EL BESTIARIO
‘San Andreas’, una de las fallas más temidas del mundo, es una pesadilla que no deja dormir a muchos vecinos de San Francisco y California, saben que tarde o temprano llegará otro ‘gran terremoto’ como el de 1906, el próximo ‘Big One’ podría estar a la vuelta de la esquina
San Andrés, una de las fallas más temidas del mundo, recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros, la tierra ruge y los rascacielos del distrito financiero de Los Ángeles se desmoronan, atrapando a miles de personas bajo sus escombros, ‘San Andreas’ estremece los cines de Cancún y Riviera Maya desde este fin de semana. Un tsunami de proporciones bíblicas se adentra en la bahía de San Francisco, engullendo a su paso el icónico puente Golden Gate, antes de arrasar la ciudad californiana. Estos son dos de los terroríficos escenarios que presenta ‘San Andrés’, película protagonizada por Dwayne ‘la roca’ Johnson que ya está en los cines de Estados Unidos y México… ¿Qué haremos ahora?, se pregunta el ‘chico’ de la película, Dwayne Johnson.
‘San Andreas’ (conocido en Latinoamérica como ‘Terremoto: La Falla de San Andrés’) es un film de desastres de acción y aventura estadounidense dirigida por Brad Peyton y escrita por Allan Loeb, Carlton Cuse, Carey Hayes y Chad Hayes, basado en el guión original por Jeremy Passmore y Andre Fabrizio. La película está protagonizada por Dwayne Johnson, Kylie Minogue, Carla Gugino, Alexandra Daddario, Paul Giamatti y Colton Haynes. La fotografía principal de la película comenzó el 22 de abril de 2014 en Australia y concluyó el 27 de julio en San Francisco.
Su argumento gira en torno a las devastadoras consecuencias de un potente terremoto en la famosa falla que da nombre al filme y que lleva el caos y la destrucción de la costa oeste estadounidense. Se trata de una premisa pensada para el disfrute de los amantes del cine de catástrofes, aunque cuando se habla de terremotos, la línea que separa realidad de ficción es demasiado delgada.
Tanto es así que tras el sismo ocurrido a fines de abril en Katmandú, en el Nepal del Everest, que causó la muerte de casi 10.000 personas, el estudio Warner Brothers decidió modificar la campaña de promoción de la película, incluyendo información sobre cómo proporcionar ayuda humanitaria a la nación asiática y sobre cómo prepararse para cuando la tierra tiembla.
La falla de San Andrés, que recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros y que delimita la placa norteamericana de la placa del Pacífico, es una de las más estudiadas del planeta, ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la superficie terrestre. Fue la causante del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas.
Aunque la extrema premisa de ‘San Andrés’ tiene más de ciencia ficción que de escenario real, lo cierto es que el estreno de esta superproducción de Hollywood es un recordatorio de que, tarde o pronto, la falla volverá a quebrarse y los más de 38 millones de personas que viven en sus inmediaciones tienen que estar preparadas.
Un terremoto en el sur de la falla de San Andrés tendría un impacto directo en Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.
La que más preocupa a los científicos es la sección sur de la falla, en la que no se ha producido un sismo en cerca de 300 años, pese a que los registros geológicos indican que es la causante de un gran terremoto con una periodicidad de unos 150 años. Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un temblor de magnitud 7,8 en la escala de Richter en esa sección -que tendría un impacto directo en Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.- cerca de 2.000 personas morirían y habría más de 50.000 heridos. Los daños materiales superarían los 200.000 millones de dólares.
“La información con la que trabajamos los científicos indica que el extremo sur de la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en los próximo 30 años”, señala en conversación con BBC Mundo Jennifer Andrews, sismóloga del Instituto de Tecnología de California (Caltech). Según explica Andrews, “la parte media de la falla se rompió hace unos 160 años y la parte norte en 1906, provocando el terremotos de San Francisco. La parte sur de la falla no se ha quebrado en cerca de tres siglos y sabemos que durante este tiempo la tensión se ha ido acumulando”.
La experta del Caltech señala que “en el pasado los terremotos en California tuvieron un impacto limitado porque la densidad de población de ese territorio era muy baja”. “Hoy en día las cosas serían muy diferentes ya que en zonas como el sur de California viven millones de personas”. El impacto de un gran terremoto sería importante. Destruiría muchos edificios y provocaría la pérdida de servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte. “En las últimas décadas se ha trabajado para hacer que una ciudad como Los Ángeles sea más segura para enfrentar un gran terremoto, pero hay muchas construcciones que se levantaron antes de los años 70, cuando se introdujeron nuevas regulaciones sísmicas”.
