuevo en Cuba. El problema es el precio. La primera, del mes de enero, fue el anuncio de que los isleños, después de 50 años sin poder hacerlo, ahora tenían la posibilidad de ir a una agencia automotriz y… ¡comprarse un auto! ¡Incluso uno nuevo! Pero, como bien se sabe que todo es relativo, entre la posibilidad y la realidad se interpusieron los precios fijados a los autos nuevos (al parecer los más caros del mundo) y los de uso (ídem)”.
“En el medio del año -añadía el autor de la novela ‘El hombre que amaba a los perros’- llegó otra noticia que removió el país: la nueva ley de aduanas, que limita, restringe y encarece las importaciones de todo lo importable. Hay más control en lo que se puede o no traer a la isla. Era el tiro de gracia a las ‘mulas’ (que, por cierto, han demostrado ser más resistentes que los zombis y las garrapatas, y no se han dado por vencidas) y una herida en el costado del ciudadano corriente que solo pretendía mejorar su vida y la de sus familiares trayendo del extranjero lo que no encontraban en los mercados de la isla o, si aparecía, podía ser a precios que compiten con los de los autos. Y para cerrar el año, la gran conmoción: Cuba y Estados Unidos, luego de sacarse la piedra en el zapato que constituían los prisioneros condenados en uno y otro lado del Estrecho de la Florida con un humanitario y veloz intercambio, dieron el primer paso de un viaje que se anuncia largo y complicado, pero factible, hacia la normalización de las relaciones entre los dos países con el restablecimiento de vínculos diplomáticos”.
Los cubanos esperan cambios, confían, por ejemplo, en que la cabeza de ajo baje de esos seis pesos en que se ha encaramado su precio
Leonardo Padura se transforma en ‘profeta’ de la Regla de Ocha, adelantándose a los ‘babalawos’… “El mensaje de Raúl Castro fue visto con atención. ¡Lo que casi nadie había previsto y algunos ya ni siquiera esperaban ver! ¿Y qué pasará entonces en el 2015?, se pregunta la gente. Con los sorprendentes antecedentes del año recién cerrado se demuestra, una vez más, que hacer especulaciones de futuro -y más tratándose de Cuba- resulta un ejercicio demasiado riesgoso y por lo general, poco certero. Pero los cubanos esperan, confían, incluso con más esperanzas y tranquilidad al sentir que bajan las viejas tensiones políticas con el vecino del Norte… Los cubanos esperan cambios en 2015. Mucha gente confía, por ejemplo, en que la cabeza de ajo baje de esos seis pesos en que se ha encaramado su precio; los boteros (taxistas particulares) esperan que con la caída del precio del petróleo descienda también el precio de los combustibles, como en otras partes del mundo; los dueños de paladares y trabajadores del turismo -en sus más diversas variantes- se afilan los dientes convencidos de que se producirá una avalancha de turistas norteamericanos acostumbrados a entregar un 15% de propina por los servicios recibidos; los que aspiran a viajar a Estados Unidos a ver hermanos, hijos y nietos se alimentan con la esperanza de que las exigencias para obtener los visados sean ahora menos drásticas y muchos más de ellos -como mi suegra, la pobre- sean ‘aprobados’ por el funcionario consular que varias veces les ha cobrado 160 dólares y muchas horas de angustia para decirles, en un par de minutos de diálogo de sordos, que él los considera ‘posibles emigrantes’ y despedirlos diciéndole que lo intenten otra vez el año próximo; y, para no hacer demasiado larga la lista de deseos, no podemos olvidar a los más entendidos en materias económicas que, por su lado, ruegan para que esta vez se alcance el crecimiento del PIB del 4,1% al cual aspira llegar el país y… los que trabajan para el Estado porque se produzca un aumento general de los salarios y sea un poco más asequible la dichosa cabeza de ajo”.
