Por fin ya hoy se sabrá el nombre del candidato del PRI a gobernador de la entidad. Ha sido un proceso duro, de negociaciones bajo la mesa, de acuerdos tensos. Pero por fin, ya hoy se sabrá el nombre del candidato del PRI.
Pero la mayoría de la gente también anda en lo suyo, en la lucha por la sobrevivencia diaria, en trabajar o en buscar trabajo, en estudiar o en tratar de buscar espacios en las escuelas; en lidiar con la inseguridad; en tratar de llevar comida a sus casas, en buscar dónde hacer deporte o dónde hay sitios de entretenimiento sano y gratuito.
Y es por eso por lo que a veces da la impresión de que el proceso interno de los partidos va por un lado y la gente va por otro lado.
Más allá de los eslóganes, de los clichés, de las frases hechas y de los lugares comunes, las campañas deben servir para que los ciudadanos analicen trayectorias, programas y planteamientos. Conocer y analizar las virtudes públicas y los vicios privados de los candidatos.
Pero a veces la vida y la política marchan por caminos diferentes e incluso encontrados.
La política tiene que acercarse a la gente. Los candidatos abordan temas muchas veces ajenos al sentir comunitario.
Los candidatos y sus partidos se dedican al denuesto y a la diatriba; al golpeteo abierto o soterrado, dejando para después sus planteamientos. Y lo peor es que cuando hablan de compromisos sólo reciclan promesas hechas en el pasado y nunca cumplidas. La gente ve los carteles de propaganda y sigue su camino.
Porque la vida tiene otra dimensión y otras prioridades. La vida está en la calle, en el hogar, en el cine, en los cafés, en los bares, en las esquinas donde la gente se detiene para ver pasar la vida.
La vida de los seres humanos comunes y corrientes gira en derredor de las urgencias cotidianas; la de ganarse el pan de cada día, la de lidiar con el tráfico, la de pagar impuestos, pagar las colegiaturas de sus hijos, reparar las fugas de agua, celebrar los quince años de la hija, pagar la hipoteca o la renta de la casa, pedir un aumento de sueldo, pagar la tarjeta de crédito, ponerle saldo al celular, aumentar la seguridad de sus casas, tener tiempo libre para ir al cine o a jugar con sus hijos, y otras minucias que son el eje de la vida de la gente.