Nadie sale indemne de un proceso partidista de selección interna de candidatos o de una elección.
Todos los que participaron en el proceso interno de selección del candidato del PRI a gobernador le metieron ganas y pusieron en juego su capital político.
Pero en buena lid nadie debe sentirse perdedor, porque en el proceso interno todos ganaron. Aceptaron las reglas del juego y aceptan, como han aceptado, los resultados.
Participaron en un proceso interno largo, complicado más que complejo, y se comprometieron a aceptar los resultados. Y lo han aceptado, incluso Gabriel Mendicuti.
Mauricio Góngora Escalante (precandidato hasta ahora, pero seguro candidato) ha reconocido el liderazgo de cada uno de los que participaron en el proceso interno de selección de candidatos. Todos salieron con su capital político intacto.
Góngora no ha escatimado su reconocimiento a todos los protagonistas del proceso interno. Porque no fue una contienda, sino un proceso interno en el que intervinieron muchos factores.
El exalcalde de Solidaridad no ha caído en el juego de los que quieren amarrar navajas o armar equívocos. La relación de Mauricio con el gobernador Roberto Borge es no sólo de correligionarios, sino de políticos unidos por una amistad de años y por afinidades que nadie puede debilitar y mucho menos quebrantar. Comparten, Mauricio y Borge, una misma visión del desarrollo de Quintana Roo y un mismo proyecto de largo plazo.
Sanar heridas es tarea de un político sensato y consciente de su circunstancia. Esta política de inclusión y de espíritu unitario es lo que hará ganar al PRI las elecciones del primer domingo de junio.
Los que regatean su apoyo porque simpatizaron con otro aspirante, no tienen un compromiso con su partido. Las personas son pasajeras, pero lo importante es la fortaleza de un rumbo y de un proyecto de trabajo.
La política la hacen seres humanos. Los que manifestaron su adhesión y su respaldo a otros aspirantes, deben ser incluidos en las tareas del presente y del porvenir.
No hay perdedores cuando se piensa en el interés colectivo. Mauricio se ha avocado a la labor de sumar a todos. Porque en un proyecto como el que reclama Quintana Roo caben todos.
Los que hacen del chantaje un modo de vida le hacen daño al partido al que dicen pertenecer. Y al final de cuentas se darán cuenta de su error. Porque los de enfrente aceptan la traición, pero hacen a un lado a los traidores. Es decir, los utilizan nada más. Al tiempo.