Nuevas utopías fluye, un equipo Cuba de beisbol en el que se reúnan por primera vez los que juegan allá y acá… y sean “invencibles”
¿Cuáles de esos deseos o pretensiones se cumplirán solo lo sabremos más o menos dentro de doce meses? De lo que hay menos dudas es que muchos cubanos se asoman al nuevo año con más esperanzas, con ganas de que pasen cosas buenas. Si el enemigo del Norte ya no es tan enemigo, si la ley del embargo entra en fase de deceso como el CUC, si Cuba sale de la lista de países patrocinadores del terrorismo… bueno, pues podemos soñar con que se cumplan anhelos pospuestos y hasta con que tal vez se materialice incluso el deseo o utopía de un colega que se imagina ver en el 2015 a un equipo Cuba de beisbol en el que se reúnan por primera vez los cubanos que juegan allá y acá… y sean “invencibles”, los cubanos. Porque, sobre todo, el año 2015 debería ser un espacio inmejorable para abrir diálogos, tender puentes, enterrar prejuicios y liberar las mentes de fundamentalismos y odios. Con la ayuda de Orula y sus advertencias.
Sin dudas, Cuba ha obtenido dos triunfos en tiempo record. Ya están en Cuba, los tres ‘héroes’ o espías, según el origen de la columna o reportaje, sea en Miami o La Habana, Ramon, Gerardo y Antonio. Barack Obama ha tenido que reconocer que la política hacia Cuba es un fracaso, de lo que se trata ahora es formular una nueva política. Tal vez no de objetivos esencialmente diferentes a la primera, pero al menos con métodos distintos. El discurso del presidente norteamericano formula la nueva política y lo hace con una construcción interesante. No se trata de un simple discurso, sino de una pieza de oratoria política, que marca la estrategia con que el presidente está enfocando el restablecimiento de las relaciones con Cuba. Todo está dicho en el discurso; el presidente nos dijo qué quiere para Cuba y para Estados Unidos, con toda la valentía y honestidad que es posible suponerle, pero no nos está regalando nada, simplemente está reconociéndonos el derecho que tenemos todos a luchar por lo que queremos.
El ‘bloqueo’ o ‘embargo’ continúa como pieza clave dentro de la estrategia del presidente, y siendo el tema más difícil, se enfoca como algo que será tratado para su eliminación sobre la base de una negociación con el Congreso, después de que se haya avanzado en otros temas. Siendo el levantamiento del ‘bloqueo’ la principal demanda de Cuba por constituir esta piedra angular de la agresión histórica de EE UU, el proceso de levantamiento del mismo queda para último, como condicionado al comportamiento de Cuba en otros aspectos de la negociación entre ambos países. No obstante, Obama, podrá ir adoptando medidas que representarán un alivio importante a las presiones que el ‘embargo’ de conjunto ejerce sobre Cuba, en particular sobre sus relaciones económicas a nivel internacional.
Veremos a dos viejos ‘enemigos’ negociando sus diferencias, pero entre los cuales ya existirán relaciones diplomáticas
Primero que todo, se restablecen las relaciones diplomáticas, lo cual permite la rehabilitación de las embajadas en Washington y en La Habana, con vistas a garantizar la logística de las negociaciones. Ello es muy importante, porque ambos países quedan frente a frente en igualdad de condiciones. Lo que siempre fue la única condición que Cuba ha planteado. La asimetría entre ambos países existe, pero no es fruto de la voluntad de nadie; lo que si no es posible permitir, es que esa asimetría se traslade a la política, porque ello fue lo que en esencia hizo fracasar las negociaciones entre ambos países durante la administración de Jimmy Carter.
