Lucharán a dos de tres caídas sin límite de tiempo, en esta esquina el luchador verde “El Rembi” Estrada con Barba, quien se cree descendientes de los dioses del Olimpo, tocado por la mano de Dios y ungido por el sacrosanto “Niño Verde”. En esta otra, la sociedad representada por “El Benitojuarense”, quien cada tres años tiene la ilusión de salir triunfador del encuentro pero siempre termina empinado.
En el primer encuentro, “El Rembi” cruza las cuerdas del cuadrilátero e inmediatamente es abucheado por respetable, de los que sí saben de lucha y no los imberbes seguidores del peleador verde, quien hace mutis con su estilo burgués, es más, trae entre sus ropas un pañuelo perfumado, ya que el olor del pueblo le produce náuseas, más de el de los trabajadores de la construcción, de los del campo y de las amas de casa que trabajan diariamente por sus hijos.
“El Rembi” y “El Benitojuarense” chocan los puños, como corresponde al saludo en el cuadrilátero, sin darle tiempo a su contrincante, el peleador del verde le hace el Martinete al representante del pueblo dejando una curul estatal para buscar una federal y colarse a la presidencia de Benito Juárez; el réferi hace como que no ve ya que los luchadores verdes se caracterizan por tirar dinero a diestra y siniestra con el fin de alcanzar sus objetivos, caiga quien caiga.
Para la segunda la situación seguía igual, con un «Rembi” que no dejaba respirar a su oponente, que sufría las consecuencias, pero un descuido del primero permitió al «Benotojuarense» aplicar una cruceta y castigarle los brazos para igualar la pelea. Le echan en cara que tenga en su equipo a personas como Roger Sánchez, (ignorante que no tiene más que la secundaria; a Melitón Ortega, Berenice Polanco; las imberbes Érica Castillo y Odalis Gómez). Algunos simpatizantes del otro luchador le cierran la puerta a “El Rembi”.
Los trabajadores de “El Rembi” tratan de callar al respetable con muchas despensas, pero les quitan la copia de la credencial de elector, para decir que tienen muchos seguidores. Todo se definiría en la tercera, contienda de poder a poder que cualquiera puede ganar, ya que los castigos para el Verde estarán a la orden del día, como un «medio cangrejo», o la «cavernaria».
Lo peor de la lucha, es que el árbitro de la contienda (INE) se presta para una faramalla y lanza el documento para que se pauten anuncios en estaciones de radio de “El Rembi” tres días antes de ser nombrado luchador oficial por el Ieqrro; ahora dicen que “usted disculpe, fue un error”, todo lo que ha hecho este luchador verde es un error.