El nuevo sistema de justicia representa una transformación histórica y debe asimilarse con esa profundidad. Pareciera que durante los últimos meses los temas en torno han dejado de provocar en la prensa el interés prioritario que amerita, aun cuando su implementación es inaplazable. Por el contrario, el paradigma debe ser difundido más que nunca para incluir a todos y no solo a quienes se ostentan como protagonistas.
La apertura del Poder Judicial, encabezado por Fidel Villanueva Rivero, ha sido congruente en dicho sentido, al organizar reuniones en las que se intercambian opiniones para mejorar el servicio, a la vez que se multiplican los talleres, las conferencias y las capacitaciones, con el objetivo de que tanto la administración de justicia como su impartición sean lo más transparente posible. Es un esfuerzo atrevido que busca fortalecer el modelo, próximo a regir en todo el Estado.
Dos ejemplos. El primero: la semana pasada, el Colegio de Jueces de Quintana Roo, presidido por el abogado Luis Gabino Medina Burgos, organizó la primera sesión para plantear sugerencias y analizar propuestas concretas en busca de un objetivo común: conseguir una justicia más pronta y expedita. Durante dos horas, jueces, representantes de Colegios y Barras de Abogados, litigantes, estudiantes de derecho y usuarios, sumaron esfuerzos para encarar juntos un desafío inevitable que por momentos parece una ilusión.
Un hecho destacable es que esta reunión se haya llevado a cabo en el auditorio de un plantel universitario de Playa del Carmen, porque las presentes y próximas generaciones de abogados tienen la facilidad de acceder al desarrollo de este proceso histórico en tiempo real, con la oportunidad de aprender los detalles o aportar ideas frescas para perfeccionarlo.
En un mismo espacio, más de 50 participantes expresaron sus recomendaciones para resolver problemáticas de carácter administrativo que entorpecen las dinámicas y solicitaron más foros para incorporar a todos los inmiscuidos en tales gestiones. Con estas actividades no solo se ha abierto un diálogo permanente, constructivo, sino que ya se constituyen mesas de trabajo lideradas incluso por jueces, a quienes antes se les percibía como letrados inalcanzables, encerrados en sus oficinas.
Debieron salir a dar la cara, pues una queja común de los ciudadanos era no conocer a los que dictaban las sentencias, y con este sistema de juicios orales ellos deben estar presentes, ante todos los involucrados en determinado caso.
El segundo: la Escuela Judicial del Tribunal Superior de Justicia del Estado, cuyo director general es Ángel Quintal Quintal, está impartiendo cursos para robustecer la capacitación de juzgadores y defensores en la Zona Norte de Quintana Roo. Se trata de que todos asocien por igual las modificaciones legales, manejen a la perfección la infraestructura y sepan emplear la tecnología del sistema procesal penal acusatorio, sin errores y evitando las omisiones.
De igual forma, se sabe que instruirán a periodistas en temas de justicia alternativa y la idea es que permee hacia todos los ciudadanos mediante atractivos programas, como el denominado “Soy Legal”, el cual se ha presentado en escuelas mediante un teatro móvil para simular una sala de juicios orales en los que niños ocupan el lugar de un supuesto juez, de un fiscal y de un acusado, a la vista de directivos, profesores y padres de familia.
Con todo lo anterior queda demostrado que las autoridades de la materia trabajan a marchas forzadas puertas adentro y puertas afuera, conscientes de que todos, usuarios y justiciables incluidos, deben asumir con plena responsabilidad esta nueva forma de hacer justicia, la cual ya se aplica en municipios de la zona sur del estado.
Conocer del nuevo esquema ya no solo debe convertirse en compromiso, sino en una obligación.