Lo que veremos a continuación será dos países negociando sus diferencias, pero entre los cuales ya existirán relaciones diplomáticas. Ello dará más holgura y libertad de actuar a los que deberán negociar. Al mismo tiempo, EE UU reconstruye la atalaya que perdió cuando el 3 de enero de 1961 decidió romper las relaciones con Cuba y retirar su embajada. Estoy convencido de que muchos aspectos de las negociaciones avanzarán sin grandes problemas, ni muchos obstáculos. Algunos de estos aspectos pueden ser: Asuntos migratorios; temas culturales e intercambio académico; medio ambiente; correos, comunicaciones e Internet; colaboración en la interdicción del narcotráfico; relaciones comerciales dentro de la potestad ejecutiva, tarjetas de crédito, relaciones bancarias en general; aspectos financieros ya acordados para facilitar las relaciones migratorias; remesas, paquetes, otros beneficios; intercambio “pueblo a pueblo”; ayuda humanitaria, solidaridad y remesas para proyectos sociales; conversaciones alrededor de la base naval de Guantánamo; viajes turísticos de ciudadanos norteamericanos a Cuba; liberación de prisioneros; cierto intercambio tecnológico, amparado por proyectos culturales, académicos y artísticos previamente acordados: y otros asuntos consulares.
Existen ya, toda una gama de actividades de las cuales algunas vienen realizándose y otras recibirán más apoyo financiero para su realización. Las mayores complejidades de la negociación se producirán con aquellos asuntos de la agenda del presidente Obama, que tienen que ver con el régimen económico y político cubano: Niveles de alcance de la privatización; libertades para importar y exportar: organizaciones laborales y libre sindicalización; derechos humanos, democracia, libertades individuales; inversiones; y contrataciones y régimen salarial.
Todo parece indicar que en estos últimos puntos están los asuntos más complejos a negociar. Dado que las administraciones norteamericanas en estos años, han pretendido siempre obligar a Cuba a cumplir la carta democrática de la OEA (Organización de Estados Americanos); principios de democracia y derechos humanos y economía de mercado, que pretenden homogeneizar el sistema político cubano, considerando a los de EE UU como modelo universal de democracia. La negociación no será fácil para Cuba, pero tampoco lo será para los EE UU, que con las guerras que ha librado y continúa librando, las torturas y las cárceles secretas, entre otros temas, ha acumulado un largo expediente que no lo sitúa precisamente en una posición ventajosa para la discusión de estos asuntos. Se han sumado también recientemente el tema del racismo y el abuso policial en las cárceles y ciudades norteamericanas.
EE UU ha utilizado instrumentos como poner a Cuba en la lista de países terroristas, asunto éste que les resulta imposible justificar
Estados Unidos, en particular con su política hacia Cuba, ha contribuido mucho a la desmoralización y destrucción ética de los principios que durante años ha esgrimido para agredir al Gobierno castrista. Utilizando instrumentos, como por ejemplo, poner a Cuba en la lista de países terroristas, asunto este que les resulta imposible justificar. El debate de los temas de derechos humanos y democracia en Cuba, será un debate largo y difícil, que incluso, no se decide en la mesa de negociaciones sino en la dinámica política interna de Cuba. Será definitoria la correlación de fuerzas políticas internas, que los cambios económicos generen. En el discurso del presidente hay tres asuntos: el cambio de prisioneros; el proceso de restablecimiento de las relaciones entre ambos países y el interés por cambiar el régimen político en la isla. Estos aspectos son claves en la dinámica que Obama quiere desplegar para influir dentro de Cuba con el objetivo de que esta abandone la opción socialista que ha escogido.
La agenda presidencial de Obama, desde el propio discurso, ya ha contado con un ambiente internacional de apoyo, este va creciendo y crecerá aún más cuando los líderes del hemisferio, vean que las negociaciones para llegar a la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos avanzan. Ello representará sin dudas, un incremento de la popularidad del presidente Obama a nivel internacional. Al interior de los Estados Unidos la nueva política cuenta con un apoyo importante, que también repercutirá positivamente en la popularidad del presidente.
