Respetable público, en esta ocasión veremos enfrentarse a una mujer llamada “La Corrupción” que tiene como rival a Rafa “El Mazón” Castro y se enfrentarán a dos de tres caídas sin límite de tiempo en la Arena de Solidaridad.
Ambos luchadores se preparan desde sus equinas, el primer contacto lo hace “El Mazón” Castro queriendo aplicarle una llave a “La Corrupción” pero ésta lo esquiva y lo lanza contra las cuerdas, así que Rafa no tiene otro remedio que llenar de ambulantes el centro de Playa del Carmen, ante el abucheo de los comerciantes establecidos éste se hace de los oídos sordos. Es más, en un intento por recabar recursos, pues su arena se viene cayendo en pedazos, envía a sus achichincles de fiscalización a cobrar a la mano a los más de 300 ambulantes diseminados por la ciudad. La cuota oscila desde los míseros 50 pesos hasta más de 5 mil pesos a la mano; “la Corrupción” está feliz, porque en este primer encuentro “El Mazón” salió salpicado, pero no importa porque semanalmente se embolsa de 30 a 50 mil pesos, producto de las extorsiones a los ambulantes.
Para el segundo encuentro, Rafa Castro manda a decir a los cuatro vientos que “La Corrupción” tomó posesión en la dependencia de fiscalización, pero que la culpa la tienen los propios vendedores ambulantes, que la alimentan con sus mordidas, porque cuando un fiscal pasa a revisar los documentos, los informales les ofrecen dinero por no tener en regla la documentación. El público se levanta enardecido y le grita desde sus butacas que los fiscales son los que les cobran “derecho de piso”.
Hasta los vendedores de chicharrones en la Arena manifestaron que cada semana pasan a cobrar cuotas que llegan hasta los 100 a los mil pesos, dependiendo del negocio que se mueva en lugares públicos; por supuesto no les dan ningún comprobante, pero les dicen que pueden seguir vendiendo.
Para el tercer encuentro, “La Corrupción” tiene completamente dominado a su contrincante, quien por medio de contratos de los más oscuros otorgó permisos para la proliferación de espectaculares en la ciudad, hasta el campo de futbol de la colonia Colosio tiene dos, que no presentan las correctas medidas de seguridad. Pero el dominio va más allá, pues en toda la Arena se sabe que “El Mazón” Castro se convirtió en socio de una empresa que se dedica al marketing y a la colocación de espectaculares; no le importó no respetar el reglamento de imagen urbana, mucho menos el Plan de Ordenamiento Ecológico Local, lo que le interesó a este luchador es llevarse los bolsillos y zapatos llenos de dinero, aún a costa de su propia dignidad, pues no es el primer caso donde una pelea se arregla para que pierda uno de los contrincantes, en este caso “la Corrupción ganó los tres rounds.