Respetable público, este día lucharán a dos de tres caídas sin límite de tiempo, en esta esquina nos encontramos con “El Rembi” Estrada, quien se enfrenta con el 100 máscaras apodado “El Hampa”, quien calienta el brazo en la esquina contraria.
Desde la llega de “El Rembi” a la arena “Benito Juárez” se propuso hacer un gobierno “De 10”, pero no contaba encontrarse con una ciudad donde reina “El Hampa”, producto de los ejercicios realizados por las administraciones pasadas, incluyendo la de “El Que Lindo Soy” de Paul Carrillo y que hoy azota a todo el respetable que está en Cancún. A la Arena “Benito Juárez” llega “El Rembi” con todo su séquito, púgiles sin experiencia, quienes no han ganado ni una sola pelea de barrio y ya se sienten entrenadores, consejeros y chamanes de las técnicas y las artes de lucha libre. Sin saber qué les espera, se dan aires de grandeza y aún a los propios colaboradores de la arena, los maltratan y desprecian, porque no pertenecen a ese círculo de “sangre azul” que presume “El Rembi”.
En la entrada de “El Hampa” por los pasillos de la arena, el respetable público empieza con el abucheo, las rechiflas, porque saben lo rudo y violento que es este luchador, sube al cuadrilátero rodeado de personas que en su apariencia se ven sanguinarios. Los entrenadores de “El Rembi” le dicen que no se preocupe, que con toda la fuerza que le da ser el administrador de la arena “Benito Juárez” podrá ganar este encuentro. Suena la campaña y empieza el encuentro. “El Rembi” sale de frente con sus uniformados, quienes no están preparados, y se tiran sobre “El Hampa”, éste hace una finta y logra quitarse el encontronazo y el luchador contrario cae de bruces sobre el entablado; el réferi que está a la expectativa empieza el conteo y antes que llegue “al 10”, “El Rembi” se pone de pie, un poco mareado porque no se esperaba el ataque de frente de su adversario, pensó que las cosas serían color de rosa, como le dijeron sus entrenadores.
El tiempo transcurre y otra vez “El Rembi” se envalentona para salir a combatir la inseguridad que empieza a hacer estragos en el destino turístico, pero se da cuenta que solo no puede, que día a día se le aleja más su pretensión de “Un Municipio de 10”; tanto que el respetable ya lo arremeda al decirle que sí, está logrando un municipio de 10, pero de 10 muerto por semana, de 10 asaltos diarios, de 10 personas inconformes, de 10 funcionarios inútiles en su gabinete, de 10 asesores que no sirven para nada, de 10 zonas peligrosas, de 10 zonas marginadas, de 10 empresas que cierran cada mes, entre otros muchos dieces.
Ya en el segundo encuentro, “El Hampa” toma valor y se lanza contra todo y contra todos, asalto a mano armada, asesinatos de todo tipo, y no se habla de los delitos de alto impacto, sino de los comunes y corrientes, que le corresponde al municipio combatir con la prevención; pero resulta que el guardaespaldas contratado por “El Rembi”, un descendiente de la dinastía japonesa, no puede con el paquete, Jonathán Young no tiene ni inteligencia, ni estrategia para la prevención del delito, y eso que ya le dieron 90 patrullas más para que realice los rondines correspondientes y dar seguridad al respetable, pero el “Hampa” está mejor informado y le pasa la rata por los ojos, o sea, cuando el Jony va, “El Hampa” ya viene. Por lo pronto, el réferi señala que “El Rembi” va perdiendo la batalla, y su aspiración de luchar en el 2018 para la grande, se ve cada día más lejano.