Obama tendrá que luchar contra la oposición ‘cubana’ que viene del Congreso: Marco Rubio, Díaz Balart, Ileana Ross, Bob Menéndez…
Obama tendrá que enfrentar la oposición que le viene del Congreso, de esa derecha formada por Marco Rubio, Díaz Balart, Ileana Ross, Bob Menéndez, entre otros; pero lo hará desde una posición sólida orientada a defender el cambio de política. En esta posición cuenta con un apoyo interno sustancial y argumentos más que suficientes. La parte que se opone a su agenda (republicanos o no) estarán defendiendo el ‘status quo’. No es difícil augurar, que estos últimos tienen casi perdida la batalla, en el orden ético y político. Aunque se aferrarán a los mecanismos administrativos congresionales, para en términos prácticos, tratar de frenar la aplicación de las medidas del presidente. La posición de los congresistas opuestos a las iniciativas de Obama, no durará más allá del peligro que esta posición representará de cara a los procesos electorales del año 2018. Además, no hay que olvidar que los ataques reiterados contra Obama, con referencia a este tema, puedan ‘quemar’ a un candidato republicano que intente acceder a la presidencia. Es por eso que auguro que la pelea no durará mucho.
El ‘caso Cuba’ es mucho más rentable políticamente que los conflictos que tiene Obama en Oriente Medio, y con menos gastos
La inteligencia y el pragmatismo de Obama han brillado por varias razones, cuando seleccionó el momento para dar el giro de la política hacia Cuba… De todos los conflicto que el presidente norteamericano tiene en su política exterior, el caso de Cuba es el que reúne mejor las condiciones para obtener resultados rápidos, de impacto global y hemisférico y sin extraordinario gasto de recursos, sobre todo comparándolo con los conflictos que tiene el Oriente Medio.
Cuba le sirve a Obama para terminar con una política que al cabo de más de 50 años, ya presentaba costos de oportunidad insostenibles, sin ningún beneficio. Tratar de solucionar otros conflictos le ha costado mucho, sin que aún pueda exhibir logros significativos. Solucionar el conflicto con Cuba representa una gran ayuda para la política exterior norteamericana en el hemisferio. La cual ya había sido fuertemente cuestionada con vistas a la Cumbre de las Américas, que se celebrará en abril del año 2015.
La isla presidida por Raúl Castro, hermano del Comandante Fidel, paulatinamente, ha comenzado a mostrar que la colaboración con Estados Unidos puede tener beneficios nada despreciables para ambos países, en la colaboración en la salud, la ciencia, la educación, la lucha contra el narcotráfico, la seguridad ambiental y el intercambio económico entre otras.
La Habana ha pasado a constituir a nivel internacional un conflicto ético para Estados Unidos con las naciones pequeñas. Estas naciones durante muchos años han observado la resistencia heroica de la isla y la incapacidad meridiana de Washington para doblegarla.
Los que hoy se oponen a la nueva agenda de Obama hacia Cuba, son aquellos que hicieron de la contrarrevolución un modo de vida
La comunidad cubana en los Estados Unidos ha dejado de ser monolítica, generando corrientes de pensamiento y de comportamiento político, que cuestionan crecientemente la vieja política hacia Cuba. Beneficiando considerablemente a la isla. El bloqueo ha dejado de ser aceptado a nivel internacional, aún por los aliados de EE UU. Es además fuertemente cuestionado dentro de la sociedad norteamericana en general. Después del caso de Elián Gonzalez, la sociedad civil norteamericana, comenzó a reaccionar de manera negativa ante la política seguida por Estados Unidos contra Cuba.
Las administraciones norteamericanas con su política han tratado de cambiar a Cuba, pero quien ha resultado aislada a nivel internacional y cambiada internamente, respecto al tema, ha sido la sociedad norteamericana. El cambio de la política de Estados Unidos hacia Cuba, iniciado por Obama responde a una realidad que solo un grupo reducido no alcanza a ver. Diríase, principalmente entre aquellos que se habituaron a vivir de la política hacia cuba, como un negocio más.
El profesor Esteban Morales es uno de los más reputados investigadores en el tema de las relaciones entre los dos países que acaban de reanudar relaciones diplomáticas, tras medio siglo de ‘bronca’. Es doctor en Ciencias y director honorario del Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de la Habana. Acaba de publicar el libro “De la confrontación a los intentos de normalización”, un material imprescindible para comprender el conflicto bilateral y la nueva etapa iniciada este pasado 17 de diciembre, día de San Lázaro o Babalú Ayé, el ‘hombre del Rincón’.
