Es más claro que el agua: el interés de negar la candidatura por la alcaldía de Cancún a José Luis Toledo Medina no tiene nada que ver con el cargo en sí, pues dejar fuera a “Chanito” sería garantía total de derrota frente a la candidata de Morena, Mara Lezama, que sigue arriba en las mediciones; es más: la truculenta maniobra ni siquiera está relacionada con las ambiciones, pasiones, berrinches y chantajes de Emiliano Ramos Hernández. De lo que se trata es de eliminarlo anticipadamente de la carrera sucesoria para la elección del año 2022, cediendo ahora el municipio más poblado y económicamente importante de Quintana Roo y el año que entra la XVI Legislatura.
Empero la siniestra trama en la que se utilizó la proverbial ineptitud del Ieqroo para negarle el reconocimiento a Toledo Medina como candidato del PRD –y por tanto de la coalición Por Quintana Roo al Frente– para la presidencia municipal de Benito Juárez, pudo ser un pésimo cálculo, pues a este desacreditado OPLE nunca le sale nada: sus determinaciones, si no las rebota el órgano electoral jurisdiccional local las tacha el tribunal federal. Parece el niño tonto al que siempre le tienen que corregir la plana y acaba en un rincón con tremendas orejotas de burro.
El caso más reciente –y lo previmos en Café Negro, casi en solitario– fue la vergonzante revocación por parte del Teqroo de la negativa a permitir al PES salirse de la alianza Juntos Haremos Historia, reiterada hasta en cuatro ocasiones, aun cuando los jerarcas de la coalición a nivel nacional ya habían dado su autorización. Ciertos compañeros que no ven más allá de Huay Pix aseguraron que estábamos equivocados al considerar esa posibilidad… pero sucedió.
Las razones que expusimos acerca de la debilidad de la decisión del rebaño que encabeza Mayra San Román Carrillo Medina como borrega alfa de negar la emancipación al PES son muy parecidas: los criterios de los tribunales electorales buscan en primerísimo lugar, en apego a la Constitución General, tutelar los derechos humanos individuales, colectivos y político-electorales. Más allá de burocracias y fechas perentorias, el acuerdo de la dirigencia nacional de Juntos Haremos Historia para permitir la separación le daba al PES ese derecho, y así lo determinó el Tribunal Electoral de Quintana Roo.
La lógica es bastante simple: con todo y la macabra exhibición en medios de Chanito como un mentiroso, un truhán que intentó engañar al Instituto Electoral de Quintana Roo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación entrará tanto a la forma como al fondo de la litis con los ojos vendados.
Helada madrina
¿De qué se trata? De la residencia y vecindad de José Luis Toledo en Benito Juárez que la ley exige que sea de por lo menos cinco años para ser candidato a presidente municipal. Lo que los magistrados de la Sala Regional de Xalapa deben determinar es si esa alegada residencia es verdadera, como aseguran el aspirante y el Partido de la Revolución Democrática, o si es falsa, como dictaminó el Ieqroo por instrucciones superiores.
Insistimos en que deberá ser sencillo: si Toledo demuestra inequívocamente tener la residencia, el tribunal revocará el dictamen del Ieqroo, sin importar banalidades como que la constancia que exhibió no tiene número de folio o que haya otra solicitud en Solidaridad; de no contar con las probanzas suficientes, Chanito tendría que coger sus bártulos e irse a Chanolandia a lamerse las heridas y a pensar en un futuro muy distinto al imaginado.
Derechos político-electorales, si a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos nos remitimos, matan burocracia, pues no sería raro que el expediente hubiera desaparecido por un pase de la capa mágica de Chen Kai, que el hostil ayuntamiento verde-ecologista haya emitido un documento ficticio y que, como de hecho sucedió, se haya negado a tramitar un nueva constancia porque es sábado, la secre se está pintando las uñas o se acabó el tóner de la impresora.
El quejoso asegura que cuenta con un titipuchal de pruebas muy sólidas de residencia y vecindad en Cancún desde hace bastante más de cinco años: contrato y recibos de renta, facturas, recibos de pago de servicios y hasta constancia de que sus hijas han estudiado en una escuela cancunense desde que muy pequeñas empezaron a ir a clases.
Eso es lo que contará: los documentos que el Ieqroo no avaló servirán de respaldo para cuando cualquiera de los ineptos consejeros electorales use el inodoro en el inmueble de la Calzada Veracruz con Lázaro Cárdenas, ahí donde era el hotel Marqués de Chetumal.
La dicha inicua…
Casi todos los actores de este convulso proceso electoral reconocen que el gobernador Carlos Joaquín González ha sido escrupulosamente respetuoso del devenir al interior de los partidos políticos y las coaliciones que contenderán, sin omitir a la alianza PAN-PRD-MC que de manera natural lidera. José Luis Toledo lo ha dicho públicamente y en privado, de manera similar a la mayoría de los aspirantes y líderes de todos los colores y sabores.
Él no puso pero tampoco quita candidatos, sin embargo no sucede lo mismo con su heterogéneo grupo de colaboradores, que suele conocerse como el “círculo rojo” y no es para nada un equipo que jale para el mismo lado, que debiera ser el del mandatario.
Hay varios liderazgos espurios con ambiciones propias, grupos hostiles los unos con los otros y estrategias divergentes al corto, mediano y largo plazos.
De ahí salió el conciliábulo para tumbar a Chanito, superando en perversidad a los operadores del vilipendiado Roberto Borge Angulo aunque –y ahí estuvo la falsedad– quedándose muy lejos en eficacia e inteligencia. Se han esforzado con singular fruición en mantener vigente la expresión de que se parecen a los policías chinos de las películas de karatecas: son misteriosos y pendejos.
A los tontines del Ieqroo los metieron en otro brete, que de salir a favor del abstrusamente defenestrado aspirante a alcalde cancunense por muy que carezcan de vergüenza y por acostumbrados que estén a que los paseen de panza y lomo por encima de los chaparrales y las ortigas urticantes les va a doler hasta salva sea la parte. Es que les vendieron espejitos y cuentas de vidrio: siendo consumados lacayos del odiado borgismo, alguien les prometió que si descarrilaban a Chanito se les perdonarían sus pecados políticos, y como si hubiesen recibido un baño con champú del Perro Agradecido, votaron por unanimidad. Claro que, como suele suceder, al escuchar la voz de su amo junto con las promesas de premio recibieron espeluznantes amenazas. Por si las de hule.
Homúnculos
Alguien en el círculo rojo quiere controlar la sucesión de Carlos Joaquín, para lo cual necesita neutralizar, entre otros, a Chanito Toledo, aunque ponga en riesgo la gobernabilidad de su jefe en Cancún y las cruciales elecciones legislativas de 2019. Se llama Juan de la Luz, y no decimos sus apellidos porque seguro la eminencia gris Enríquez Kanfachi se enojaría mucho.