Otra vez se gestó una polémica insípida por la posición de Cancún en el rubro “percepción de inseguridad” de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública divulgada en el ámbito nacional. No está siquiera en el “top ten” de las peores, aunque algunos grupos insisten en exagerar un tema, que si bien es delicado, tiene sus explicaciones.
Dramatizan por el contexto más político que social. Porque durante todo el 2017 se redujo paulatinamente el índice: de las seis modalidades de robo, solo una no pudo decrecer (robo a comercio), aun cuando la tendencia general es a la baja.
Darwin Puc Acosta, jefe de la corporación municipal, confirmó el dato a En Órbita: al inicio de la administración 2016-2018 (octubre de 2016) la cifra global de delitos superaba los 650; y el pasado diciembre, contabilizaron poco más de 360.
Entonces si los números tienden a desinflarse, ¿por qué esta percepción? En otras ocasiones se ha expuesto en este espacio la diferencia entre inseguridad y violencia. Las ejecuciones (una materia federal, no municipal) exacerban ese desánimo.
Además, el 50% de las llamadas al “C4” son de bromistas, quienes alertan de aparentes hechos obviamente falsos. Hace años este diario decidió no publicar las alarmas ficticias de bombas, entre otros motivos, para no alterar la tranquilidad ciudadana. Hizo bien.
Asimismo, se denuncian robos de una caguama o una cajetilla de cigarros, o peor aun, acusaciones contra el proceder policial, que no obstante una vez verificado, ha resultado correcto en rondines contra pandillas, integradas inclusive por menores o personas agresivas.
De igual manera influye la carencia de personal y de unidades para la vigilancia que amerita una destino turístico de clase mundial, por lo que urgen recursos federales para lograr un equipo ideal: “En personal, 300 efectivos más (son mil 900 entre operativos y administrativos) y llegar a 150 vehículos (son 90 operando)”, estima Puc Acosta.
Por otro lado, han cambiado los conceptos de interpretación en torno a los actos delincuenciales, que ha obligado a replantear estrategias con su inevitable alteración de respuesta, estadísticas y resultados.
Todo ello, sin duda, abona a esa percepción negativa aunque parcial. El secretario adelanta que se viene una campaña de concientización interesante y que se le dará mayor peso a los comités vecinales (hay ya más de 400); se impulsará contantemente la relación con los empresarios, y se incorporará a otros sectores en esta labor que compete a todos.
Respecto a lo último, cabe destacar: quizá como nunca han desarrollado operativos conjuntos todas las corporaciones (de todos los niveles), surgidos en el seno de esta institución, sin importar el contexto electoral ni los intereses en juego. Por el bien de Cancún y su gente, cada quien está asumiendo su responsabilidad