Los científicos creen que un gran terremoto en la falla de San Andrés ocurrirá en los próximos 30 años
Andrews señala además que en el sur de California hay más de 300 fallas y existe el temor de que un gran terremoto en la falla San Andrés haga que estas también se quiebren, provocando un daño todavía mayor. La experta de Caltech cree que películas como ‘San Andrés’ sirven para recordarle a los habitantes de la costa oeste de EE.UU. que se trata de un área de alta actividad sísmica, “por lo que deben prepararse para la inevitabilidad de un terremoto”.
Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los Ángeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989. Este último hizo que en el norte de California se introdujeran nuevas regulaciones, obligando a que se reforzaran estructuras construidas con concreto, muchas de las cuales albergan escuelas y hospitales. No fue hasta fines del año pasado que la alcaldía de Los Ángeles propuso una normativa similar, que conllevará la inversión de centenares de millones de dólares.
Para los expertos ahora es fundamental que las autoridades se tomen en serio la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos
Cada año los californianos participan en un simulacro de terremoto. El sistema -que hace años ya se instaló con éxito en países como Japón y México y que en California se enfrenta a la falta de inversión pública- consiste en una red de sensores que permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de antelación, lo que ayudará a alertar a las autoridades y a la población. “Desafortunadamente en este país muchas veces la voluntad de mejorar las cosas sólo llega después de que ocurra un desastre”, le dijo a BBC Mundo Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio Sismológico de Berkeley, en el norte de California.
”Un sistema de alerta temprana sería muy útil. Se podrían detener los trenes para que no descarrilen y el tráfico de automóviles en los puentes. Se podría alertar a los hospitales. También ayudaría a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un escritorio o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios”, señala la experta.
Según Hellweg, los sismólogos en California llevan a cabo sus investigaciones con pocos recursos y para que pudieran hacer bien su trabajo “se tendría que invertir mucho más dinero”. “Nuestros sistemas de alerta de terremotos deberían ser mejores. No tenemos sensores en todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta”.
El devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, causó la muerte de más de 3.000 personas
Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención de sismos que están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto. “Los servicios de emergencia -la gente que responde a los desastres naturales como los bomberos o la policía- están relativamente bien preparados”. “Los que no están preparados son los ciudadanos y los negocios privados”, señala la experta, quien atribuye este hecho a que hace tiempo que no ocurre un terremoto de importancia en California, “lo que ha vuelto a la gente complaciente”. Con toda seguridad, el estreno de ‘San Andrés’ es un recordatorio para los californianos de que a veces la realidad supera la ficción y el próximo ‘Big One’ podría estar a la vuelta de la esquina.
¿Está California preparada para un terremoto como el ‘Big One’?
La falla de San Andrés podría provocar un sismo de gran intensidad. Semanas atrás más de nueve millones de personas participaron en California en el llamado ‘Great ShakeOut’ (la gran sacudida) un simulacro de terremoto con el que se quiere entrenar a los ciudadanos para que estén preparados ante la ocurrencia de un gran sismo. El ejercicio -que tuvo un especial seguimiento en centros educativos y organismos públicos- se realizó por sexto año consecutivo con la idea de que la población pueda hacer frente al temido ‘Big One’, el terremoto de gran magnitud que, según los científicos, con toda probabilidad golpeará California en los próximos 30 años.
El ‘Big One’ podría provocar unos 2.000 muertos y más de 50.000 heridos, los daños materiales superarían los 200 mil millones de dólares
Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un temblor de magnitud 7,8 en la escala de Richter en la falla de San Andrés -que atraviesa de norte a sur esta región de la costa oeste de Estados Unidos- cerca de 2.000 personas morirían y habría más de 50.000 heridos. Los daños materiales superarían los 200.000 millones de dólaresAnte este escenario, las autoridades californianas consideran que es de vital importancia que los ciudadanos puedan valerse por sí mismos ya que, con las consecuencias devastadoras que tendría un sismo de esta magnitud, muchas de las infraestructuras básicas quedarían destruidas y los equipos de emergencia se verían desbordados.
“Este tipo de simulacro es muy importante. Da a la gente la oportunidad de aprender y poner en práctica lo que se debe hacer en caso de que ocurra un gran temblor”, le recalcó a BBC Mundo Mark Benthien, director de comunicación del Centro de Terremotos del Sur de California y uno de los coordinadores del ‘Great ShakeOut’.