En un artículo publicado en algunos medios de prensa nacionales e internacionales, Esteban Morales recalca que “los que hoy se oponen a la nueva agenda de Obama hacia Cuba, son aquellos que hicieron de la contrarrevolución un modo de vida y de la distribución de los fondos públicos de Washington con ese destino una de sus actividades política preferidas”. “Romper con ese andamiaje -añade en su columna de opinión-, de dinero fácil para tantos, va a ser complejo. Tal vez veamos un cambio en los programas, ejemplo: Las escuelas para formar líderes; el dinero para viajar en primera clase y hospedarse en buenos hoteles para ir a hablar mal de Cuba en Europa; y todo aquello que forma parte del modo de vida de los que sostenían la vieja política. Obama no solo tiene que cambiar la política hacia Cuba, sino también desarmar la maquinaria que consumía los dineros del contribuyente norteamericano, y que no dio los resultados esperados.
Muchos cubanos no imaginan una política en la que EE UU persiga otro objetivo que no sea otra cosa que volver a apoderarse de la isla
Son muchas las cosas de las que Obama puede desembarazarse al cambiar la política hacia Cuba: mucha corrupción, burocratismo y oportunismo acompañaron siempre esa política. Pero Obama debe estar advertido por sus asesores, que no será fácil para muchos cubanos imaginar una política en la que Estados Unidos persiga otro objetivo que no sea otra cosa que volver a apoderarse de la isla. Aunque no está demás pensarlo, porque pesa demasiado la historia entre ambos países. Creo que hay que actuar sin prejuicios y darle al presidente Obama, el beneficio de la duda. Aprendiendo a vivir dentro de las tendencias generales de este mundo, en el cual, todos tenemos derecho a exigir que los demás se parezcan a nosotros.
Cuba debe brindar su máxima colaboración para que esa política de nuevo tipo avance. Es la única alternativa posible para coexistir en paz. Claro que de ambas partes siempre habrá quienes miren con la desconfianza de si el ‘Caimán Verde’ está vendiendo su independencia y soberanía, o si Estados Unidos quiere hacer de Cuba un “hijo bobo” por nada a cambio. Ante ambas actitudes, de los dos lados, como diría el poeta Nicolás Guillén “cierra la muralla”. Los versos fueron cantados en España y Latinoamérica por Ana Belén y Víctor Manuel…
“Para hacer esta muralla,/tráiganme todas las manos:/Los negros, sus manos negras,/los blancos, sus blancas manos./Ay,/una muralla que vaya/desde la playa hasta el monte,/desde el monte hasta la playa, bien,/allá sobre el horizonte./¡Tun, tun!/¿Quién es?/Una rosa y un clavel…/¡Abre la muralla!/¡Tun, tun!/¿Quién es?/El sable del coronel…/¡Cierra la muralla!/¡Tun, tun!/¿Quién es?/La paloma y el laurel…/¡Abre la muralla!/¡Tun, tun!/¿Quién es?/El alacrán y el ciempiés…/¡Cierra la muralla!/Al corazón del amigo,/abre la muralla;/al veneno y al puñal,/cierra la muralla;/al mirto y la yerbabuena,/abre la muralla;/al diente de la serpiente,/cierra la muralla;/al ruiseñor en la flor,/abre la muralla…/Alcemos una muralla/juntando todas las manos;/los negros, sus manos negras,/los blancos, sus blancas manos./Una muralla que vaya/desde la playa hasta el monte, desde el monte hasta la playa, bien,/allá sobre el horizonte…”.
Estos poemas fueron escritos por Nicolás Guillén (Camagüey, 10 de julio de 1902 – La Habana, 16 de julio de 1989), poeta, periodista y activista político cubano. Corría el año 1958, un año antes del triunfo de la Revolución Cubana, el Primero de Enero de 1959. Es el principal resultado del movimiento revolucionario cubano de izquierda que provocó la caída de la dictadura del general Fulgencio Batista y la llegada al poder del líder del Ejército Guerrillero de Fidel Castro. Nicolás Guillén reivindica la cultura negra dentro de los procesos de mestizaje y transculturación, en lo que denominó el “color cubano”, ni negro ni blanco: mestizo, rasgo distintivo de toda Latinoamérica. Se le conoce como el poeta del son, ritmo y baile típico de Cuba. Es considerado el poeta nacional cubano.
