Se habla mucho de unidad. Es un tema recurrente en el lenguaje de la política de estos días. Siempre ha sido así. Recuerdo que una de las llamadas “comidas de la unidad” que se organizaban en Chetumal cada fin de año acabó Pero una cosa es la unidad en caba fin de año, n el lengiaje en una verdadera zacapela.
No creo que la contienda interna del PRI termine en zacapela pero no concluirá en unidad. La tan mentada unidad que sólo existe en los discursos de ocasión.
Este columnista ha conversado con la mayoría de los aspirantes y ha comprobado que la susodicha unidad es sólo de papel, de saliva. Cada uno tiene, como es previsible, sus filias y sus fobias, sus resquemores, sus envidias, sus ambiciones, y sobre todo, sus egos desbordados.
Apoyarán a cualquiera que sea el favorecido, sin duda. Pero lo harán con entusiasmo si obtienen algo jugoso a cambio. Jugarán al juego que todos los políticos juegan: a la presión y al chantaje. Y si son desdeñados se cruzarán de brazos.
Bajo la mesa están los golpes bajos, las intrigas e incluso las traiciones. La unidad es ilusoria. Es un buen propósito. Pero es claro que con unidad efectiva o como leyenda urbana, el PRI tiene todas las de ganar. Hasta ahora. El panorama podría cambiar cuando comiencen las campañas.
Habrá no dos ni tres, sino quizá cinco candidatos cuando menos. El PRI irá en alianza con el Verde y tal vez con el Panal. Movimiento Ciudadano irá solo. El PT podría postular a Greg Sánchez, para que acabe de pagar la cuota de lealtad que le debe al PRI, y el PAN y el PRD también tendrán candidatos. Morena en los hechos ya tiene a José Luis Pech como candidato.
Entonces en un panorama así, con una oposición fragmentada, y con suficientes recursos a MC y al PT, y quizá también al PRD, el PRI la podría tener despejada. Salvo que uno de los candidatos logre aglutinar o articular el voto opositor, lo cual se prevé difícil.
La unidad siempre ha sido un mito. La unidad, parodiando a Mario Villanueva, se logra con tranca. Con la tranca de tranquilidad.
MANIFESTACIÓN DE DUELO Y DE EXIGENCIA
El próximo domingo se está organizando en Cancún una manifestación de duelo y de protesta por el asesinato de la estudiante de la Universidad del Caribe. Los jóvenes estudiantes pueden dar una lección a la sociedad de solvencia moral, de la que carecen muchos adultos. No más muertes. No más feminicidios. No más impunidad. No más indiferencia.