“Queremos preparar a los ciudadanos para que puedan ser autosuficientes durante varios días después de un sismo, cuando no haya suministro de agua y electricidad. Lo que más nos preocupa no es el terremoto en sí, sino la situación que se vivirá tras el temblor”. Benthien considera que, aunque “California es una de las regiones del mundo mejor preparadas contra los terremotos”, para hacer frente a un sismo como el ‘Big One’, tendrían que tener “muchos más bomberos, equipos de emergencia y personal sanitario”, algo que, según los expertos, resulta complicado dada la falta de voluntad política y los problemas presupuestarios.
Los Ángeles enfrentó el último terremoto en 1994, mil edificios viejos en riesgo de derrumbarse en un temblor importante
La falta de recursos que enfrentan los planes de prevención de sismos en California quedaron manifiesto hace unas semanas, cuando el gobernador Jerry Brown firmó una ley que contempla la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos. El sistema -que ya se ha instalado con éxito en países como Japón y México- consiste en una red de sensores que permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de antelación, lo que ayudará a alertar a las autoridades y a la población. El problema es que la ley estipula que esa red de sensores -cuyo costo asciende a 80 millones de dólares- no puede ser implementada con dinero público, lo que podría retrasar su puesta en marcha.
El diario Los Angeles Times publicó hace unos días los resultados de una investigación que señala que más de 1.000 edificios viejos de Los Ángeles construidos con concreto podrían estar en riesgo de derrumbarse en caso de que ocurra un temblor importante.
Los edificios, algunos de casi un siglo de antigüedad, están repartidos por toda la ciudad. Según explicó Ron Lin, uno de los reporteros responsables de esta información, “funcionarios del ayuntamiento de Los Ángeles conocen este problema desde hace más de 40 años y no han hecho prácticamente nada para solucionarlo”. Tras hacerse pública esta noticia, desde la oficina del alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, dijeron que están estudiando el asunto.
En una entrevista Garcetti aseguró que si bien le preocupa la pérdida de vidas humas que pudiera causar el derrumbe de alguno de estos edificios, también hay que tener en cuenta la enorme carga financiera que supondría para los propietarios de los inmuebles el tener que reforzar las construcciones. “Desafortunadamente en este país muchas veces la voluntad de mejorar las cosas sólo llega después de que ocurra un desastre”, comentó Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio Sismológico de Berkeley, en el norte de California. “Un sistema de alerta temprana sería muy útil. Se podrían detener los trenes para que no descarrilen y el tráfico de automóviles en los puentes. Se podría alertar a los hospitales. También ayudaría a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un escritorio o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios”, señala la experta.
Según Hellweg, los sismólogos en California llevan a cabo sus investigaciones con pocos recursos y para que pudieran hacer bien su trabajo “se tendría que invertir mucho más dinero”.”Nuestros sistemas de alerta de terremotos deberían ser mejores. No tenemos sensores en todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta”. Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención de sismos que están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto.
«Los servicios de emergencia -la gente que responde a los desastres naturales como los bomberos o la policía- están bien preparados»
“Los que no están preparados son los ciudadanos y los negocios privados”, señala la experta, quien atribuye este hecho a que hace tiempo que no ocurre un terremoto de importancia en California, “lo que ha vuelto a la gente complaciente”. Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los Ángeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.
Estos temblores llevaron a la introducción de cambios en los códigos de construcción y a que se reforzaran las estructuras de los edificios que albergan hospitales y escuelas, así como las de algunos puentes y autopistas. Pero de eso hace casi dos décadas, lo que contribuye a que el público preste poca atención a las advertencias de los sismólogos, que creen que tanto en el sur de California como en la región de la bahía de San Francisco existe una probabilidad superior al 90% de que en las próximas tres décadas se produzca un sismo de más de 7 grados de intensidad.
“La gente no quiere pensar en algo como un terremoto y sólo empiezan a preocuparse cuando lo viven en carne propia”, asegura Kelly Huston, subdirector de la Oficina de los Servicios de Emergencia de California (OES, por sus siglas en inglés). “Hicimos un estudio hace tres años para saber cuán preparada está la población de California para enfrentar un gran terremoto y concluimos que menos de la mitad de los californianos han tomado las precauciones necesarias. Eso es muy preocupante. La complacencia del público es muy pre”.
En 2010, con el objetivo de preparar un plan de respuesta ante un sismo de dimensiones catastróficas, la OES pidió al Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) que planteara un escenario en el que un terremoto de 7,8 grados originado en la falla de San Andrés golpeara el sur de California.