Recuerdo un cuento que oí por primera vez en el barrio habanero de Santa Fe, cerca de la Marina Hemingway, relacionado con la reanudación de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, al poco de desaparecer la Unión Soviética, tras la ‘Perestroika’ de Mijail Gorbachov. Había un borracho -‘kurda’- en un bar de Centro Habana, en la calle San Francisco y vociferaba que él hablaba todos los días con Dios por cualquier teléfono de Etecsa. Los compañeros de barra y ron Bocoy, al unísono le pidieron que le pregunta a Dios sobre ka fecha de reanudación de relaciones con la ‘Yuma’. El ‘kurda’ comenzó a marcar. La conversación con el cielo apenas duró unos segundos. Todos, sorprendidos, le instaron a contar la respuesta divina. “Le he preguntado a Dios…”, explicaba el borracho. “¿Y…?”, le contestaron los contertulianos. “Nada más decirle…”. “¿Y…?” “No me ha contestado nada y me ha colgado…”. La verdad es que la profecía no era fácil ni siquiera para el ‘aparato’ celestial…
“No rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra, defender la paz es un deber de todos”, reflexiona el Comandante
La ausencia de Fidel Castro en actividades públicas en Cuba es aprovechada en Miami para airear por enésima vez la muerte de su ‘enemigo’. Siguen confundiendo los deseos con la realidad, marcada por la Naturaleza o por Dios, que decidirán la desaparición física de quien ha sobrevivido a siete Papas y diez presidentes de EE UU. Algunos parecen resignados. En el fondo lo admiran clandestinamente. Ningún líder político mundial ha logrado eso, admiten solapadamente con orgullo. Tenía que ser un cubano. Cuestión de raza. “El tipo es un caballo, a pesar de todo…”, una frase peligrosa en los ambientes ‘versaillescos’, pero usual en muchos hogares miamenses de cubanos, quien no viven del ‘Fidel Fashion’ de los diputados ‘anticastritas’ Mario Rafael Díaz-Balart y su hermano Lincoln Díaz-Balart y de su inseparable ‘jefa’ del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen.
Fidel Castro se reunió en 2012, nada menos que con el Papa Benedicto XVI, de su misma edad. Por la actitud de ambos, no se llevan nada mal. El Papa, como ocurrió con su antecesor Juan Pablo II, fue recibido con cariño por el pueblo cubano. Para los católicos era su Padre espiritual y para los socialistas era el ‘presidente’ de un Estado amigo como es el Vaticano. Santiago de Cuba y La Habana se volcaron con el Papa, quien regresó a Roma con un listado de cuentos o chistes donde él y su amigo Fidel eran los protagonistas. La foto del encuentro en la sede que tiene la Santa Sede en la capital cubana, fue la más importante de la visita pastoral. Un ‘sincretismo’ similar al que forjaron españoles y negros, siglos atrás, volvió a repetirse, pero esta vez entre catolicismo y comunismo. El ‘milagro’ decepcionó en “Versalles”.
