En semanas recientes los hoteleros cuestionaron al gobierno de Carlos Joaquín González el manejo de los recursos provenientes del impuesto al hospedaje, pues según ellos no se ve que se usen para la promoción turística internacional de los destinos turísticos quintanarroenses.
Por un acuerdo con el gobierno del estado, desde la administración de Mario Villanueva Madrid, cuando se creó el mencionado impuesto, se decidió etiquetar esos recursos a la promoción y hasta los empresarios presionaron para que sea uno de los suyos el que administrara el fideicomiso de promoción de Cancún.
Lo hicieron, supuestamente, para que hubiera un manejo transparente y honrado de los recursos. El tiempo haría ver que esos solo era un tabú.
Sin embargo, nadie puede obligar a los gobiernos a que un impuesto se destine para un rubro en específico y es lo que se ha querido replantear en la actual administración, en la que también se acrecentó la sospecha de que la hotelería evade el pago de ese impuesto que retiene a los turistas cuando éstos pagan su hotel.
Las recientes protestas hoteleras aminoraron cuando a los empresarios se les hizo ver que prácticamente la totalidad de los recursos recaudados por concepto del impuesto al hospedaje han servido para sanear las finanzas de los fideicomisos de promoción turística del estado, principalmente los de Cancún y de la Riviera Maya que durante el año pasado acumularon cuantiosos pasivos que impidieron una promoción puntual de los destinos, sin que esos empresarios inconformes dijeran nada.
En el pasado reciente callaron y su actitud contrasta con la que muestran actualmente, aún cuando su cooperación con el destino ha sido apenas básica, nada extraordinario.
De hecho, gracias al uso que se le dio a los recursos del impuesto al hospedaje en el último año por lo menos el Fideicomiso de la Riviera Maya ha logrado salir de la quiebra financiera.
De hecho, el saneamiento financiero de los fideicomisos era un paso necesario antes de la formalización de un organismo único de promoción, que ya es un hecho y está bajo la coordinación de Darío Flota Ocampo, a quien un grupo de hoteleros quiso pero no pudo hacer a un lado.
El saneamiento financiero no quiere decir deudas saldadas al 100%, pero sin duda es un avance que los empresarios del ramo turístico deben reconocer, hacer a un lado sus resistencias y proponerse ahora así colaborar con todo con el destino, enterando al 100% el impuesto al hospedaje.
Se los dijo el presidente de la República Enrique Peña Nieto hace unos días en Cancún: los destinos turísticos no se promocionan solos, lo hace el gobierno con los recursos de todos.
Platea
Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, ha tomado decisiones equivocadas a la hora de escoger a sus aliados, no solo en Quintana Roo, sino en varias partes del país.
Sin embargo, atinó con la inclusión de Jesús Pool Moo, un político joven, maduro, con sólida formación que paso a paso ha ido pasando por todos los filtros impuestos al interior de ese partido al que le faltan más figuras de ese tipo.
Chucho Pool es una baraja multipropósito para el proyecto morenista, pues puede ser su candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez o su abanderado para la diputación en el Distrito IV, donde ya ganó una elección muy fuerte ante “Greg” Sánchez cuando todavía pertenecía al PRI.
No es un político que llega a colgarse y aprovechar la indudable fuerza de Morena y su aspirante presidencial. Llega a aportar una fuerza electoral importante, cuenta con una estructura que ha dado resultados en otras contiendas, como no la tienen otros que desesperadamente buscan estar debajo de la sombra de López Obrador para ver qué beneficios obtienen.
Jesús Pool puede ser la diferencia que necesita Morena.