“Va a ser difícil que emergencia pueda ayudar a todo el mundo, los ciudadanos han valerse por sí mismos durante al menos 72 horas”
Las conclusiones de los expertos del USGS fueron contundentes. Además de causar más de 2.000 muertos y decenas de miles de heridos, un sismo de estas características afectaría gravemente las principales vías de comunicación de la zona, además de interrumpir el suministro de agua y electricidad. A ello habría que sumar la destrucción de cientos de miles de edificios, muchos de ellos a causa de los incendios que se originarían por la rotura de las cañerías de gas y la caída de los postes eléctricos.
“Sabemos desde hace tiempo que en California ocurrirá un gran terremoto que tendrá un efecto devastador. Por eso hemos elaborado planes exhaustivos para responder a un evento de esta magnitud”, explica Kelly Huston. Huston cree que lo más importante es que la gente planee qué va a hacer después del terremoto, ya que “va a ser difícil que los servicios de emergencia puedan ayudar a todo el mundo” por lo que “los ciudadanos han de poder valerse por sí mismos durante al menos 72 horas”.
“No tendremos ni los recursos ni el personal suficientes, ya que nos enfrentaremos a un desastre como nunca antes visto”, señala el experto. Huston cree que con una mayor inversión se podría planificar mejor la respuesta ante una catástrofe de este tipo, aunque se muestra realista. “Las finanzas de California no pasan por su mejor momento así que hemos de trabajar con lo que tenemos para desarrollar los mejores planes a nuestro alcance”.
El experto insiste en que son los ciudadanos los que deben hacer todo lo posible para estar preparados, adquiriendo equipos de emergencia y suministros de agua y comida, y reforzando las estructuras de sus casas. “Prepararse para un terremoto es mucho más fácil de lo que parece y es algo que no se puede retrasar. No sabemos cuándo golpeará el próximo gran terremoto”.
La falla de San Andrés (en inglés: San Andreas Fault) es una falla geológica situada en una gran depresión del terreno en un área límite transformante, con desplazamiento derecho entre la placa Norteamericana y la placa del Pacífico. Esta falla transformante es famosa por producir grandes y devastadores terremotos. Tiene una longitud de aproximadamente 1.286 kilómetros y pasa a través del estado de California, en Estados Unidos, y de Baja California en México. El sistema está compuesto por numerosas fallas o segmentos. El sistema de fallas de San Andrés termina en el golfo de California.
Debido a que la placa del Pacífico penetra por el golfo de California y hacia el norte de la falla de San Andrés, en los próximos 50. 000 años la península de Baja California se separará de México y, convertida en una isla, se desplazará hacia el norte. Se calcula que llegará frente a Alaska en unos 50 millones de años. El deslizamiento lateral medido en el sector central de la falla es de unos 25 milímetros al año, mientras que en otros, más alejados de la misma, llega a los 30 milímetros, lo que podría indicar una acumulación de deformación elástica en la zona de la falla.
Se considera que la península de Baja California se formó por esta falla la cual abarca hasta franja costera de Guerrero, desde el corte esquemático de la zona de succión. Este mismo proceso está moviendo a la ciudad de Los Ángeles en dirección hacia la bahía de San Francisco (ambas están en lados iguales de la falla) a una velocidad de unos 4,5 centímetros por año. Este no puede ser percibido a simple vista, pero ha ocasionado numerosos daños a obras de ingeniería como acueductos, carreteras y ranchos.
En geología, una falla es una fractura en el terreno a lo largo de la cual hubo movimiento de uno de los lados respecto del otro. Las fallas se forman por esfuerzos tectónicos o gravitatorios actuantes en la corteza. La zona de ruptura tiene una superficie ampliamente bien definida denominada plano de falla, aunque puede hablarse de banda de falla cuando la fractura y la deformación asociada tienen una cierta anchura.
Cuando las fallas alcanzan una profundidad en la que se sobrepasa el dominio de deformación frágil se transforman en bandas de cizalla, su equivalente en el dominio dúctil. El ‘fallamiento’ (o formación de fallas) es uno de los procesos geológicos importantes durante la formación de montañas. Asimismo, los bordes de las placas tectónicas están formados por fallas de hasta miles de kilómetros de longitud.
‘San Andreas’, una de las fallas más temidas del mundo, es una pesadilla que no deja dormir a muchos vecinos de San Francisco y California, saben que tarde o temprano llegará otro ‘gran terremoto’ como el de 1906, el próximo ‘Big One’ podría estar a la vuelta de la esquina.
@SantiGurtubay
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