No obstante, según un cuento que circulaba en Centro Habana, no muy lejos de la calle San Francisco, y que me contó mi amigo el taxista cubano, Gustavo Mesa, el del coche con el número 29, ‘ratón’ en la ‘charada’ -juego de azar popular-, el Malecón fue testigo de otro ‘milagro’ por aquellos días de marzo… “Fidel y el Papa decidieron irse a pasear por el Malecón. De repente, la comitiva fue sorprendida por una ráfaga de viento, llevándose el ‘solideo’ o gorro papal hasta las aguas donde había varios pescadores artesanales de agujas, provistos de carretes y cámaras de rastras o camiones gigantes. Estos ‘compañeros’ de San Pedro pudieron ver como Fidel se bajó hasta el mar y comenzó a andar sobre las aguas, recogiendo el sombrero de Benedicto XVI. Inmediatamente, el Granma, el periódico oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, sacó una edición especial: “El compañero Fidel logró andar sobre las aguas” En el Vaticano no se quedaron atrás. L’Osservatore Romano titulaba “El Papa logró el milagro de que Castro pudiera marchar sobre las aguas como San Pedro”. El Nuevo Herald de Miami fue el último en reaccionar, pero su titular fue contundente, en su más pura línea necrofílica al referirse al líder cubano: “Fidel Castro está tan mal que no pudo ni nadar en el Malecón habanero”.
Hay un último dato que va a sentar bastante mal a los que desean la desaparición del Comandante desde hace más de medio siglo. La herencia genética de los Castro y los Ruz es nonagenaria y centenaria, según datos fidedignos que nos llegan no de Cuba sino de Galicia, allá en España, de donde son originarios los dirigentes socialistas. De todas maneras es muy sospechoso ese interés tan obsesivo compulsivo por la salud del Comandante Fidel. Cuando eso ocurra saben que se les va acabar el ‘chollo’. No van a tener contenido de trabajo. Somos muchos los que deseamos que sigan muchos años más viviendo del cuento. Fidel Castro ha ‘resucitado’ esta pasada semana con una reflexión sobre la reconciliación iniciada entre Estados Unidos y Cuba. El Comandante apoya la iniciativa aunque habla claro como buen ‘gallego’: “No confío en la política de Estados Unidos”.
“Desde el año 2006, por cuestiones de salud incompatibles con el tiempo y el esfuerzo necesario para cumplir un deber -que me impuse a mí mismo cuando ingresé en esta Universidad el 4 de septiembre de 1945, hace 70 años-, renuncié a mis cargos. No era hijo de obrero, ni carente de recursos materiales y sociales para una existencia relativamente cómoda; puedo decir que escapé milagrosamente de la riqueza.
Muchos años después, el norteamericano más rico y sin duda muy capaz, con casi 100 mil millones de dólares, declaró -según publicó una agencia de noticias el pasado jueves 22 de enero-, que el sistema de producción y distribución privilegiada de las riquezas convertiría de generación en generación a los pobres en ricos.
Desde los tiempos de la antigua Grecia, durante casi 3 mil años, los griegos, sin ir más lejos, fueron brillantes en casi todas las actividades: física, matemática, filosofía, arquitectura, arte, ciencia, política, astronomía y otras ramas del conocimiento humano. Grecia, sin embargo, era un territorio de esclavos que realizaban los más duros trabajos en campos y ciudades, mientras una oligarquía se dedicaba a escribir y filosofar. La primera utopía fue escrita precisamente por ellos.
Observen bien las realidades de este conocido, globalizado y muy mal repartido planeta Tierra, donde se conoce cada recurso vital depositado en virtud de factores históricos: algunos con mucho menos de los que necesitan; otros, con tantos que no hallan qué hacer con ellos. En medio ahora de grandes amenazas y peligros de guerras reina el caos en la distribución de los recursos financieros y en el reparto de la producción social.
La población del mundo ha crecido, entre los años 1800 y 2015, de mil millones a siete mil millones de habitantes. ¿Podrán resolverse de esta forma el incremento de la población en los próximos 100 años y las necesidades de alimento, salud, agua y vivienda que tendrá la población mundial cualquiera que fuesen los avances de la ciencia? Bien, pero dejando a un lado estos enigmáticos problemas, admira pensar que la Universidad de La Habana, en los días en que yo ingresé a esta querida y prestigiosa institución, hace casi tres cuartos de siglo, era la única que había en Cuba.
Por cierto, compañeros estudiantes y profesores, debemos recordar que no se trata de una, sino que contamos hoy con más de cincuenta centros de Educación Superior repartidos en todo el país.
