Este año del 2016 ha sido para el turismo internacional, nacional y local un periodo difícil donde se han suscitado varios eventos de crisis de carácter internacional y nacional que han perjudicado a ésta actividad económica. Pero los acontecimiento que más ha impactado en Quintana Roo es la violencia generada por la delincuencia a partir del año 2016 que ha dejado como resultado más de 50 ejecuciones que han impactado de manera transcendental al segmento turístico reflejándose en el cierre de negocios como: joyería, artesanías, ropa, alimentos y bebidas, prestadores de servicios turísticos entre otros.
Asimismo, tales eventos han generado un ambiente de inseguridad y violencia que han creado una pérdida de confianza por parte de los ciudadanos en la seguridad del destino turístico. La inseguridad y la violencia provocada por la delincuencia son factores primordiales para el declive de las actividades económicas relacionadas al turismo.
Un factor que amenaza el crecimiento del turismo en Quintana Roo son las alertas de los países para avisar a sus ciudadanos sobre el peligro que representan algunas regiones en el estado por la delincuencia, esto se convierte en un factor que impulsa hacia el exterior una mala imagen de Cancún.
El abatimiento del crimen es una labor que debe reforzarse, y mandar hacia todo el mundo una imagen distinta a la de los últimos eventos en donde en plena zona hotelera de Cancún se dan ejecuciones con las más completa impunidad.
Estamos viendo a nivel nacional un incremento del turismo fronterizo proveniente de la Unión Americana, lo que refleja que el viajero americano le está dando la justa percepción a la imagen del país.
La Seguridad Turística, es una responsabilidad de todos Considerada como la protección de la vida, la salud, la integridad física, psicológica y económica de los visitantes, prestadores de servicios y miembros de la comunidad receptora, la seguridad se constituirá cada vez más en el valor agregado que contribuirá a la diferenciación entre los destinos turísticos de calidad. La Organización Mundial del Turismo reconoce que el éxito o el fracaso de un destino, depende de su capacidad para proporcionar a los visitantes un entorno seguro.
En consecuencia, se requiere la participación de “todos”, mediante un rol activo, partiendo de las responsabilidades del destino, el cual debe garantizar que la delincuencia, los hechos de violencia, conflictos bélicos, sociales, políticos, religiosos y étnicos y la falta de protección pública e institucional; sean asuntos debidamente atendidos, no se puede decir que son hechos aislados como una salida a la presión mediática.
Así como también, las cuestiones relacionadas a los sectores conexos del turismo, que pueden poner en peligro la seguridad del visitante, tales como: fallas en los sistemas de seguridad de los servicios turísticos, incumplimiento de normas sanitarias y de cuidado al medio ambiente, falta de protección en actos ilícitos y delincuencia en las instalaciones turísticas, fraude comercial, la salud del viajero. Al mismo tiempo, el propio turista, es responsable de su seguridad y la de terceros, debiendo tener en el destino que visita una, conducta que no afecte su accionar, ni ponga en peligro la vida ajena.