Cuando me invitaron ustedes a participar en el lanzamiento de la jornada por el 70 aniversario de mi ingreso a la Universidad, lo que supe sorpresivamente, y en días muy atareados por diversos temas en los que tal vez pueda ser todavía relativamente útil, decidí descansar dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos años.
Me abruma descubrir que han pasado 70 años. En realidad, compañeros y compañeras, si matriculara de nuevo a esa edad como algunos me preguntan, le respondería sin vacilar que sería en una carrera científica. Al graduarme, diría como Guayasamín: déjenme una lucecita encendida.
En aquellos años, influido ya por Marx, logré comprender más y mejor el extraño y complejo mundo en que a todos nos ha correspondido vivir. Pude prescindir de las ilusiones burguesas, cuyos tentáculos lograron enredar a muchos estudiantes cuando menos experiencia y más ardor poseían. El tema sería largo e interminable.
Otro genio de la acción revolucionaria, fundador del Partido Comunista, fue Lenin. Por eso no vacilé un segundo cuando en el juicio del Moncada, donde me permitieron asistir, aunque una sola vez, declaré ante jueces y decenas de altos oficiales batistianos que éramos lectores de Lenin.
De Mao Zedong no hablamos porque todavía no había concluido la Revolución Socialista en China, inspirada en idénticos propósitos. Advierto, sin embargo, que las ideas revolucionarias han de estar siempre en guardia a medida que la humanidad multiplique sus conocimientos. La naturaleza nos enseña que pueden haber transcurrido decenas de miles de millones de años luz y la vida en cualquiera de sus manifestaciones está siempre sujeta a las más increíbles combinaciones de materia y radiaciones.
El saludo personal de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos se produjo en el funeral de Nelson Mandela, insigne y ejemplar combatiente contra el Apartheid, quien tenía amistad con Obama. Baste señalar que ya en esa fecha, habían transcurrido varios años desde que las tropas cubanas derrotaran de forma aplastante al ejército racista de Sudáfrica, dirigido por una burguesía rica y con enormes recursos económicos. Es la historia de una contienda que está por escribirse. Sudáfrica, el gobierno con más recursos financieros de ese continente, poseía armas nucleares suministradas por el Estado racista de Israel, en virtud de un acuerdo entre este y el presidente Ronald Reagan, quien lo autorizó a entregar los dispositivos para el uso de tales armas con las cuales golpear a las fuerzas cubanas y angolanas que defendían a la República Popular de Angola contra la ocupación de ese país por los racistas. De ese modo se excluía toda negociación de paz mientras Angola era atacada por las fuerzas del Apartheid con el ejército más entrenado y equipado del continente africano.
En tal situación no había posibilidad alguna de una solución pacífica. Los incesantes esfuerzos por liquidar a la República Popular de Angola para desangrarla sistemáticamente con el poder de aquel bien entrenado y equipado ejército, fue lo que determinó la decisión cubana de asestar un golpe contundente contra los racistas en Cuito Cuanavale, antigua base de la OTAN, que Sudáfrica trataba de ocupar a toda costa. Aquel prepotente país fue obligado a negociar un acuerdo de paz que puso fin a la ocupación militar de Angola y el fin del Apartheid en África. El continente africano quedó libre de armas nucleares. Cuba tuvo que enfrentar, por segunda vez, el riesgo de un ataque nuclear.
Las tropas internacionalistas cubanas se retiraron con honor de África. Sobrevino entonces el Periodo Especial en tiempo de paz, que ha durado ya más de 20 años sin levantar bandera blanca, algo que no hicimos ni haremos jamás. Muchos amigos de Cuba conocen la ejemplar conducta de nuestro pueblo, y a ellos les explico mi posición esencial en breves palabras. No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales.
Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos. El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba.
Los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido ningún país. Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento.
Los ‘babalawos’ no auguraron el Primero de Enero del 2015, “New York, New York” de Frank Sinatra se escucha en La Habana Vieja, Fidel apoya la reconciliación pero “no confía en la política de Estados Unidos”.
@SantiGurtubay
www.educacionyculturacancun.com
www.revistavortice.com